Con el lanzamiento de la campaña de vacunación contra el COVID-19 para niñas y niños a partir de los seis meses hasta los tres años de edad realizado hace una semana por el Ministerio de Salud de la Nación, la Argentina se convirtió en uno de los primeros países del mundo y el primero en Latinoamérica en incorporar a esta franja etaria a la estrategia de vacunación contra esta enfermedad.
Se trata del último grupo etario que faltaba inmunizar, en el marco de la pandemia por COVID-19 y esto va a permitir, según explicó la ministra de Salud, Carla Vizzotti, que, aunque sigan ocurriendo brotes, la vacunación impacte positivamente y evite complicaciones cuando presentan la enfermedad, con posibilidades de hospitalizaciones y necesidad de cuidados intensivos.
Varios distritos ya empezaron a aplicar las vacunas contra el coronavirus para bebés a partir de los 6 meses. Según informaron fuentes de la cartera sanitaria bonaerense a Infobae, este lunes se asignaron 19.700 turnos en la provincia para los 20.000 inscriptos, lo que es más del 95%. “La aplicación de las vacunas comenzó el jueves y los turnos son para lo que resta de agosto”, dijo la misma fuente.
En la ciudad de Buenos Aires, en tanto, “el 29 de julio empezó el empadronamiento del segmento de mayores de 6 meses y se comenzaron a aplicar las dosis los primeros días de agosto con la vacuna Moderna pediátrica”, según informaron a este medio. Hasta el cierre de esta nota, se registraron 3.823 empadronamientos para este rango etario, de los cuales ya 1.784 recibieron su primera dosis.
En la Argentina, desde que empezaron a aplicarse las vacunas autorizadas de emergencia para prevenir el COVID-19 se suministraron en total 108.287.342 dosis, tal como se informa en el Monitor Público de Vacunación, el registro online del Ministerio de Salud que muestra en tiempo real el operativo de inmunización en todo el territorio argentino.
El 89% de la población recibió la primera dosis de alguna de las vacunas disponibles en el país para prevenir el COVID-19, en tanto 82% recibió la segunda dosis y completó el esquema inicial. En tanto, 53% cuenta con una tercera dosis (si se calculan las adicionales más los refuerzos) y el 12% de la población ya recibió la cuarta dosis o segundo refuerzo.
Ahora bien, si de población pediátrica se trata, del del 89% de población con vacunación iniciada, 9.444.948 personas (esto es, el 23,09%) son niños de 3 a 11 años con y sin factores de riesgo. Mientras que 8.008.581 (19,58%) son adolescentes y jóvenes de 12 a 17 años con y sin factores de riesgo.
En total, se trata de 17.453.529 niños y adolescentes entre 3 y 17 años, y son el 42,67% de población general vacunada.
Pero en la lucha contra la pandemia faltaba inmunizar a la franja de menor edad. Con ese objetivo, la Agencia de Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) autorizó el 17 de junio el uso de emergencia de las vacunas de Pfizer y Moderna contra el COVID-19 en bebés y niños a partir de los seis meses, allanando el camino para que se pueda comenzar a aplicar las primeras inyecciones en ese grupo etario en todo el mundo.
La vacuna Moderna, en dos dosis, está autorizada con carácter de urgencia para niños de entre seis meses y cinco años. La de Pfizer, esta vez en tres dosis, lo será entre los seis meses y los cuatro años.
Un mes después, el 22 de julio, llegaron a la Argentina 2.744.400 dosis de vacunas pediátricas del laboratorio Moderna y se abrió la inscripción para comenzar a aplicar las dosis a bebés a partir de los seis meses de edad.
“A medida que continuamos transitando la pandemia y se van incrementando las coberturas de vacunación de las poblaciones objetivo, se presenta un aumento del número de niños y niñas en todo el mundo que se enferman de COVID-19, tanto en países de altos como de bajos ingresos”. Desde el Comité Nacional de Infectología de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) emitieron al respecto un documento en el que destacaron que “la nueva evidencia muestra que la vacuna Moderna en dosis de 25 mcg presenta un adecuado perfil de seguridad en el grupo de seis meses a cinco años, con una incidencia de reacciones locales y sistémicas menor que en personas de otras edades”.
Según los especialistas, “la vacuna presenta una inmunogenicidad no inferior a la observada en personas mayores y una eficacia para la prevención de la COVID-19 sintomática frente a variante Ómicron similar a la de población adulta vacunada”. Y consideraron que “contar con vacunas contra COVID-19 para lactantes y niños pequeños es de especial importancia dado que aplica a un grupo particularmente vulnerable a las infecciones respiratorias, más aún en un contexto de mayor exposición y riesgo de co-infección con otros virus”.
6 razones para vacunar contra el COVID a partir de los seis meses
Ante este cuadro de situación, Infobae elaboró junto con dos especialistas los motivos principales por los que es importante inmunizar a los niños de esa franja etaria.
1- Las vacunas son seguras y efectivas
Desde la SAP destacaron que la vacuna presenta una inmunogenicidad no inferior a la observada en personas mayores y una eficacia para la prevención de la COVID-19 sintomática frente a variante Ómicron similar a la de población adulta vacunada.
Para la jefa del Departamento de Epidemiología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, Ángela Gentile (MN 49908), “es importante vacunar en pediatría en todos los grupos de edad con vacunas disponibles, principalmente porque son vacunas seguras y efectivas para prevenir las formas graves de la enfermedad, que nos preocupan especialmente en los chicos”.
2- La aparición de casos puede trasladarse a esa franja etaria
“Estamos vacunando a adultos y evidentemente puede trasladarse la aparición de casos con un aumento porcentual en los niños, que de hecho con algunas variantes como Delta ya sucedió y en un determinado momento superaba el 20% la aparición de casos nuevos en este grupo”, señaló Gentile.
La especialista destacó que “el mundo y la Argentina está frente a nuevas variantes como ocurrió con el caso de Ómicron y sus subvariantes de alta transmisibilidad; el virus sigue mutando y eso es un interrogante a futuro por lo que contar con la mayor cantidad de población protegida siempre será mejor para enfrentar al virus”.
3- Prevenir la hospitalización de niños por COVID
El médico infectólogo Roberto Debbag (MN 60253) es el presidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica (Slipe) y ante la consulta de Infobae consideró que “la vacunación en pediatría a partir de los seis meses es necesaria porque de esa manera reduce la posibilidad de hospitalización y complicaciones, que si bien son bajas en esta franja etaria, es importante reducir la chance de que ocurran”.
“Además, en el grupo de seis meses a dos años los pacientes que tienen COVID tienen mayor posibilidad de hospitalización porque los cuadros respiratorios hacen que dejen de alimentarse, o se altere el sueño y se hospitaliza para un mejor seguimiento”, apuntó.
4- Proteger contra las formas severas de la infección
Gentile sostuvo que “los niños han padecido síndrome inflamatorio multisistémico, y además se internaron niños con neumonía o formas clínicas de mayor cuidado y obviamente esta es una enfermedad contra la que se tiene vacunas y si se puede proteger siempre es preferible hacerlo porque el riesgo en niños no es cero”.
5- Disminuir la probabilidad de desarrollar COVID prolongado
“Hay estudios que demuestran que los niños tienen una situación especial, que es la micro coagulación que se produce durante la infección y la probabilidad de tener COVID prolongado”, alertó Debbag.
A lo que Gentile sumó que “cada vez más vista la posibilidad de secuelas y long COVID en niños”. “Los pediatras ya están viendo en consultorio cuadros de disneas más prolongadas, algún efecto cardiológico, fatiga, cansancio -señaló-. Estamos monitoreando en pediatría qué pasa en el tiempo con los pacientes que tuvieron COVID y si se previene la infección, por ende, se reducen las posibilidades de esta secuela”.
6- Acercarse al fin de la pandemia
Por último, “si se quiere realmente en algún momento dar por terminada la pandemia, es necesario vacunar a todos los grupos de edad”, aportó Gentile. “A medida que se vaya vacunando más grupos de población se llegará a la posibilidad de generar barreras epidemiológicas para frenar la transmisibilidad del virus y poder considerarlo en algún momento como un virus respiratorio más”, agregó.
“Es necesario evitar la transmisión de la infección en todos los grupos -sumó Debbag-. Al vacunar a las embarazadas, el impacto de la inmunización abarca los primeros seis meses de vida, y el grupo que faltaba es el de seis meses a dos años para de esta manera acercarse más al final de la pandemia”.
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