Las dos dosis de vacunas contra el COVID-19 han funcionado bien para prevenir enfermedades graves, hospitalizaciones y muertes. Pero la protección de ese esquema primario de vacunas decae con el paso del tiempo y por eso es crucial el acceso a las dosis de refuerzo. En la Argentina, las dosis de refuerzo están disponibles. Sin embargo, aunque ya llegó el otoño y las temperaturas están bajando, aún hay más de 17 millones de personas que no han ido a recibir la tercera dosis.
El plan estratégico de vacunación del Ministerio de Salud de la Nación empezó por el esquema inicial de dos dosis el 29 de diciembre de 2020 para los grupos priorizados. Luego se sumó la aplicación para el resto de la población en diferentes momentos del año pasado. En noviembre, se empezó a aplicar las terceras dosis, como adicional en algunos grupos como las personas inmunocomprometidas, y como refuerzo. En febrero pasado, se autorizó la aplicación del refuerzo en los adolescentes de 12 a 17 años.
La dosis de refuerzo se puede aplicar tras un intervalo mínimo de 4 meses desde la aplicación de la última dosis del esquema inicial. Hoy solo el 43% de la población general tiene la dosis de refuerzo. Hay 17.334.583 personas que se han aplicado la segunda dosis pero no han ido a recibir la dosis de refuerzo, según el análisis de datos del doctor Jorge Aliaga, quien es Secretario de Planeamiento y Evaluación Institucional de la Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHUR) y hace un seguimiento diario de la evolución de la pandemia en la Argentina en base a los datos abiertos del Ministerio de Salud de la Nación.
Diferentes motivos explican por qué las personas no se han aplicado la dosis de refuerzo. “En el caso de los de menores de 12 años, aún no pasaron los 6 meses del intervalo que tienen que esperar según la recomendación del Ministerio de Salud de la Nación. En el caso de los adolescentes de 12 a 17 años, el refuerzo se habilitó en febrero y aún no pasaron los cuatro meses que deben esperar”, señaló el doctor Aliaga al ser consultado hoy por Infobae. “Pero es preocupante que aún haya tantas personas mayores no fueron a aplicarse el refuerzo, que están dentro de los grupos con más riesgo de desarrollar complicaciones si se contagian el coronavirus”, agregó.
Si se considera a la población que tiene entre 60 y 69 años, aún el 13,6% no se aplicó el refuerzo. Son 482.890 personas. Entre los que tienen entre 70 y 79 años, el 6,9% (161.089 personas) tampoco lo recibió. Entre los de 80 y 89, el 11% (108.882 personas) aún tiene que aplicarse la dosis de refuerzo. Tampoco lo recibió el 11,3% de los mayores de 90 años (son 25.234 personas). Es decir que todavía hay 778.095 personas mayores de 60 años sin la tercera dosis de refuerzo en la Argentina.
“Recibir la dosis de refuerzo de la vacuna contra el COVID-19 es necesario porque el alto nivel de anticuerpos que se consigue después de la segunda dosis decae con el paso del tiempo”, dijo a Infobae la doctora Angela Gentile, infectóloga pediatra, jefa de Epidemiología del Hospital de Niños “Ricardo Gutiérrez” y miembro de la Sociedad Argentina de Pediatría y la Comisión Nacional de Seguridad en Vacunas.
“Desde diciembre pasado, circula la variante de preocupación Ómicron que pasó a ser la predominante. Como es una variante de alta transmisibilidad y no se sabe si pueden aparecer otras, hoy se necesita que la población vaya a recibir la dosis de refuerzo después del esquema inicial-especialmente las personas mayores de 60 años y las personas que son inmunocomprometidas o tienen enfermedades cardiovasculares y respiratorias, entre otras”, subrayó la doctora Gentile.
“Aún hay muchas personas en la Argentina que no fueron a recibir la tercera dosis como refuerzo, y se debe a que la política de comunicación e implementación del Ministerio de Salud de la Nación no está clara. Las personas todavía no saben que pueden recibirla y tampoco cuál es su importancia”, sostuvo Roberto Debbag, presidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica. “La dosis de refuerzo hoy es clave para marcar la diferencia en la prevención de la infección por el coronavirus. Con la segunda dosis se reduce el riesgo de hospitalización y muerte. Con la tercera dosis como refuerzo, se previene la infección y la transmisión. Además, la tercera dosis aumenta la eficacia para la prevención de la variante Ómicron en comparación con las otras dos dosis”, agregó al ser consultado por Infobae.
Existe el riesgo de que los casos de COVID-19 vuelvan a aumentar pronto como sucedió en Europa recientemente donde se produjo un repunte de casos tras la primera ola con Ómicron. La directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa Etienne, dijo hoy en conferencia de prensa que “Ómicron BA.2 ya se ha detectado en el 8,7% de las secuencias reportadas de América del Sur en bases de datos globales. Junto con el aumento del turismo y los viajes, la circulación de Ómicron está impulsando las nuevas oleadas de Ómicron”.
Según dijo a Infobae el médico Gabriel Battistella, a cargo de la Subsecretaría de Atención Primaria, Ambulatoria y Comunitaria del Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, “puede haber un repunte de casos de COVID-19 cuando haya temperaturas más bajas y las personas suelen estar más en lugares cerrados. Aún hay personas susceptibles de adquirir la infección por Ómicron. Pero estimamos que los casos de COVID-19 serán casos leves o asintomáticos sin repercutir demasiado en hospitalizaciones”.
Recientemente, se difundieron los resultados de un estudio realizado por el equipo de Andrea Gamarnik -de la Fundación Instituto Leloir y el Conicet- y Jorge Geffner (del INBIRS de la Universidad de Buenos Aires y el Conicet), sobre la población argentina que recibió la vacuna Sputnik V, desarrollada por el Instituto Gamaleya.
A través de ese trabajo publicado en la revista The Lancet Infectious Diseases, se demostró que la respuesta inmune inducida por solo dos dosis de vacunación frente a la variante Ómicron no es óptima. Esas pruebas reafirmaron la importancia de la aplicación de una tercera dosis como refuerzo.
La situación actual de la curva de casos de COVID-19 y el relajamiento con los cuidados de prevención han contribuido a que se cambie la percepción de riesgo. En diciembre y enero cuando los casos crecieron explosivamente por la circulación de Ómicron, hubo también un aumento en las aplicaciones semanales. Con el descenso de los casos a fines de enero, la percepción de riesgo volvió a cambiar.
En la primera semana de enero se había batido un récord de 3.054.199 aplicaciones de dosis semanales. Las aplicaciones semanales bajaron más del 80% en marzo con respecto al récord de enero, según el Monitor Público de Vacunación de la cartera de Salud.
“La sensación de riesgo de contraer la enfermedad y su severidad disminuyó y parece que la situación está más calma. Esto repercute en la falta de cumplimiento con la vacunación”, señaló a Infobae la doctora Daniela Hozbor, investigadora del COVID-19 en el Instituto de Bioquímica y Biología Molecular, dependiente del Departamento de Ciencias Biológicas de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata y el CONICET.
Entre los adolescentes de 12 a 17 años hay 2.473.193 que no se han dado el refuerzo. Son el 58,4% de ese grupo etario. Entre los que tienen entre 18 y 29 años, aún el 49% no fue a recibir el refuerzo: son 4.155.12 personas. Entre los que tienen entre 30 y 39 años, aún 2.840.283 tienen dos dosis pero no fueron por la tercera (44%), y entre los que tienen entre 40 y 49 años, hay 2.008.124 personas sin el refuerzo (35%), según el análisis del doctor Aliaga.
También hay personas aún no fueron a aplicarse el refuerzo porque hubo un cambio específico en la recomendación oficial para los que tuvieron COVID-19 y ya estaban inmunizados con dos dosis. Desde la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaIN) se recomendó en enero que las personas que habían adquirido la infección después de haber recibido las dosis de vacunas tienen que esperar 90 días más después de haberse cumplido el intervalo de 4 meses con respecto a la segunda dosis.
Es decir que para las personas que ya tienen esquema primario de dos dosis y que tuvieron la infección en diciembre, ahora -en abril- pueden concurrir a recibir el refuerzo, según dijo a Infobae Andrea Uboldi, vicepresidenta de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE) y miembro de la CoNaIN.
De acuerdo con la doctora Uboldi, “se espera que en abril aumente la demanda de las dosis de refuerzo de la vacuna contra el COVID-19. Además, la mayoría de las jurisdicciones intentarán acoplar la aplicación del refuerzo con la vacunación antigripal en los grupos priorizados. De esta manera, en junio la población de mayor riesgo de complicaciones por el COVID-19 y la gripe estaría mejor protegida”.
Desde la Sociedad Argentina de Infectología, la comisión directiva aclaró que las personas que aún no hay recibido las dosis de la vacuna contra el COVID-19 pueden ir a recibirlas y acceder también a la inmunización contra la gripe simultáneamente. La dosis de la vacuna antigripal se puede aplicar el mismo día que la vacuna contra el COVID-19. Si una persona tuvo gripe días atrás, también se puede inmunizar. “Una vez resuelto el cuadro clínico, se puede vacunar”, recomendó Claudia Salgueira, presidenta de la SADI.
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