El estudio de análisis longitudinal se realizó sobre información aportada desde 1989 a 2017 por 90.923 mujeres de 35 a 52 años pertenecientes al Nurses Health Study (NHSII) a fin de dilucidar la relación entre la exposición pasiva al tabaquismo de los niños y la artritis reumatoidea (AR) incidente.
El estudio fue realizado por investigadores del Brigham and Women’s Hospital afiliado a Harvard y encontró un vínculo directo potencial entre esa exposición al humo del cigarrillo de los padres durante la infancia y un mayor riesgo de AR seropositiva más adelante en la vida.
La exposición pasiva, según lo publicado en la Arthritis & Rheumatology, se dividió en tres categorías, incluido el tabaquismo materno durante el embarazo, el tabaquismo de los padres durante la infancia y los años vividos con fumadores desde los 18 años. Incluso teniendo en cuenta el tabaquismo personal, se descubrió que la exposición pasiva al humo del cigarrillos de los padres durante la infancia aumenta el riesgo de incidentes de AR seropositiva en un 75%.
“Ha habido un gran interés en la inflamación de la mucosa pulmonar por el tabaquismo personal como un sitio de patogénesis de la AR”, dijo uno de los autores principales Jeffrey A. Sparks del Departamento de Medicina del Brigham Hospital. “Pero la mayoría de los pacientes con AR no son fumadores, por lo que queríamos buscar otro inhalante que pudiera preceder a la AR”, dijo.
La AR es una enfermedad inflamatoria caracterizada por artritis en múltiples articulaciones y está asociada con resultados de morbilidad y mortalidad. Muchas personas con AR tienen signos de inflamación pulmonar y, si bien los factores genéticos y ambientales contribuyen al riesgo de desarrollar AR, el tabaquismo se ha implicado durante mucho tiempo como un factor de riesgo clave de AR. El tabaquismo personal, es decir activo, es el factor de riesgo ambiental mejor establecido asociado con la AR, y el tabaquismo pasivo ha sido poco explorado.
Los investigadores usaron datos de cuestionarios médicos del NHSII que se recopilan cada dos años. En este caso seleccionaron los formularios completados entre 1989 y 2017, que comprendía a 90.923 mujeres de entre 35 y 52 años. Esto les permitió confirmar el AR incidente y el estado serológico. A continuación, se utilizó un modelo estadístico para estimar el efecto directo de cada exposición pasiva al tabaquismo sobre el riesgo de artritis reumatoide, así como para controlar otros factores, como el tabaquismo personal.
Los resultados indicaron que un 75% más de riesgo de AR en las personas que experimentaron una exposición infantil pasiva al tabaquismo de sus padres. Este riesgo aumentó en los participantes que se convirtieron en fumadores activos.
Dentro del espectro de pacientes estudiadas, en el promedio de edad, 27,7 años, 532 mujeres de la cohorte desarrollaron casos incidentes confirmados de AR, la mayoría, 352 de ellas, fueron seropositivos, es decir positivos para autoanticuerpos de AR. El tabaquismo materno durante el embarazo y los años vividos con fumadores después de los 18 años no mostró una asociación significativa con el riesgo de AR incidente.
Aunque el grupo de participantes de enfermeras exclusivamente dio lugar a altas tasas de respuesta y retención, el estudio está limitado por la ausencia de hombres. El equipo tiene la intención de continuar con estudios longitudinales que abarcan tanto a hombres como a mujeres, a fin de proporcionar información crítica sobre otras afecciones reumatoides e incluso otras enfermedades autoinmunes.
“Nuestros hallazgos dan más profundidad y gravedad a las consecuencias negativas para la salud del tabaquismo en relación con la AR, una de las enfermedades autoinmunes más comunes”, dijo Kazuki Yoshida, autor principal perteneciente a la División de Reumatología, Inflamación e Inmunidad de Brigham.
El especialista advirtió que “esta relación entre el tabaquismo de los padres en la infancia y la AR de inicio en la edad adulta puede ir más allá de la reumatología; los próximos estudios deben investigar si la exposición infantil a los inhalantes puede predisponer a las personas a la autoinmunidad general en el futuro”, subrayó.
El trabajo contó con el respaldo del Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel y el Rheumatology Reasearch Foundation, además de los Institutos Nacionales de Salud de EEUU.
La incidencia devastadora sobre la salud que provoca el tabaquismo se ha estudiado desde distintos ángulos. En vinculación con la afectación en la salud de los niños y jóvenes recientemente se conoció el último informe global sobre el consumo de tabaco de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El organismo dijo que se constató “con preocupación” el riesgo que significa el uso de los cigarrillos electrónico (o los sistemas electrónicos de administración de nicotina) para la población infantil. Por eso, recomendó a los gobiernos que pongan en marcha reglamentaciones “para evitar que los no fumadores empiecen a consumirlos, impedir que el hábito de fumar vuelva a normalizarse en la sociedad y proteger a las generaciones futuras”.
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