Junto con el agua potable, las vacunas son una de las herramientas de la salud pública que más vidas de seres humanos han salvado. Antes de ser indicadas, se hacen ensayos clínicos que permiten evaluar si una vacuna es segura y eficaz al ser aplicada para la prevención de una enfermedad infecciosa. En la Argentina, hay 20 vacunas obligatorias en el calendario nacional. Sin embargo, 4 de cada 10 personas no sabe qué inoculantes tienen que aplicarse para estar protegidos.
El dato surge de una encuesta online de Fundación Huésped en colaboración con la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE) y la Universidad ISALUD. Los investigadores buscaron identificar cuáles son las actitudes y prácticas en relación a las 20 vacunas del calendario nacional de vacunación y a las vacunas contra el COVID-19 en diferentes grupos que residen en la Argentina.
Hasta el 30 de abril se celebra la Semana de la Vacunación en todo el continente americano. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), las vacunas de rutina son las que se recomiendan para todas las personas, según la edad y el historial de cada persona. No solo los niños y los adolescentes tienen que estar al día con las vacunas, también hay dosis indicadas para embarazadas, adultos y adultos mayores. “Cada una está diseñada para proteger contra las enfermedades que más afectan en cada momento de tu vida”, según la agencia sanitaria.
En la encuesta que se hizo en la Argentina, se indagó en el grado de adherencia había por parte de la población hacia las vacunas en general. Se encontró que hay un alto apoyo a la inmunización. Las respuestas se basan en lo que recordaron los participantes y no están basadas en un registro verificado.
Se observó que 7 de cada 10 de las 23.264 personas encuestadas respondieron que habían recibido todas las vacunas recomendadas en el calendario nacional. El 19,1% dice haber recibido algunas vacunas, el 2,3% no lo recuerda y solo el 6,4% refiere que no se aplica las vacunas del calendario habitualmente.
Las razones más frecuentes para no haber recibido todas las vacunas del calendario fueron: desconocer las vacunas que podrían aplicarse (40,2%), nunca se las indicaron (31,6%) y no se las pudieron aplicar por falta de tiempo (10,5%). Solo el 15,8% contestó que no quiso darse la o las vacunas que le correspondían.
Entre quienes residen en barrios socioeconómicamente vulnerables (que fueron 414 participantes en la encuesta), 6 de cada 10 respondieron que habían recibido todas las vacunas recomendadas en el calendario nacional. Ese resultado marcó una diferencia notoria con el resto de los grupos poblacionales. Además, el 23,4% señaló haber recibido algunas, el 9,8% no lo recuerda y solo el 7,1% indica que no se da las vacunas habitualmente.
Las razones más frecuentes para no recibir todas las vacunas del calendario en esos barrios fueron: desconocer las vacunas que podrían darse (35,8%), no recordar qué vacunas recibieron (24,8%) y no vacunarse por falta de tiempo (17%). Solo el 9,7% contestó que no quiso darse la o las vacunas correspondientes.
Si se tiene en cuenta solo las respuestas de participantes que trabajan como personal de salud, se detectó que 8 de cada 10 personas señalaron haberse colocado todas las vacunas del calendario. Además, el 15,4% indica haber recibido algunas, el 0,8% no lo recuerda y solo el 3,3% refiere que no se aplica las vacunas habitualmente. Entre quienes señalan no haber recibido todas las vacunas, los motivos más frecuentes fueron: “Nunca me la/s indicaron” (28%), “No conozco qué vacunas podría darme” (27,9%), y “No pude dármela/s por falta de tiempo” (14,8%). El 22,1% contestó que no quiso darse las vacunas correspondientes. Es el porcentaje más alto de negativa entre los grupos estudiados.
Consultada por Infobae, Virginia Zalazar, coordinadora de la encuesta e investigadora junto con Romina Caballero, Pablo Radusky e Inés Arístegui, comentó: “La encuesta reveló que hay un alto apoyo y adherencia a las vacunas en general en la Argentina. En relación a las vacunas contra el COVID-19 que no están en el calendario, 9 de cada 10 personas tuvieron una intención positiva”. La encuesta se hizo en un momento que se estaba avanzando con la inmunización con el esquema primario el año pasado, entre mayo y julio del año pasado.
El acceso a la vacunación en el país es gratuito e incluye a todas las personas que las necesitan, independientemente de la cobertura de salud o estatus de residencia. Después de la pandemia por la gripe A en 2009, se consiguió una cobertura de más del 95% con la vacuna antigripal. Pero las coberturas de vacunación fueron descendiendo de manera gradual: se redujeron en promedio 10 puntos en la última década, especialmente en las vacunas de la infancia y la adolescencia.
Con el avance de la pandemia por el coronavirus, un trabajo anterior había registrado un aumento de la desconfianza en las vacunas. El Índice de Confianza y Acceso a Vacunas en la Argentina fue de 86,9% en 2020, disminuyendo 7,2% respecto a 2019. A su vez, también respecto a 2019, las coberturas nacionales de vacunación bajaron 10 puntos más, profundizando aún más la situación de descenso de la última década.
“Es fundamental que la población sepa hoy que el calendario nacional de inmunizaciones cuenta con vacunas para todas las etapas de la vida”, dijo a Infobae Florencia Cahn, médica infectóloga y presidenta de la SAVE. “Al no saber qué vacunas le corresponden, hace que las personas no estén lo suficientemente empoderadas para reclamar por las dosis. Es bueno que el personal de la salud y la población conozca que vacunas se debe recibir en cada etapa de la vida”, afirmó.
A partir de los resultados de la encuesta, los investigadores hicieron recomendaciones. Una de ellas es que se deberían “crear campañas de información sobre las vacunas y el Calendario Nacional de Vacunación para cada etapa de la vida, ya que la desinformación es una de las principales barreras de acceso a la vacunación”.
También se deberían generar mensajes de promoción de la vacunación con hincapié en la seguridad y los beneficios de las vacunas, utilizar la televisión y las redes sociales como canales principales para la difusión de campañas de promoción, y generar multiplicadores de mensajes en redes sociales. Consideraron que como la mayor parte de la población hoy ya adhiere a la vacunación, e puede replicar su mensaje como “inmunoinfluencers”: se les debería invitar a que repliquen el mensaje favorable sobre la vacunación entre sus conocidos que aún no se inmunizaron.
Otra medida contra la desinformación sería “diseñar campañas dirigidas a fomentar que la población recurra en mayor medida a los trabajadores de la salud como una fuente veraz de información sobre vacunas”.
La vacunación con inoculantes que han demostrado eficacia y seguridad es también un acto responsable y solidario con los demás. Según el Ministerio de Salud de la Nación, la persona que no se vacuna, no solo se pone en riesgo a sí misma, sino también a toda la comunidad, especialmente a aquellos que son más vulnerables, como niños menores de 1 año que aún no han completado sus esquemas, embarazadas e inmunodeprimidos. Para cuidarse y para cuidar a otras personas, es clave entonces que cada uno consulte al personal de la salud cuáles son las vacunas que le faltan de acuerdo a su edad.
Todas las vacunas contempladas en el Calendario Nacional están disponibles de forma gratuita en los vacunatorios, centros de salud y hospitales públicos de Argentina, y no se requiere orden médica. El Ministerio de Salud de la Nación brinda más información aquí. Días atrás, la Ministra Carla Vizzotti recordó a la población que debería aplicarse las vacunas contra el COVID-19, especialmente las dosis de refuerzo. También se informó que la vacuna antigripal está disponible en forma gratuita para el personal de salud, mayores de 65 años, personas gestantes, puérperas (si no recibieron la vacuna durante el embarazo), niñas y niños de 6 a 24 meses y personas de 2 a 64 años con condiciones de riesgo como obesidad, diabetes, enfermedades respiratorias, enfermedades cardíacas, inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, pacientes oncohematológicos, trasplantados o personas con insuficiencia renal crónica en diálisis.
SEGUIR LEYENDO: