La innovadora técnica que busca cambiar el paradigma en el tratamiento de trastornos neurológicos

Fue creada para tratar, a través de una cirugía menor, la hidrocefalia, que genera demencia, seudotumores, etc. El neurólogo Pedro Lylyk, uno de los expertos que la desarrolló, explicó a Infobae en qué consiste

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El nuevo tratamiento “no necesita de una intervención quirúrgica sino una punción venosa” que, en el caso de las practicas que se están realizando actualmente, se inicia en la ingle (Gettyimages)
El nuevo tratamiento “no necesita de una intervención quirúrgica sino una punción venosa” que, en el caso de las practicas que se están realizando actualmente, se inicia en la ingle (Gettyimages)

Un nuevo avance en el tratamiento de patologías neurológicas tiene como protagonistas a científicos de Argentina junto a colegas estadounidenses. El sistema ya se está poniendo en práctica como una innovadora cura para un tipo de demencia producida por hidrocefalia, pero sus desarrolladores aseguran que permitirá llevar solución a numerosas patologías cerebrales, ya que se trata de un método de acceso directo al cerebro de una forma mínimamente invasiva, a través de una vena y sin necesidad de una creneotomía, el método tradicional que implica realizar un orificio en el cráneo.

Parte de la novedad del tratamiento, explicó a Infobae el neurólogo Pedro Lylyk, es que “se puede acceder al cerebro a través de una vena, nadie pensaba que esto fuera posible”, dijo, ya que “todos los procedimientos mínimamente invasivos, los coronarios, nosotros mismos para el cerebro, usamos la arteria femoral, o la arteria radial. En este caso se utiliza la vena femoral”.

El tratamiento fue presentado durante la XXXI Semana del Intervencionismo Mínimamente Invasivo (SIMI2022), que se llevó a cabo en Buenos Aires desde el 3 al 6 de octubre, presidida por Lylyk, quien participa del desarrollo de la técnica con los doctores Adel Malek y Carl Heilman del Departamento de Neurocirugía de Tufts Medical Center de Estados Unidos.

El doctor Pedro Lylyk realizó la presentación en la XXXI Semana del Intervencionismo Mínimamente Invasivo (SIMI2022)
El doctor Pedro Lylyk realizó la presentación en la XXXI Semana del Intervencionismo Mínimamente Invasivo (SIMI2022)

Este innovador sistema está siendo probado con éxito en enfermos con un tipo de demencia generada por la hidrocefalia —acumulación de líquido en el cerebro—. Se trata de una patología neurológica que genera pérdida de memoria a corto plazo, pérdida de interés en actividades, cambios de humor, dificultades para caminar, tendencia a las caídas o para usar las escaleras, necesidad frecuente de orinar o incontinencia urinaria en los adultos mayores. La investigación fue publicada por Lylyk en Journal of Neuro Interventional Surgery en coautoría con los doctores Malek y Heilman.

Las cifras de pacientes que padecen de este tipo de demencia está subregistrada. Sólo en Estados Unidos existen estadísticas que indican que “entre el 16 y el 18% de los enfermos que están en los geriátricos tienen hidrocefalia normotensiva”, aseguró Lylyk. Estos datos, dijo, “podrían extrapolarse perfectamente” para la Argentina y otros países de Latinoamérica “porque, si en Estados Unidos esa población no está diagnosticada, con más razón en países con menor capacidad en su sistema de salud”. “Hay una población sumamente importante que podría recuperarse” con el nuevo tratamiento, afirmó.

“La hidrocefalia es la acumulación de líquidos que se forma en el cerebro y no se drena. Se saca habitualmente vía derivaciones, la más conocida de todas es la que utiliza un tubo con un agujerito en el cerebro por una craneotomía. Así se deriva ese líquido al peritoneo, pero se necesita de una intervención quirúrgica”, explicó el neurólogo en diálogo con este medio.

Lo innovador es que “se puede acceder al cerebro a través de una vena, nadie pensaba que esto fuera posible”
Lo innovador es que “se puede acceder al cerebro a través de una vena, nadie pensaba que esto fuera posible”

El problema con estas intervenciones es que tienen una elevada posibilidad de rechazo. Se ha detectado hasta “un 40% de complicaciones en los primeros dos años de la colocación de la válvula clásica, tales como hemorragias, hematomas subdurales, etc, que son inherentes a la naturaleza traumática de tener que atravesar todo el cerebro para llegar al líquido”, explicó.

En qué consiste el nuevo tratamiento

En contraposición, el nuevo tratamiento “no necesita de una intervención quirúrgica sino una punción venosa” que, en el caso de las practicas que se están realizando actualmente, se inicia en la ingle. “Se punza una vena del cuerpo y se llega a través de las venas a un colector dentro del cerebro que está muy cerca del líquido cefalorraquídeo”. Allí se coloca un dispositivo permanente que “es un tubito corto de poquito más de un milímetro” que posee “una especie de ancla y queda implantado dentro del cerebro y dentro del sistema vascular. Este dispositivo se lleva por medio de una aguja que produce un pequeño corte en la duramadre, que es la membrana que cubre el cerebro, y permite introducirnos hacia el líquido”.

De esta forma, “se utiliza una vía casi natural para sacar el exceso de líquido del cráneo y volverlo a introducir en la sangre del enfermo. Cuando la presión en el líquido excede la presión de la vena se abre esta válvula y drena este líquido. Con la ventaja adicional de que “este dispositivo no rompe absolutamente nada, lo único que se hace es una pequeña punción con una aguja a nivel de la membrana de la duramadre para introducir todo a través de ese orificio”.

“Hay una población sumamente importante que podría recuperarse” con el nuevo tratamiento, afirmó (Getty Images)
“Hay una población sumamente importante que podría recuperarse” con el nuevo tratamiento, afirmó (Getty Images)

“No es tan simple, es un viaje a través de las venas hasta la base del cráneo donde hay un seno especial, que es el seno petroso que es el que se atraviesa para llegar al cerebro propiamente dicho”, definió, y aseguró que, tras haber sido probado en tres diferentes grupos de pacientes y protocolos, “la efectividad está en el orden del 90% o un poquito más”.

Una terapia contra muchas patologías

El experto garantizó que se trata de una técnica con “un enorme potencial” para la cura de numerosas enfermedades neurológicas. Uno de los ejemplos es el de las cefaleas. Hay personas que “sufren terribles dolores de cabeza, con disminución de la visión porque los nervios ópticos sufren por un cuadro que se llama hipertensión endocraneana benigna o seudo tumor benigno, que aumenta la presión del líquido, pero no se agrandan los ventrículos. Este cuadro mejora significativamente con la colocación de este dispositivo”, subrayó. Son patologías que pueden generar también trastornos en el equilibrio y en la marcha. “Ya hemos tratado un paciente con seudotumor cerebral y anduvo muy bien”, reveló.

Como este tratamiento significa un “acceso directo al cerebro”. “Si uno sigue la vía de este dispositivo, se puede conectar esto a cualquier vena y dejar un sistema en cualquier vena y, a través de eso, hacer el circuito inverso: inyectar, por ejemplo, fármacos dentro del cerebro, directamente bypaseando la membrana hematoencefálica. Es una vía de entrada al cerebro sumamente importante”.

El problema con las intervenciones clásicas es que tienen una elevada posibilidad de rechazo (Getty Images)
El problema con las intervenciones clásicas es que tienen una elevada posibilidad de rechazo (Getty Images)

Dónde se está aplicando el tratamiento

El neurocirujano precisó que el protocolo actualmente se está utilizando en la Clínica Sagrada Familia de Argentina, “bajo un protocolo de la ANMAT”, y en tres centros de Estados Unidos, país donde pronto se ampliará a un total de 10. Además, otra decena de establecimientos de salud de Europa están planeando la incorporación del nuevo tratamiento.

“Esto requiere una gran infraestructura para poder hacerlo”, aseguró, se utiliza “una tecnología importante para poder entrar por medio de una vena hasta dentro del cerebro”.

“Es un trabajo en progreso y tiene un futuro enorme”, concluyó el doctor Lylyk.

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