El cuerpo humano siempre se ha defendido frente al ataque de virus, bacterias y otros agentes patógenos, en esa defensa desarrolla glóbulos blancos, anticuerpos y otros elementos como herramientas para dar batalla. El sistema inmunitario también despliega péptidos, una cadena corta de aminoácidos, que tambén sirve para la producción de proteínas.
En un informe de la Sociedad Americana de Química (ACS por sus siglas en Inglés), científicos reportaron buenos resultados en la utlización de peptoides para tratar animales con infecciones por el virus del herpes.
En diálogo con Infobae, Axel Thomas, investigador del Centro de Medicina tropical de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba, explicó que estos estudios “copian la secuencia de los péptidos en laboratorio y lo convierten en un compuesto sintético a medida, el peptoide. Los péptidos son como ´los ladrillos de proteínas´, compuestos orgánicos de aminoácidos que disminuyen o destruyen la potencia del virus”.
“Lo más alentador es que, luego de ser sintetizados en el laboratorio, se dirige a los peptoides para inactivar el virus, y algunos son enviados directamente al genoma viral para que no se reproduzca, esto es clave para frenar la reproducción viral en las células humanas”, agregó Thomas desde la Universidad Nacional de Córdoba.
Una de las investigadoras principales del ensayo presentado en la Sociedad Americana de Química, la doctora Annelise Barron, sostuvo que los peptoides inactivan el virus a diferencia de los antivirales estándar, que ralentizan la replicación viral pero siguen permitiendo que los virus infecten las células. Barron espera que los ensayos clínicos con humanos comiencen este año.
La doctora Annelise Barron, explicó: “en el cuerpo, los péptidos antimicrobianos como el LL-37 ayudan a mantener bajo control los virus, las bacterias, los hongos, las células cancerosas e incluso los parásitos”. La especialista de la Universidad de Stanford y sus colegas simularon las características del LL-37 en moléculas sintéticas más chicas, los peptoides. Estos compuestos “son fáciles de fabricar y no se degradan rápidamente y son más estables”, sostuvo Barron.
La doctora Daniela Hozbor, investigadora principal del Conicet en el Instituto de Biotecnología y Biología Molecular y profesora titular de la Universidad Nacional de La Plata, señaló que “el sistema inmune es complejo, los anticuerpos con funcionalidad neutralizante son importantes pero no los únicos”. Por eso es clave el desarrollo de nuevas armas científicas para dar batalla a los invasores: virus, bacterias y otros patógenos.
Hozbor aclaró en diálogo con Infobae que “los péptidos actúan como moléculas que intervienen en las defensas de patógenos de distintos orígenes”. La investigadora resaltó lo auspicioso de estos ensayos que “sintetizan los peptoides en el laboratorio y, con esas modificaciones, los hacen más estable para que no se degraden, permiten mantener su funcionalidad y su poder de inactivación de los virus”.
Estos compuestos fueron descubiertos hace casi 30 años, lo que consiguieron ahora los especialistas, y difundieron en la Sociedad Americana de Química, son las nuevas secuencias de peptoides, menos tóxicas y más estabales que las versiones anteriores. En pruebas de laboratorio, los compuestos inactivaron el SARS-CoV-2, causante del COVID-19, y el virus del herpes simple (HSV-1), causante del herpes labial. El gran dato alentador es que lograron que los virus fueran incapaces de infectar células humanas cultivadas. Y pudieron demostrar que los peptoides frenen las infecciones por herpes en ratones cuando se les aplican en los labios. El próximo paso es probar la efectividad de los peptoides contra el SARS-CoV-2 en ratones. “La infección por COVID-19 afecta a todo el cuerpo, una vez que alguien enferma de verdad, así que haremos esta prueba por vía intravenosa, además de estudiar la administración en los pulmones”, dice Barron de la Universidad de Stanford.
El doctor Axel Thomas, de la Universidad Nacional de Córdoba, destacó que estos nuevos usos de los peptoides disminuyen “la carga viral y el poder de la infección, es decir, el daño que el virus SARS-CoV-2 causa en el organismo. Los científicos imitaron lo conocido, el organismo humano y sus defensas”. Y agregó “ es muy auspicioso porque pueden fabricarse a gran escala, y podría aplicarse también a disminuir el daño en pulmones, uno de los lugares más dañado por el COVID-19″.
Si bien son ensayos de laboratorio que aún deben ser extendidos y analizados en futuros ensayos clínicos en humanos, la investigadora principal del Conicet, Daniela Hozbor, destacó la importancia de este avance científico porque “es posible una reproducción sencilla y a gran escala, al ser una molécula estable. El trabajo sinérgico de distintas áreas es un efecto positivo de la pandemia, se empezó en estudios en modelos animales, con pruebas de concepto, para luego avanzar hacia los ensayos clínicos”.
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