Son seis figuras esculpidas en alto relieve en un pequeño mango de bronce de poco más de 10 centímetros de largo que podría datar del siglo II o III de nuestra era. En el extremo superior, un hombre lucha con un león. Con el torso desnudo y sin armas, con sus propias manos, intenta apartar a la fiera. Debajo, se ve a cuatro jóvenes desnudos, entrelazados con gestos protectores y ojos aterrorizados, presumiblemente a la espera de correr la misma suerte. Los arqueólogos creen haber hallado un fuerte indicio de que en la ciudad de Leicester de la época romana los enemigos eran lanzados en espectáculos públicos a ser devorados por leones. Algo sobre lo que hasta ahora no existen pruebas contundentes.
El hallazgo de ese mango de llave romana fue realizado por los Servicios Arqueológicos de la Universidad de Leicester (ULAS, por sus siglas en inglés) en 2017, pero el trabajo de investigación e interpretación fue realizado en el King’s Colege de Londres y publicado el pasado 9 de agosto en la revista Britannia.
El arqueólogo Gavin Speed, que lideró el equipo de excavación de la Universidad de Leicester, aseguró que no se había encontrado nada parecido “en ningún lugar del Imperio Romano”. La manija fue hallada debajo de una casa romana, en Great Central Street de esa ciudad del centro de Inglaterra.
“Cuando se encontró, parecía un objeto de bronce indistinguible, pero después de que limpiamos cuidadosamente el suelo de manera notable, revelamos varias caras pequeñas mirándonos, fue absolutamente asombroso”, relató Speed.
Los expertos consideran que tanto el hombre que está a punto de ser devorado por un león como los cuatro jóvenes situados por debajo son “bárbaros”, como se denominaba en la antigua Roma a todo aquel que vivía fuera de sus fronteras. La escena, consideraron, aporta elementos para ratificar que también en suelo británico se utilizó la ejecución con animales salvajes durante espectáculos públicos, una práctica que se denominaba damnatio ad bestias.
En el artículo publicado por los científicos británicos, que aporta las fotos de la pequeña reliquia, se resalta que “las figuras del mango están fundidas en alto relieve y forman dos grupos. Hacia la punta, un macho humano adulto, medio desnudo y con los ojos muy abiertos, lidia con un león macho; debajo, cuatro jóvenes desnudos se disponen alrededor de la base del asa, mirando hacia afuera pero abrazándose protectoramente”.
La figura superior, de barba y gran melena, solo vestida de la cintura para abajo y calzando sandalias descansa sus pies sobre las figuras situadas debajo. “La vestimenta y los rasgos faciales identifican claramente a la figura como un bárbaro, aunque no de un tipo étnico fácilmente reconocible”, dijeron los autores del trabajo.
“En el mango de la llave, el estado de miedo de las figuras juveniles, anticipando una muerte violenta, está señalado por sus gestos y poses enredadas”, sugirieron. Los expertos interpretaron que el miedo que muestra el rostro de los imberbes se ve plasmado en sus miradas y también en las poses retorcidas. Esto “hace eco del énfasis de las narrativas del martirio cristiano en los momentos antes de un encuentro con animales cuando el terror esperado de las víctimas contribuyó tanto a la satisfacción de la multitud como el asesinato en sí”, subrayaron.
Además, “las miradas hacia afuera de las figuras realzan el patetismo de la escena, conectándose con el espectador” de la función que evoca.
El coautor del trabajo, el arqueólogo John Pearce, del King’s College, aseguró que se trata de un ”objeto único” que “nos da nuestra representación más detallada de esta forma de ejecución encontrada en la Gran Bretaña romana”. “Como primer descubrimiento de este tipo, ilumina el carácter brutal de la autoridad romana en esta provincia” del imperio.
Esta nueva evidencia del pasado romano de Leicester se encontró junto con calles romanas, pisos de mosaicos y un teatro romano.
Nick Cooper de la ULAS consideró que la manija habría sido fabricada a propósito en Leicester para una casa muy importante. La casa donde se encontró está ubicada junto al teatro romano recién descubierto.
Para los autores del trabajo, los detalles que muestra el mango sobre escenas de damnatio ad bestias “sugieren un encargo ejecutado con conocimientos específicos del espectáculo romano” por parte del autor de la artesanía.
“No es imposible que la creación de la manija se inspiró directamente en un espectáculo ubicado en Gran Bretaña, incluso quizás en el adyacente teatro” de Leicester, especularon.
“Es uno de los hallazgos más emocionantes que hemos tenido de la Leicester romana y tiene una gran historia que contar sobre la vida” de esa ciudad que fue dominada por el Imperio Romano desde aproximadamente el año 50 d.C. El pequeño mango es una “posible evidencia que brinda de actividades que podrían haber tenido lugar en el teatro, o posiblemente en un anfiteatro que aún no lo hemos descubierto “, agregó Cooper.
“Dentro de un pequeño asa, de unos 10 cm de largo, tienes una historia que evoluciona allí sobre la práctica del derecho romano en la que los criminales y prisioneros de guerra son condenados a ser asesinados por bestias”, reflexionó. “Eso fue un poco peor que ser condenados a las minas, que es la otra forma en que los prisioneros a menudo encontraban su fin”.
La damnatio ad bestias (condena a las fieras) fue practicada como pena capital por la antigua Roma. El condenado era lanzado en un anfiteatro junto con alguna fiera, que podía ser un león, pero también fueron utilizados otros animales salvajes. Se trató de una ejecución puesta en práctica en el siglo II a.C. y era, a la vez, un espectáculo que el emperador brindaba a las clases bajas. Las penas fueron aplicadas a los “bárbaros”, pero también a criminales, esclavos fugitivos y a los primeros cristianos.
La víctima en ocasiones era atada a un poste y un soldado azuzaba a la bestia para que lo atacase. Según registros históricos, además de leones se utilizaban otros animales como osos, tigres, leopardos, panteras negras y toros.
Este tipo de ejecuciones se realizaban especialmente en el Anfiteatro Flavio, o Coliseo de Roma, pero también se extendieron a otras provincias romanas. En los últimos años los científicos británicos comenzaron a hallar algunos indicios sobre la práctica también en la isla de Inglaterra. Fue prohibida en el año 681.
La manija de bronce será exhibida públicamente en el Museo Jewry Wall de Leicester, que actualmente se está remodelando y reabrirá en 2023.
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