Ómicron nunca se fue, pero ahora su circulación estaría volviendo a crecer en la Argentina. Como ocurrió en Asia, Europa, África o en América del Norte, la propagación de esa variante del coronavirus produjo ya una ola súbita de casos de COVID-19 en el país y retrocedió a fines de enero. Pero un sublinaje de esa variante, Ómicron BA.2 se expandió y ya se registra un repunte lento de casos de personas con coronavirus en la Ciudad de Buenos Aires, Misiones, Córdoba y provincia de Buenos Aires.
A nivel nacional, hubo un aumento de casos confirmados de COVID-19 del 10% entre la semana pasada y la anterior si se consideran los datos por fecha de inicio de síntomas. Se reportaron 637 casos como promedio semanal y se pasó a 699. En cambio, en las internaciones en terapia intensiva siguen en descenso, según el análisis de Jorge Aliaga, doctor en física y secretario de Planeamiento de la Universidad Nacional de Hurlingham en base a los datos abiertos del Ministerio de Salud de la Nación.
Pero se observan algunas diferencias entre las 24 jurisdicciones con respecto a la evolución de la curva de casos del COVID-19 como también ha ocurrido desde el inicio del pandemia en la Argentina: los primeros casos se reportan en la capital y el Conurbano y luego se extiende al resto del país.
En la Ciudad de Buenos Aires, los casos reportados fueron creciendo en todas las semanas de abril: fueron 230 casos como promedio en la primera semana y superaron los 260 casos tres semanas después. Consultado por Infobae, el médico Gabriel Battistella, subsecretario de atención primaria, ambulatoria y comunitaria del Ministerio de Salud porteño, contó: “Los casos de COVID-19 sí han aumentado no solo en la Ciudad de Buenos Aires sino también en otras jurisdicciones. Hay que considerar que hubo cambios en el número de testeos, y estamos haciendo la transición a centros centinelas. Además hubo feriados por el fin de Semana Santa y ahora se suma la estación con más fríos que contribuirían a más casos”.
“Si bien están aumentando los casos, no tendrían impacto grande en el sistema sanitario. Con el Consejo Federal de Salud (COFESA) estamos analizando los indicadores de internación y gravedad y no tanto los casos confirmados como patrón de monitoreo de la evolución de la pandemia”, agregó Battistella.
En ciudad de Buenos Aires, ya se ha registrado también el mayor avance del sublinaje de Ómicron, BA.2. Como dijo a Infobae días atrás, Mariana Viegas, investigadora en virología del Conicet en el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez de Buenos Aires y coordinadora del Proyecto País, el consorcio de vigilancia genómica del coronavirus del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación: “En los pocos casos que estamos analizando semana a semana, se detecta Ómicron BA.2 entre el 25% y el 50% de las muestras de la ciudad de Buenos Aires. Así es el rango por el bajo número de casos que se envían a secuenciar y el intervalo de confianza da amplio”.
También en el último reporte de vigilancia genómica de las investigadoras del Instituto ANLIS/Malbrán ya se había advertido la circulación del sublinaje BA.2 en CABA, provincia de Buenos Aires, San Luis, Santa Fe, y Tucumán. El Ministerio de Salud de Córdoba confirmó también los primeros casos de pacientes con Ómicron BA.2 en esa jurisdicción.
En Ciudad de Buenos Aires, el aumento de casos de COVID-19 entre la última semana reportada con respecto a la anterior fue del 11%. En Misiones fue aún mayor: el 35%. En provincia de Buenos Aires, hubo un crecimiento del 6% y en Córdoba del 21% durante la última semana reportada.
Los cambios como las pautas de quiénes se tienen que hacer los testeos (hoy solo los que tienen síntomas y pertenecen a grupos de riesgo) y el de informes diarios a semanales por parte de las autoridades sanitarias no permiten tener una radiografía más profunda sobre la pandemia en tiempo real. Además puede haber demoras en la carga de los datos al sistema del Ministerio de Salud y durante los feriados por Semana Santa podrían haberse producido más casos. “Se ve una tendencia a la suba, clara y sostenida en CABA, pero todavía con valores bajos”, afirmó Aliaga.
“Como cambiaron los criterios para hacer los testeos, ahora hay menos personas con síntomas que se hisopan para confirmar el diagnóstico de COVID-19 y esto dificulta la interpretación de los casos. Posiblemente, el aumento de los casos ocurrió antes de la última semana, pero no se observó por el cambio en la metodología de testeos. Como los reportes son semanales, hay que ver si la tendencia se sostiene en el tiempo”, comentó a Infobae Rodrigo Quiroga, investigador en bioinformática del Conicet y la Universidad Nacional de Córdoba.
Mientras tanto, la aplicación de las vacunas contra el COVID-19 empezó a repuntar. El 83% de la población argentina tiene el esquema primario de vacunas, y el 46% tiene dosis de refuerzo. Se pasó de 254.291 dosis aplicadas en la segunda semana de abril a 501.294 dosis en la tercera semana según los datos del Monitor Público de Vacunación de la cartera de Salud. Un cambio que implicó un aumentó del 97% y está relacionado con que se habilitó la segunda dosis de refuerzo en grupos priorizados. El récord de aplicaciones desde diciembre de 2020 hasta ahora fueron 3.060.259 dosis durante la primera semana de enero de este año. Desde entonces el ritmo de las aplicaciones había ido en picada.
En el contexto actual de la pandemia y en base a la evidencia científica, hoy la prevención contra el COVID-19 pasa por sumar “capas” de protección. “Con la dosis de refuerzo, hoy las personas cuenta con una excelente defensa frente a lo que es la posibilidad de cursar una infección severa si se contagia el coronavirus hoy”, respondió el doctor Jorge Geffner, investigador en inmunología y vicedirector del Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y SIDA (INBIRS), que depende del Conicet y la Universidad de Buenos Aires. El experto añadió que la prevención contra la infección también debe hoy incluir el uso adecuado del barbijo o mascarilla en los ambientes cerrados y de la ventilación cruzada y permanente porque reducen también el riesgo de contraer el virus.
En tanto, Sandra Cordo, investigadora en virología del Instituto de Química Biológica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, de la Universidad de Buenos Aires y del CONICET y miembro de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Virología, precisó al ser consultada por Infobae hoy: “Las recomendaciones siguen siendo uso adecuado del barbijo especialmente en lugares cerrados, con mala o escasa ventilación. Recordemos que el virus se transmite por el aire a través de los aerosoles que respiramos. La movilidad es necesaria para trabajar, estudiar, entre otras actividades, pero hoy se debe seguir con los cuidados de usar barbijo en situaciones de riesgo de exposición para disminuir la chance de contagiarnos”.
Andrea Pineda Rojas, investigadora del Conicet y del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y una de las impulsoras junto con Cordo y Aliaga de la campaña Ventilar del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, remarcó: “Cualquier barbijo es mejor que nada, pero las personas con factores de riesgo deberían usar los N95 o KN95 que son mucho más efectivos que los de tela común”.
Además, Pineda Rojas subrayó la importancia de la ventilación cruzada y permanente. “Para controlar que la ventilación del lugar sea adecuada lo más sencillo es medir la concentración del dióxido de carbono y que no supere los 700 ppm”. En la página web de Ventilar se explica cómo se puede armar un monitor del aire. “En el caso de los filtros de aire, se están recomendando los C-R que tienen buen desempeño y son mucho más económicos que los HEPA. Se pueden armar fácilmente -dijo Pineda Rojas-. Se recomiendan para lugares donde no se puede ventilar o como complemento a la ventilación cuando no sea suficiente”.
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