Una nueva ola de la pandemia por la variante Ómicron está en marcha en la Argentina. Los casos confirmados de COVID-19 tuvieron un aumento del 182% durante las últimas dos semanas si se considera la fecha por inicio de síntomas, aunque serían más porque no todas las personas con síntomas se hacen testeos. La ola podría repercutir también con más casos graves. Por el momento, los reportes semanales indican que las hospitalizaciones y las muertes aún no han aumentado. Pero tampoco siguen la tendencia a la baja en la que estaban en marzo pasado.
Los partes del Ministerio de Salud de la Nación con los datos de la evolución del COVID-19 en el país pasaron a ser semanales en la segunda quincena de abril. En el caso de internación por COVID-19 en unidades de terapia intensiva, “lo único que sabemos es que el 13 de abril eran 412 pacientes internados en terapia intensiva. Para el 7 de mayo eran 295 y para el 14 de mayo se registraron en 300 (casi igual a una semana antes). Pareciera que las hospitalizaciones por cuadros graves o críticos en terapia intensiva por el COVID-19 dejaron de bajar. Pero al tener informes semanales no se puede determinar exactamente si hay una tendencia”, afirmó al ser consultado por Infobae el doctor Jorge Aliaga, de la Universidad Nacional de Hurlingham, quien hace un seguimiento de la evolución de la pandemia en el país.
En cuanto a los fallecimientos por complicaciones por el COVID-19, venían bajando desde la última semana de enero pasado. El número de muertes había crecido en diciembre de 2021 por la ola por el sublinaje Ómicron BA.1, que fue detectada en África y se propagó al resto del mundo. Sin embargo, desde fines de marzo pasado hubo otro cambio: el promedio semanal de fallecimientos dejó de bajar y se estabilizó en torno de los 5 fallecimientos diarios.
“La subvariante Ómicron BA.2 está circulando en la Argentina y está generando una ola de nuevos casos de COVID-19 por su mayor transmisibilidad. Pero es probable que no genere una ola tan explosiva como la de diciembre pasado por Ómicron BA.1 porque hay menos personas susceptibles y una alta tasa de vacunación”, dijo hoy a Infobae la doctora Angela Gentile, jefa del departamento de epidemiología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez de la Ciudad de Buenos Aires. “Hoy hay que monitorear el impacto en hospitalizaciones por COVID-19, aunque es probable que no aumenten tanto como ocurrió en las olas anteriores”.
“Es importante que la población se concientice que necesita recibir la aplicación de las dosis de refuerzo. Será clave para tener una buena protección a nivel personal y armar una buena barrera epidemiológica. En lo individual, tener las dosis de refuerzo hará que las personas solo tengan un cuadro leve de COVID-19 si se llegaran a contagiar el coronavirus. Desde la salud pública, si hay más población con dosis de refuerzo, habrá menos personas hospitalizadas en el contexto en que no solo circula el coronavirus sino también otros virus respiratorios como el sincicial y el de la gripe”, afirmó la doctora Gentile, quien forma parte de la Sociedad Argentina de Pediatría y la Comisión Nacional de Seguridad de Vacunas. Aún hay 15 millones de argentinos que tienen que ir a aplicarse la dosis de refuerzo.
Los casos del COVID-19 están creciendo no solo en la Argentina. Ayer la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa Etienne, informó que la semana pasada se notificaron más de 918.000 casos en América. “Las hospitalizaciones por COVID-19 aumentaron en 18 países, y los ingresos en las unidades de cuidados intensivos aumentaron en 13 países y territorios”, afirmó. Además, subrayó en su discurso durante la conferencia de prensa semanal: “Debemos mantener los ojos puestos en el virus”, y pidió a las autoridades sanitarias de los países que mantengan y fortalezcan la infraestructura de testeos y que se notifiquen los resultados de los autotesteos.
Los países también deben seguir invirtiendo para fortalecer la capacidad de las unidades de cuidados intensivos para que “los servicios puedan ampliarse rápidamente en caso de tener que hacer frente a un posible aumento de nuevas infecciones”, advirtió la directora de la OPS.
Con respecto a la ola actual del COVID-19 en la Argentina y su futuro, hay diferentes factores que la motorizan. “El crecimiento de una ola depende de diversos factores”, señaló en diálogo con Infobae la doctora Andrea Uboldi, vicepresidenta de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología y miembro de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaIn). Uno de ellos es la estrategia de vigilancia de los casos de COVID-19. “Si se detecta un brote en una escuela o en un lugar de trabajo, se deberían aislar a los afectados para evitar la expansión. Si la población tiene el esquema completo y los refuerzos, también se disminuirá el riesgo de transmisión del coronavirus y habrá menos casos. También cuenta la adherencia al uso de barbijo, la ventilación cruzada y permanente, y el aislamiento de las personas con síntomas de COVID-19 en sus casas”, afirmó Uboldi.
Para el doctor Humberto Debat, investigador en virología del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) e integrante de Proyecto País -que es el consorcio de vigilancia genómica del coronavirus del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación-, el aumento de casos de COVID-19 en la Argentina desde fines de marzo se produce también por diferentes razones. “Un factor es la evolución viral con los nuevos sublinajes de Ómicron, como BA.2 que hoy predomina en la Argentina y que tiene una mayor capacidad para quebrar la inmunidad natural que Ómicron BA.1. Esto hace que más personas estén en mayor riesgo de reinfectarse”, explicó el científico.
Además, el virólogo Debat señaló al ser consultado por Infobae que “ya pasaron varios meses desde que muchas personas se aplicaron el esquema primario o el primer refuerzo de la vacuna contra el COVID-19, y se sabe que la protección de la inmunización decae con el paso del tiempo. Por eso, se necesitan las dosis de refuerzo”. Otra razón -indicó- que explica el desarrollo de la ola actual es que “hay menos adherencia en los cuidados de prevención como el uso de barbijo y la ventilación. Con la llegada del frío, hay más encuentros en lugares cerrados, que favorecen más la transmisión del coronavirus”.
Para los próximos meses, existe la posibilidad de que Ómicron BA.4 (que ya fue identificada en muestras de pacientes en la Argentina) pase a predominar en la circulación comunitaria. Pero el impacto sanitario en cuando a las hospitalizaciones no sería tan alto como el que ocurrió con la variante Gamma el año pasado. “Igualmente con la variante Ómicron BA.1 hubo hospitalizaciones. Por lo cual el riesgo de los sublinajes de Ómicron en cuanto a los cuadros graves no debería ser subestimado. La pandemia hoy continúa. Hay aún una marcada dominancia del COVID-19 por encima de otras infecciones respiratorias en la Argentina, aunque la percepción de riesgo para algunos sectores de la población sea bajo. Este momento es clave para que más personas vayan a aplicarse las dosis de refuerzo”, afirmó el doctor Debat.
“En esta nueva ola del COVID-19 en la Argentina, están circulando diferentes sublinajes de Ómicron, que pueden escapar a la inmunidad por las dosis de vacunas y a la inmunidad conferida por haber tenido la infección por el coronavirus. Por eso, se necesita recibir la dosis de refuerzo como una manera de estar protegidos contra el riesgo de desarrollar cuadros graves”, también resaltó Silvia González Ayala, quien es miembro de la Sociedad Argentina de Infectología y consultora en infectología del Hospital de Niños Sor María Ludovica de La Plata.
“Es importante -subrayó González Ayala al ser entrevistada por Infobae- mantener el uso del barbijo o mascarillas en los ambientes cerrados con no convivientes y en el transporte público, y que las personas vayan a completar el esquema primario si no lo han hecho todavía o a aplicarse las dosis de refuerzo”. Hoy el 81% de la población tiene el esquema primario con dos dosis de vacunas y el 50% recibió dosis como refuerzos o como adicionales.
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