Durante los últimos 14 días, los casos de personas que fueron diagnosticadas con el COVID-19 en la Argentina aumentaron el 182% si se consideran los reportes por inicio de fecha de síntomas, según los datos abiertos del Ministerio de Salud de la Nación.
En estos momentos, la subida de la curva de casos estarían siendo motorizada por la circulación de la subvariante Ómicron BA.2 del coronavirus y por otros sublinajes -como Ómicron BA.4 y Ómicron BA.2.12.1- que se han identificado en el país recientemente. Hoy, 1 de cada 4 personas que se testea en la Argentina es diagnosticada con el COVID-19.
En 6 de las 24 jurisdicciones que conforman el país, el crecimiento de casos fue mayor. En Ciudad de Buenos Aires, el aumento de casos confirmados de COVID-19 por fecha de inicio de síntomas fue del 205% durante las últimas dos semanas. En provincia de Buenos Aires, el crecimiento fue del 212%, según el análisis de datos del doctor Jorge Aliaga, de la Universidad Nacional de Hurlingham en base a los datos abiertos del Ministerio de Salud de la Nación.
En la provincia de La Pampa, el aumento de casos reportados con COVID-19 fue del 485% y en San Juan, el crecimiento fue del 517%. También los casos aumentaron el 200% en la provincia de Catamarca. En Corrientes, los casos confirmados de COVID-19 subieron un 276%. Cuando se consideran los casos confirmados por fecha de síntoma, se obtiene una radiografía más precisa sobre lo que ocurrió durante las últimas semanas. En cambio cuando se tienen en cuenta los casos reportados en el parte semanal del Ministerio de Salud se incluyen a pacientes que fueron diagnosticados en los meses anteriores pero que sus datos fueron cargados al sistema recientemente.
Cabe la posibilidad de que el crecimiento de los casos de personas con la infección sea aún mayor ya que no todos los afectados con síntomas ahora se hacen los testeos. Solo se realizan en personas priorizadas por la posibilidad de que desarrollen complicaciones y requieran hospitalización.
La positividad -que es la cantidad de testeos que resultan positivos del total que se realizan cada semana- también estuvo creciendo. Ya supera el 25%. Es decir, que 1 de cada 4 personas que se testea en la Argentina hoy es diagnosticada con el COVID-19.
En la ciudad de Buenos Aires, 1 de cada 3 testeos da positivo. En esta jurisdicción ya hubo 2 días con más de 2.000 casos reportados según la fecha de inicio de síntomas.
En cambio, si se consideran los datos de las personas que murieron por fecha de fallecimiento, “el incremento de casos aún no se ve reflejado en un aumento”, señaló Martín Barrionuevo, contador y senador provincial por Corrientes, quien hace un análisis diario de la evolución de la pandemia en el país. Durante las últimas 5 semanas, las muertes por el COVID-19 estuvieron por debajo de los 5 fallecidos diarios. En cuanto a la internación en terapia intensiva, hubo 300 pacientes con COVID-19 hospitalizados, con una leve tendencia al aumento (pasaron de 295 a 300 internados en una semana).
En la Argentina -según el nuevo informe emitido por el Proyecto País de vigilancia genómica del coronavirus, que depende del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación- ya se detectaron personas afectadas por los sublinajes BA.4 y BA.2.12.1. Son dos de las subvariantes que también han impulsado el aumento de casos en América del Norte y en África.
Junto con Ómicron BA.5 (que hasta el momento no ha sido reportada en la Argentina), las tres nuevas subvariantes tienen mutaciones que alteran un aminoácido clave llamado L452, lo que puede ayudar a explicar su capacidad para esquivar la inmunidad. El L452 forma parte del dominio de unión al receptor, la parte de la proteína de la Espiga que se adhiere a las células y permite la infección. El dominio también es un objetivo clave para los anticuerpos protectores. Esas características señalan la importancia de que hoy la población vaya a completar el esquema de vacunación y se aplique la dosis de refuerzo.
Al igual que el equipo sudafricano, los científicos en China descubrieron que la sangre de pacientes que habían sido infectados por el BA.1 sólo tenía una débil capacidad para neutralizar a los sublinajes BA.4 y el BA.5. Y lo mismo ocurría con el sublinaje BA.2.12.1. Los sueros de personas que habían sido infectadas previamente por el SARS y luego vacunadas contra el COVID-19 fueron aún menos eficaces.
“Los casos de COVID-19 están aumentando por diferentes factores. Hay un ritmo lento de la vacunación con las dosis de refuerzo y se sabe que tener aplicadas solo dos dosis de vacunas hoy no es suficiente frente a la exposición ante la variante Ómicron y sus sublinajes, que son más transmisibles”, aseguró a Infobae el doctor Eduardo López, director de la carrera de infectología pediátrica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires y del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez de la Ciudad de Buenos Aires.
Sobre este contexto, el doctor López advirtió que, con el cambio de criterios para hacer los testeos, hay casos que no se están diagnosticando. “Algunas jurisdicciones están haciendo menos testeos y habría casos que no están siendo reportados. Hay que estar atentos a la situación de las hospitalizaciones por el COVID-19 especialmente por el avance de la subvariante Ómicron BA.2 u otros sublinajes, y es importante recordar a la población que debe ir a recibir las dosis de refuerzo en este momento”, afirmó en diálogo con Infobae.
El martes pasado la Ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti destacó que, aún con las vacunas a disposición, en esta etapa “las personas que fallecen (por COVID-19) siguen siendo las mayores de 50 años”, pero “con una mortalidad muchísimo más baja” en comparación con el número de muertos que causó el SARS-CoV-2 antes de la existencia de los inoculantes. “Por eso es tan importante el rol que tienen las vacunas, que tuvieron y siguen teniendo, no es que ya pasó” la pandemia, aclaró.
El coronavirus, agregó, “va a ser un virus estacional que va a acompañarnos hacia adelante, que va a generar aumento de casos en el invierno y en el otoño, que va a generar hospitalizaciones y muertes en las personas de más riesgo que en general son las que no están vacunadas porque la vacunación es una herramienta importantísima para prevenir hospitalizaciones y muertes.
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