Vacunas y frío, se sabe: van de la mano. Las bajas temperaturas son necesarias para mantener la utilizada de gran parte de las vacunas que se utilizan contra el COVID-19. Ahora bien, ¿qué sucede ante un acontecimiento como puede ser un corte de energía? En una jornada donde los cortes de luz volvieron a ser noticia -con solo dos días de altas temperaturas, el sistema eléctrico colapsó y al menos 700 mil usuarios quedaron sin suministro- surge una pregunta no menor: ¿qué se está haciendo en Argentina para que no se pierda la cadena de frío y que se garantice la utilidad de las vacunas?
Esta escenario se da en medio de una ola de calor histórica que sufre la Ciudad de Buenos Aires y al rededores. Durante este martes la Ciudad de Buenos Aires registró 41.1°, la segunda marca más alta desde 1906. Así lo precisó el Servicio Meteorológico Nacional esta tarde. Además, Santiago del Estero y Córdoba también reportaron los registros más altos del país.
Desde el Ministerio de Salud de La Nación explicaron a Infobae que a nivel nacional el operador logístico está ubicado en la Provincia de Buenos Aires. “Las 24 provincias tienen mínimo un depósito provisión de vacunas. Y a veces más porque tienen niveles regionales”, indicaron a Infobae
Sin embargo otras provincias también contratan operadores logísticos. “Todos los depósitos tienen grupo electrógeno y planes de contingencias Se hace distribución con configuración para mantener la vida fría durante el traslado. Y la recepción. Siempre depende de la vacuna y el lugar, una cuestión que está contemplada desde siempre por el tema de los cortes de luz con millones de vacunas, incluso antes que exista el COVID”, agregaron.
Los depósitos y vacunatorios por norma nacional, deben tener planes de contingencia, esto es: en todos los niveles de la cadena de frío se deberá contar con un plan de contingencia escrito y consensuado, con todo el equipo de salud ante eventuales interrupciones del suministro eléctrico desperfectos de los aparatos. Se detallarán allí el procedimiento, los insumos, el responsable operativo, los algoritmos de comunicación, la forma de disposición de los insumos o su derivación a otro sitio en caso de necesidad.
Un dato que deja ver la rigurosidad que reina en esta gélida e importante temática: con la pandemia, según detallaron a este medio, se distribuyeron termos y conservadoras certificados por la Organización Mundial de Salud con una autonomía de frío de más de 72 horas en 2021.
Desde el Gobierno de la Ciudad explicaron que todas las heladeras donde se conservan las vacunas, tienen un termómetro conectado a una alarma. “Se ajusta la temperatura según lo que necesite cada vacuna. Si el rango no llega a ser el que está seteado, suena la alarma”, detallaron a Infobae. Así como sucede esto en los vacunatorios, en el frigorífico central donde se guardan todas las vacunas, es que se hace una logística similar a la de Nación.
“Ante un corte de luz, se cuenta con grupos electrógenos. Ahora, ¿qué sucede cuando por alguna razón no se puede asegurar la cadena de frío. “Se lleva adelante lo que se llama logística inversa, es decir, desde el vacunatorio vuelven a la cámara central. Esto sucede ante la mina posibilidad de que no se cumplan los rangos establecidos para cada vacuna”, contaron a Infobae.
Hay un rol no menor y es el del Operador del frio. En cada vacunatario hay un Operador del frio que es una personas responsable de asegurar la cadena de frío. Tenes 30 minutos para utilizarla cuando la sacas del frio. Estas personas son las que se encargan, entre otras cosas, de que no se cumpla este tiempo. Hay uno por cada vacunatario. Salvo en lugares más grandes como San Lorenzo o Parque Roca, donde hay hasta tres”, agregaron desde Ciudad que cuenta en total con 25 centros vacunatarios.
Ante la consulta de Infobae, desde el ministerio de Salud bonaerense detallaron que todas las postas de vacunación cuentan con sus respectivos grupos electrógenos. En lo inmediato si se corta la luz se activan los grupos electrógenos.
Asimismo hay guardias las 24 horas controlando la temperatura de las heladeras y los freezer. Si el corte de luz se prolongara demasiado y hubiera riesgo de que el grupo electrógeno no dé abasto hay un protocolo de emergencia que implica desde el traslado de dosis hasta hospitales u otros vacunatorios, además de las comunicaciones que se hacen con las empresas de energía.
Se activa un protocolo diseñado para estas situaciones. Hasta ahora nunca hemos tenido que aplicar el protocolo y siempre se ha resuelto en el corto plazo con los grupos electrógenos. La cantidad de vacunatorios que hay en total en los 135 municipios de la provincia de Buenos Aires es de 318.
Qué dice la ciencia
La doctora argentina, Laura Bover, directora del laboratorio de Anticuerpos Monoclonales del M.D. Anderson Cáncer Center, en Houston, Texas, es tajante ante este escenario: “Por supuesto que está en riesgo la caducidad de las vacunas en caso de las temperaturas y los cortes de luz pero todo depende de los sitios donde las tengan almacenadas”.
Y ejemplifica: “Para las vacunas que se guardan a -80 grados o -25 grados en general no son heladeras con freezers comunes sino industriales, para laboratorio que tienen un control de temperatura. Las que se conservan a temperatura de refrigeradores son más problemáticas porque la temperatura es 4 grados y con la temperatura ambiente hasta el refrigerador puede fallar, con un corte de luz puede romperse. Las que están a muy baja temperatura, una opción es si en los lugares donde las almacenan tienen hielo seco. La temperatura del hielo seco es -110°. Los freezer para la de Pfizer que también viene con otra temperatura de almacenamiento porque más recientemente produjeron una vacuna que se puede almacenar a una temperatura un poco más alta, están a -25 o -80. O sea que estén a -110 no les afecta”.
Lo que no se puede hacer, dice Bover, es que las que están en el refrigerador no se pueden congelar porque no tienen ningún componente y ningún agregado a la vacuna que impida que el congelamiento y descongelamiento de la misma vaya a afectar la calidad de la vacuna. Más allá de la temperatura, el proceso de congelamiento y descongelamiento debe evitarse. Ese proceso desnaturaliza los componentes de la vacuna. Los freezers especiales tienen un control de temperatura que indica si hubo una variación muy abrupta e indica en qué rango está. Por ejemplo, si están congeladas a -25 y el hecho de que se corte la luz hace que el freezer llegue a -20 o a -15, eso no está descongelando la vacuna así que la misma no sufriría alteraciones. El problema es si se descongela porque ahí hay que usarla; no se puede volver a guardar”.
Iris Aguilar, es jefa de Inmunizaciones de Mendoza, secretaria general de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE). “Ante esta ola de calor y siempre por cualquier inconveniente, cada provincia tiene que tener un plan de contingencia que va desde el nivel central hasta el operativo más pequeño. En el nivel operativo más pequeño el armado adecuado de la heladera, esto implica la colocación de paquetes fríos en el congelador o freezer”, expresó la especialista a Infobae
Esto es dependiendo del modelo de la heladera. Con la colocación de botellas en el espacio inferior, separadas por determinado espacio para permitir la circulación de aire hace que la temperatura ante un eventual corte de luz permita sostener la temperatura entre 2 y 8 grados que, afortunadamente ahora, menos Sputnik que no tiene la posibilidad de estar en ningún momento a esa temperatura, todas las demás vacunas son termoestables a la temperatura habitual. “Eso por un lado por si es en una posta sanitaria en el medio de la nada que sufre un corte de energía. Después en los niveles operativos centrales, los lugares tienen grupo electrógeno, generalmente grupo electrógeno con backup, por si falla el grupo electrógeno”, explicó Aguilar.
En los niveles centrales provinciales además se agrega un monitoreo online de la temperatura. “En esto, particularmente en Mendoza donde se tienen una curva en tiempo real permanente de la temperatura de las cámaras de los freezers. Si todo llegase a fallar existe además un plan C que son lugares, como por ejemplo, en algunas provincias frigoríficos, empresas de alimentos, entre otras, con cámaras que pueden llegar eventualmente ante un caso, por ejemplo en Mendoza no sólo de un corte de luz sino de un terremoto o algo catastrófico. Son lugares donde se pueden llevar las vacunas. Es una época complicada del año sobre todo en aquellas provincias que estamos acostumbradas a estas temperaturas en enero y en febrero y estamos alertas y atentos”, agregó la especialista.
Iris Aguilar dice que, en cuanto a la tolerancia en caso de falta de luz, no hay un cuadro que diga “en tanto tiempo se desvía y pasado ese tiempo se descarta”. Así lo explica: “Cada vacuna tiene una historia de su cadena de frío. Si hay un desvío o una excursión térmica, ya sea en más o en menos con cualquier vacuna, lo que se notifica es el número de lote de esas vacunas al Ministerio de Salud de la Nación, al área de logística de la Dirección Nacional de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles. Esas vacunas se ponen en cuarentena marcadas y se espera la resolución del evento de excursión térmica por parte del Ministerio de Salud de la Nación”.
Y cierra: “Si se tiene el plan de contingencia adecuadamente armado no tendría porque haber situaciones de riesgo. Siempre existe alguna cuestión excepcional que puede ocurrir pero en líneas generales todos tenemos planes de contingencia porque siempre el tema del sostenimiento de la cadena de frío es “el tema” en la logística de vacunas”.
Guillermo Docena, bioquímico, investigador Principal de Conicet y Profesor de Inmunologia de la Universidad Nacional de La Plata, sostiene que el problema, para Argentina, son Moderna y Pfizer, que tienen que estar en un ultra freezer de menos 80 grados. “Deben tener un generador, son un problema en países como el nuestro. Son vacunas para países desarrollados donde no tienen los problemas de infraestructura y servicios que tenemos nosotros. Pero si vos un freezer aunque tengas la luz cortada, lo mantenés mucho tiempo, no es que se descongela en seguida. Tampoco lo vas a tener dos o tres días. Quiero decir, tenés un margen para trasladarlas. Lo fundamental es tener un plan de contingencia que es lo tiene que tener cada lugar autorizado para almacenar o vacunas, lugares alternativos y sistemas de generación de corriente”, dice a Infobae
La temperatura de las vacunas
Existen distintas temperaturas de las vacunas. La vacuna de Pfizer, que se conserva a nivel central a -70 grados, si se la saca del ultra freezer, puede estar dos semanas a -15 y puede estar cuatro semanas entre 2 y 8 grados. Por lo tanto es una vacuna que se transporta como una vacuna de calendario durante cuatro semanas.
Con Moderna también, más allá de que se conserva a nivel central a -15, después también se puede almacenar en temperaturas de 2 a 8 grados hasta 30 días.
Sinopharm y AstraZeneca se conservan entre 2 y 8 grados, que es la temperatura habitual de las heladeras de las vacunas de calendario. La única que es excepcional hoy por hoy en cuanto a la conservación del frío es Sputnik, que ya prácticamente hay muy poco en el país, que se conserva a temperaturas de -18 y esa sí, se saca del freezer y se aplica.
Las demás, en el caso de Pfizer y Moderna tienen esa posibilidad de estar almacenadas en temperaturas habituales durante mucho tiempo.
Entrevistas: Laura Calle Rodríguez y Agustín Gallardo
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