La gripe es una enfermedad causada por un virus muy contagioso. La mayoría de los afectados se recupera en una o dos semanas sin necesidad de recibir tratamiento médico. Hasta 2019 el virus de la gripe o influenza generaba en el mundo alrededor de 3 a 5 millones de casos de enfermedad severa, Producía entre 290.000 y 650.000 muertes respiratorias por año. Pero todo cambió con la emergencia y la propagación del coronavirus que gatilló la pandemia a fines de 2019. La circulación del virus de la gripe se redujo. En 2021, la pandemia del coronavirus aplastó aún más al virus de la gripe. En diferentes regiones del mundo, su circulación fue baja.
En la Argentina, los casos de personas afectados por el virus de la gripe se redujeron un 29,4%, según el último boletín epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación. En la ciudad de Buenos Aires, bajaron el 65%. En las provincias de Misiones, Corrientes, Chaco y Entre Ríos, la reducción fue incluso mayor. Los casos de gripe cayeron casi el 50%. En el Noroeste argentino, la reducción fue del 41,8%. En cambio, en las provincias del Sur aumentó un 10% con respecto al mismo período del año pasado.
En otros países del mundo, también el virus de la gripe bajó su impacto. En América del Norte, la actividad del virus de la gripe se mantuvo baja. En general, la actividad del coronavirus continúa elevada, pero está disminuyendo. En Estados Unidos, la actividad del virus sincicial respiratorio, que causa la bronquiolitis en bebés, aumentó en las últimas semanas y se emitió un aviso sanitario.
En la región del Caribe, la actividad de la influenza se mantuvo baja. En cambio, en Belice, las detecciones de COVID-19 aumentaron y en Haití, la actividad del coronavirus continúa elevada. En América Central, la actividad de la influenza se mantuvo baja. En Costa Rica, la actividad del coronavirus continúa elevada. En Guatemala y Nicaragua, el coronavirus pegó más, pero se mantuvo en niveles moderados. En la región Andina, que incluye a Bolivia y Colombia, la actividad de la influenza se mantuvo baja. Igual situación se produjo en Brasil y Paraguay.
De acuerdo con el boletín del Ministerio de Salud de la Nación, hasta la semana 24 de vigilancia epidemiológica, se registraron un 29% menos de notificaciones de casos por el virus de la gripe en Argentina, y un 34.6% menos de notificaciones de bronquiolitis en menores de 2 años en comparación con el mismo periodo del año 2020 cuando ya había iniciado la pandemia de COVID-19.
El último año con más casos de gripe estacional en Argentina había sido 2016, con más de 475.000 casos reportados. Durante el mismo período de 2021 solo se notificaron 122.000 casos en el país. “Si se compara el número de notificaciones acumuladas en las primeras 24 semanas de los últimos ocho años, se observa que el año con mayor número de notificaciones fue el 2016. A partir de allí, se ve una tendencia en descenso hasta el año actual, en el que hay entre un tercio y un cuarto de las notificaciones habituales para este evento”, señalaron los responsables del boletín que es elaborado por el Área de Vigilancia de la Salud de la Dirección Nacional de Epidemiología e Información Estratégica de la cartera de Salud de Argentina.
“Simplemente no hay gripe circulando”, reconoció Greg Poland, un científico que ha estudiado la enfermedad en la Clínica Mayo durante décadas. En los Estados Unidos, se produjeron solo unas 600 muertes por gripe durante la temporada de gripe 2020-2021. En comparación, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estimaron que hubo aproximadamente 22.000 muertes en la temporada anterior y 34.000 hace dos temporadas.
En el último congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas, se presentó una investigación retrospectiva que confirmó la reducción de la circulación de la gripe. Tanto los casos de gripe como el virus respiratorio sincitial disminuyeron significativamente tanto en adultos como en niños durante la pandemia COVID-19.
El estudio retrospectivo fue realizado por Siri Sarvepalli y sus colegas de la Universidad Estatal de Wayne, en Estados Unidos. Estudió si la incidencia de las infecciones respiratorias había disminuido durante la pandemia de COVID-19. Para eso, se compararon los resultados de las pruebas con PCR para varias infecciones realizadas en el Centro Médico de Detroit y el Hospital Infantil de Michigan (CHM) entre septiembre de 2019 y febrero de 2020 con los resultados de septiembre de septiembre de 2020 a febrero de 2021.
En el caso de los adultos en esa población estudiada de los Estados Unidos en la temporada 2019-2020, el 11,5% de las pruebas de gripe A, el 13,1% de las de gripe B y el 9% de las de virus sincicial respiratorio (VRS por su sigla en inglés) fueron positivas. En la temporada 2020-2021, el 0% de las pruebas de gripe A, gripe B y virus sincicial respiratorio fueron positivas. En el caso de los niños, en la temporada 2019-2020, el 12,4% de las pruebas de gripe A, el 20,2% de las de gripe B y el 23,7% de las de VRS fueron positivas. En la temporada 2020-2021, no se registró ningún caso de gripe A ni de B.
“Las medidas de mitigación de la comunidad, como el distanciamiento social, el cierre de las escuelas y el uso de barbijos, pueden haber disminuido la propagación de los patógenos virales”, sostuvo el equipo de la científica Sarvepalli. “Esto también puede explicar la disminución de las infecciones por el estreptococo del grupo A, que normalmente se producen después de una infección por un virus respiratorio”, señalaron en un comunicado.
La reducción a nivel mundial generó preguntas sobre las vacunas para la gripe en el futuro. Cada año, la vacuna cambia según las variantes del virus que más circulan. Dado que la vacuna antigripal de cada año se basa en las variantes que han circulado durante el año anterior, no está claro cómo le irá a la vacuna del próximo año, en caso de que vuelvan los patrones típicos de la enfermedad, según informó la revista Scientific American.
La OMS hizo sus recomendaciones de variantes de gripe para las vacunas a finales de febrero, como es habitual, pero se basaron en muchos menos casos que en un año común. Al mismo tiempo, con menos partículas de virus circulando por el mundo, hay menos posibilidades de que se produzca una mutación, por lo que es posible que la vacuna de 2021-2022 resulte más eficaz.
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