La segunda ola de la pandemia por el COVID-19 en Argentina está en lenta bajada. En la segunda quincena de mayo pasado, los casos confirmados de personas que se diagnosticaban con el coronavirus empezaron a descender: se redujeron el 67% desde mayo hasta agosto. También la curva de los fallecimientos fue hacia el descenso: las muertes reales por COVID-19 bajaron un tercio desde junio hasta agosto, según el análisis de los datos abiertos del Ministerio de Salud de la Nación.
Sin embargo, las autoridades sanitarias aún llaman a no relajarse con las medidas de prevención como el uso adecuado del barbijo, el distanciamiento, evitar reuniones en lugares cerrados con no convivientes, y adoptar la ventilación cruzada y permanente porque hay riesgo de que se produzca una tercera ola de COVID-19 en el país por la posibilidad de que haya una circulación persistente de la variante Delta del coronavirus.
En el reporte del 17 de agosto, se notificaron 300 fallecimientos por COVID-19, según la última carga de datos de la cartera de salud. Ese número corresponde a la cantidad de muertos que se suben al sistema informático del Ministerio, y no son los fallecidos reales del último día. De los 300 informados como fallecidos, 124 habían muerto hace más de 10 días, de acuerdo con el análisis del físico Jorge Aliaga, de la Universidad Nacional de Hurlingham, que lleva a cabo un monitoreo diario.
Es decir, el 41,33% de los 300 fallecidos reportados en el último día corresponden a muertes que ocurrieron más de 10 días antes. Esto se debe a la demora en la carga de datos al sistema nacional. En el grupo de los 124 fallecidos antes de hace más de 10 días, hubo 2 casos de fallecidos de Ciudad de Buenos Aires y Santa Cruz que habían ocurrido en diciembre pasado. También 14 de esos 124 fallecimientos se produjeron en junio en Santa Fe, Salta, provincia de Buenos Aires y Corrientes.
Pero más allá de la demora en la carga de datos, hay evidencia de que tanto la curva de casos confirmados como la de fallecimientos diarios reales se están desacelerando. Soledad Retamar, científica del Grupo de Investigación en Bases de Datos de la Facultad Regional Concepción del Uruguay de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), comentó a Infobae: “Según el promedio semanal, los casos confirmados por fecha de inicio de síntomas empezaron a descender entre el 18 y el 20 de mayo en la Argentina. El promedio de casos diarios era en esa semana de 33.295. Pasaron a ser 11.140 casos diarios en la primera semana de agosto. Hubo un descenso del 67%”.
Con respecto a las muertes reales por COVID-19, la curva de fallecimientos también tiende al descenso. La semana con más muertes registradas según la fecha (4.224) fue la del 30 de mayo al 5 de junio en el país. Desde 1 de junio al 1 de agosto, los fallecimientos semanales x COVID-19 bajaron un tercio, según el análisis del doctor Aliaga. “No todo los fallecimientos producidos durante el último mes están reportados aún. Por lo cual, hoy Argentina estaría en 200 fallecimientos reales por día, pero aún no se refleja en el reporte oficial por la demora en la carga de los datos por parte de las jurisdicciones”.
La tendencia al descenso en los fallecimientos estaría relacionada con el avance del plan de vacunación y con la menor circulación del virus. “Las personas mayores están entre los grupos de mayor riesgo de complicaciones y muertes si se infectan el coronavirus. Pero hoy el 65% de los mayores de 60 años ya completó su esquema de vacunación. Al estar más protegidos, se reducen las muertes, especialmente al completar con la segunda dosis”, afirmó el neumonólogo José Manuel Viudes, del Hospital Italiano de Buenos Aires y coordinador de cuidados domiciliarios de la prepaga Swiss Medical Group.
En la provincia de Buenos Aires, el ministro de Salud Nicolás Kreplak, dijo que se había alcanzado la semana 12 de descenso consecutivo de casos confirmados de COVID-19, “quedando por debajo de la más baja del 2021″. Además, agregó que la disminución de casos “está acompañada de la caída en las hospitalizaciones y los fallecimientos, atribuibles directamente a la éxito en la campaña de vacunación”.
Con respecto a las muertes, Kreplak aclaró: “Baja la cantidad de fallecidos, lo que pasa es que tenemos un delay. Van 12 semanas de descenso de casos y 9 semana de descensos de fallecidos. El promedio está en 41 y llegó a estar en 240. Puede ser que cuando uno ve los reportes hay muertes acumuladas de días previos. En la provincia de Buenos Aires no sucede tanto, pero hay algunas jurisdicciones que quizás suman todos los fallecimientos por quincena, pero el descenso es muy importante. La letalidad también desciende, hoy es 1,1, cuando casi toda la segunda ola fue 1,8″, manifestó a Radio 10.
En tanto, el ministro de Salud de la ciudad de Buenos Aires, Fernán Quirós informó ayer que se registran 14 semanas de descenso de casos confirmados de COVID-19 en su jurisdicción. “Las tasas de letalidad específicas han descendido de manera muy específica” a partir de la vacunación, señaló Quirós. Sin embargo, el funcionario alertó sobre la posibilidad de que los casos de COVID-19 vuelvan a subir.
Días atrás, Quirós dijo: “Nosotros sabemos que la circulación comunitaria de la variante Delta va a ocurrir en el corto plazo. Vemos que cada 7 días se duplica su participación en el escenario de los contagios. Pero acá hay que ser claro: cuando vos lográs vacunar con las dos dosis de manera significativa, el número de casos ya no es la variable más importante, sino el número de camas ocupadas, la cantidad de personas que sufren una enfermedad grave”. Y agregó: “La enfermedad pasa a ser un poco más banal cuando las personas están bien protegidas”.
Quirós sostuvo que el ritmo de la campaña de vacunación va a ser clave ante un potencial aumento de casos de COVID-19: “Eso es lo que vamos a ver, una tercera ola en las próximas semanas, pero que tal vez no tenga tantos internados y no sea tan grave para la gente”.
“Es muy importante entender la diferencia entre circulación viral y enfermedad grave”, señaló. “Todo el tiempo se correlacionaba la cantidad de casos con el daño social, pero a partir de la vacunación se separan esos dos conceptos. Pasó en Inglaterra, pasó en Israel. Tuvieron una curva significativa de casos, sobre todo en las personas no vacunadas, jóvenes o adolescentes, pero ese número no se acompañó de internaciones o daños social”.
Consultado por Infobae, el médico Javier Farina, de la Sociedad Argentina de Infectología, remarcó: “En la Argentina, los casos de COVID-19 están en descenso permanente por la vacunación y por la inmunidad adquirida por los infectados. Existe el riesgo de circulación comunitaria de la variante Delta. Por eso, hoy la vacunación sola no es suficiente. Tiene que ser acompañada por el uso del barbijo, el distanciamiento y la ventilación de los espacios cerrados”.
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