La variante Ómicron del coronavirus se propagó en la Argentina mucho más rápido que la anterior variante de preocupación, Delta. Según revelaron un grupo de investigadores que hacen la vigilancia genómica del coronavirus en el Instituto ANLIS/Malbrán, dependiente del Ministerio de Salud de la Nación, Ómicron fue detectada los primeros días de diciembre pasado en muestras analizadas de pacientes con COVID-19 que habían estado en el extranjero. Durante las dos semanas siguientes, Ómicron pasó a ser la variante predominante, mientras la variante Delta tardó más de 10 semanas el año pasado en ser detectada en más del 50% de las muestras en 2021.
De acuerdo con el último reporte del Instituto ANLIS/ Malbrán, la variante Ómicron ya está en todas las regiones del país y es la predominante desde dos semanas después de que se la detectó en diciembre. En la semana del 2 de enero pasado la proporción de variante Ómicron en casos sin antecedente de viaje se situó en un 84.4% mientras que la proporción de variante Delta descendió al 15.6%, entre las muestras analizadas por secuenciación genómica y rt-PCR.
En cuanto a las muestras analizadas para la detección de mutaciones características de SARS-CoV-2 por rt-PCR (tamizaje) se observó que en la última semana de diciembre de 2021 la proporción de muestras compatibles con variante Ómicron se encontraba entre el 55.5% y 94.7%, según el reporte del Instituto ANLIS/Malbrán.
“Se observó un descenso general de la detección de variante Delta en la mayoría de las provincias con respecto a las semanas previas”, informaron los científicos. “La circulación de variantes de SARS-CoV-2 se caracteriza actualmente por un rápido crecimiento de la variante Ómicron con un descenso concomitante en la detección de variante Delta en varias de las Jurisdicciones del país”, añadiero.
“Fue una diferencia muy grande con respecto a la etapa anterior. Cuando analizamos la variante Delta del coronavirus el año pasado, su crecimiento fue durante varios meses lento. En cambio, Ómicron se llevó todo. Su propagación no fue escalonada como la de la variante anterior”, dijo a Infobae la doctora Josefina Campos, científica a cargo de la investigación en el ANLIS/Malbrán. “El coronavirus nos sorprende día a día”, resaltó.
No hubo un único viajero que introdujo la variante Ómicron en el país sino que fueron múltiples ingresos. Según contó Humberto Debat, biólogo molecular del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) e investigador del Conicet, se hizo “un estudio en colaboración entre Proyecto País y el Instituto ANLIS/Malbrán que indica que hubo múltiples ingresos al país con la variante Ómicron”.
Pese a la creencia que circula, la infección por la variante Ómicron del coronavirus no es como un resfriado común. Hay riesgo de que las personas puedan desarrollar casos graves y que requieran internación en el hospital. Desde que Ómicron detectó por primera vez hace apenas nueve semanas, se han reportado más de 80 millones de casos en el mundo, más que en todo 2020. Ya está presente en 171 países. La gran mayoría de los hospitalizados en países en los que Ómicron se ha convertido en la variante dominante fueron personas que no estaban vacunadas completamente contra el COVID-19.
Entre los primeros casos de personas que se contagiaron y fueron detectados en la primera semana de diciembre con la variante Ómicron en Argentina fueron 4 personas que residen en la provincia de Córdoba. El caso índice se trató de una persona que regresó de viaje hace 10 días, el 2 de diciembre, procedente de Dubái, Emiratos Árabes Unidos, desembarcando en el Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini de Ezeiza con test de antígeno negativo al arribo. También se detectaron en los primeros días de diciembre casos con Ómicron en San Luis, Ciudad de Buenos Aires y Santa Fe.
En Córdoba también hubo inicialmente un brote a partir de adolescentes y adultos jóvenes que habían estado en múltiples eventos sociales y espectáculos en diciembre. Se contagiaron a partir de una persona que había estado en los Estados Unidos, según informó el Instituto ANLIS/Malbrán cuyos reportes mensuales de vigilancia genómica son difundidos al público una vez por mes en el sitio del Ministerio de Salud de la Nación.
En esa provincia, también se hace una vigilancia a partir de aguas residuales. “El 13 de diciembre detectamos tanto las variantes Ómicron como Delta. Con los datos del monitoreo, una semana antes solo se detectaba Delta. Al tener en cuenta que Ómicron tiene mayor capacidad de transmisibilidad, el monitoreo de aguas residuales resultó clave: se avisó al Ministerio de Salud de Córdoba que los casos de COVID-19 iban a aumentar dos semanas antes”, había afirmado Gisela Masachessi, doctora en Ciencias Biológicas e investigadora del Conicet tras dar a conocer los resultados del trabajo en diciembre.
Por el impacto de Ómicron, hubo un aumento explosivo de casos en Córdoba desde diciembre pero hoy la situación parece empezar a cambiar. Según dijo a Infobae la subsecretaria del Ministerio de Salud provincial, Gabriela Barbás: “La demanda de testeos en Córdoba bajó ahora con respecto a semanas anteriores. Estamos en desescalada. No cambiamos el criterio porque consideramos que el eje de testeo es fundamental para el abordaje de la pandemia. En promedio, se hacen entre 38.000 a 40.000 testeos diarios en estos últimos días en nuestra provincia”.
La variante Ómicron del coronavirus produjo un “tsunami” de casos en la Argentina. Hubo una suba abrupta de personas que cursan la enfermedad COVID-19 en pleno verano y desbordes en los centros de testeos y en los servicios telefónicos de atención médica. Los pacientes han sido tantos que ya se sabe que el 25% de los casos confirmados de COVID-19 desde el inicio de la pandemia se registró durante las tres primeras semanas de enero. La gran mayoría de los casos son leves, pero también aumentaron las internaciones en terapia intensiva por los pacientes graves y críticos y los fallecimientos.
Entre el inicio de la ola en diciembre y su avance durante enero, subió la edad promedio de los casos confirmados con COVID-19: pasó a los 40 años. En la semana que empezó con el 19 de diciembre el promedio de edad estaba en 34 años. En la semana del 16 de enero pasó a estar en los 40 años según los casos confirmados de COVID-19 que reporta diariamente el Ministerio de Salud de la Nación. Esa diferencia entre diciembre y enero se debe a un cambio en la proporción de los casos diagnosticados según las edades.
Se habían reportado 39.909 casos de jóvenes de 18 a 29 años con COVID-19 en la semana del 19 de diciembre. Fueron el 38% de los casos totales que se notificaron esa semana. En cambio, en la semana del 16 de enero, si bien el número de casos con esas edades subió a 111.109, la proporción para ese grupo etario se redujo con respecto al total. Esto significa que los jóvenes de 18 a 29 con el coronavirus pasaron a ser el 22,2% de los casos totales reportados, según el análisis de datos del físico Jorge Aliaga, de la Universidad Nacional de Hurlingham que hace un seguimiento diario de los datos abiertos de la cartera de Salud nacional.
Entre otros cambios, se agrandó la proporción de personas que tienen entre 30 y 59 años y fueron afectadas por el COVID-19. Para la semana del 19 de diciembre, se reportaron 39.909 casos de personas con esas edades. Representaban el 47,2% de los casos totales. Para la semana del 16 de enero, las personas con COVID-19 de 30 a 59 años pasaron a ser el 58% de los casos totales reportados. “A fin de año, se contagiaron más los jóvenes. Después se contagiaron los mayores con los que conviven”, aclaró el doctor Aliaga.
SEGUIR LEYENDO: