Los científicos saben que los anticuerpos mucosos conocidos como inmunoglobulina A (IgA) pueden proporcionar inmunidad contra los virus respiratorios. Sin embargo, el papel potencial que tienen en la protección contra la infección por COVID-19 aún se desconocía. Ahora, un estudio publicado en The New England Journal of Medicine, dirigido por investigadores del Instituto Karolinska y del Hospital Danderyd, en Suecia, encontró que los altos niveles de anticuerpos en las mucosas de las vías respiratorias reducen el riesgo de infección por la variante Ómicron.
“No es sorprendente que los anticuerpos presentes en el tracto respiratorio neutralicen el virus localmente, pero estos hallazgos muestran, por primera vez, que los anticuerpos que están en la mucosa del SARS-CoV-2 en las vías respiratorias en realidad protegen contra la infección por Ómicron”, explicó la autora principal del estudio, Charlotte Thålin, quien además es profesora asociada en el Departamento de Ciencias Clínicas del Hospital Danderyd e integrante del Instituto Karolinska.
El trabajo, titulado Community -que sirvió de base para el desarrollo de la investigación-, inscribió a 2149 trabajadores de la salud en el segundo trimestre del 2020 en el Hospital Danderyd de Suecia. Desde entonces, los participantes del estudio y sus respuestas inmunitarias contra el coronavirus SARS-CoV-2 reciben un seguimiento cada cuatro meses. A su vez, un estudio complementario realizado entre enero y febrero de 2022 evaluó a otros 338 empleados del mismo rubro vacunados con tres dosis para detectar la infección por SARS-CoV-2.
Los niveles de anticuerpos en la sangre y en las vías respiratorias se determinaron al comienzo del período selectivo, y uno de cada seis (57 participantes) se infectó posteriormente con Ómicron durante la etapa de selección de cuatro semanas. Este proceso le permitió al grupo de investigación estudiar la inmunidad frente al contagio progresivo, así como el refuerzo inmunitario posterior.
En qué consiste esta poderosa protección
Los niveles de anticuerpos IgA se midieron en las vías respiratorias porque juegan un papel importante en la protección contra las infecciones respiratorias. Todos los participantes tenían altos niveles de anticuerpos sistémicos después de tres dosis de la vacuna, pero solo el 62% tenía anticuerpos detectables en las vías respiratorias de la mucosa.
Al mismo tiempo, la concentración elevada de estos indicadores se asoció con una replicación viral más baja entre los infectados con Ómicron. Después de la infección, se encontró un aumento de 40 veces en los anticuerpos de las vías respiratorias en la mayoría de los participantes, incluso si la infección había sido leve.
Los investigadores también demostraron que los participantes con infección por SARS-CoV-2 antes de la vacunación tenían niveles significativamente más altos de anticuerpos después de la vacunación en comparación con los participantes triplemente inoculados sin infección previa. Esto puede explicar por qué la llamada inmunidad híbrida, que es la combinación de infección y vacuna, brinda una protección más fuerte contra la infección que solo las vacunas.
“Ahora estamos en una situación en la que Ómicron infecta a personas a pesar de haber recibido varias dosis de las vacunas intramusculares actuales”, sostuvo Thålin. Y agregó: “Es tentador pensar que una vacuna administrada por la nariz o por la boca -por donde el SARS-CoV-2 ingresa al cuerpo- podría provocar una respuesta inmunitaria local que prevenga la infección en una etapa más temprana. Actualmente se están comercializando varias vacunas en forma de aerosol nasal. Además, esto sigue siendo investigado en ensayos clínicos con la esperanza de poder reducir la propagación de la infección y así reducir el riesgo de desarrollar nuevas variantes del virus”, concluyó la especialista.
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