Las vacunas contra el COVID-19 se desarrollaron para reducir el riesgo de complicaciones y muertes si las personas son expuestas a la infección por el coronavirus. La mayoría de los ensayos clínicos que evaluaron la seguridad y la eficacia se hicieron el año pasado en voluntarios adultos. La urgencia estuvo concentrada en bajar pronto los casos de personas con mayor riesgo de morir. Por esta razón, la mayoría de los planes de vacunación del mundo no incluyeron en un principio como grupo priorizado a las niñas, los niños y los adolescentes, ya que generalmente desarrollan cuadros leves. Pero con el paso del tiempo y el avance de la vacunación y más investigación clínica, ahora los menores de 17 años empiezan a estar presentes en los planes de inmunización como una manera de protegerlos y también de reducir la circulación del virus.
En la Argentina, el Gobierno nacional está analizando la autorización de la vacuna de Sinopharm, elaborada en China, para comenzar con la inmunización de niños, niñas y adolescentes en el marco del Plan Nacional de Vacunación. Ya solicitó que se avance con el estudio de la documentación que reúne los ensayos clínicos sobre la seguridad y eficacia de la vacuna en los menores de edad de 3 a 17 años. Desde la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), hay expertos que coinciden en que la vacuna de Sinopharm podría ser una buena opción para dar a ese sector de la población.
“La vacuna de Sinopharm se desarrolló con una plataforma de virus inactivados. Esa plataforma de diseño de vacunas ya se usaba para otras enfermedades en niños y adolescentes. Son vacunas seguras”, comentó a Infobae la doctora Liliana Vázquez, que es miembro de la SADI y médica infectóloga de la Clínica Maternidad Suizo Argentina y el Sanatorio Finochietto. “Por sus antecedentes y las evidencias, la vacuna Sinopharm podría dar beneficios en niños y adolescentes y son seguras, aunque tengan menor eficacia que otras que ya se aplican en la Argentina. Esperamos publicaciones de resultados que demuestren seguridad en la población pediátrica”, agregó.
En el caso de las vacunas de AstraZeneca o la Sputnik V del Instituto Gamaleya de Rusia, aún no hay evidencia publicada sobre la seguridad en los niños y los adolescentes. El 22 de marzo pasado, el Instituto Gamaleya de Rusia había informado que estaban desarrollando modificaciones de Sputnik V de acuerdo con las características de diferentes grupos de la población, en particular para niños de diferentes edades, según contó el director, Alexander Gintsburg.
En cambio, sí ya hay datos de beneficios para las vacunas de ARN mensajero, como las de Pfizer/BioNTech y Moderna, que han realizado ensayos clínicos este año y llevan a cabo estudios para evaluar si pueden dar las dosis a partir de los 6 meses de vida.
La vacuna de Sinopharm tiene una eficacia del 78% después de las dos dosis. En junio pasado, la agencia regulatoria de China autorizó el uso de la vacuna Sinovac y la de Sinopharm para niños de 3 a 17 años. Ese país tiene una población de 1.400 millones de habitantes. Necesita vacunar a 1.120 millones de personas para llegar al objetivo del 80% este año. Será difícil lograrlo sin vacunar a muchos de sus 254 millones de niños menores de 14 años.
Si bien la mayoría desarrolla formas leves de COVID-19 cuando se contagian, los expertos afirman que los niños y los adolescentes también pueden transmitir el virus a otros. Por lo cual, algunos señalan que si los países buscan alcanzar la inmunidad de rebaño a través de sus campañas de vacunación, la inoculación de los niños debería formar parte del plan. “Vacunar a los niños es un paso importante”, dijo Jin Dong-yan, virólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Hong Kong. En Estados Unidos, Canadá, Singapur y Hong Kong han autorizado el uso de la vacuna de Pfizer/BioNTech en niños de hasta 12 años.
Durante la primera quincena de junio pasado, se inició un ensayo clínico en los Emiratos Árabes Unidos con la vacuna Sinopharm en niños de entre 3 y 17 años. El estudio evaluará cuál es la respuesta inmunitaria de 900 niños “como preparación para vacunar a los niños en un futuro próximo”, dijo la Oficina de Medios de Comunicación de Abu Dhabi. En ese país, ya habían aprobado en mayo la vacuna de Pfizer-BioNTech para su uso de emergencia en niños de 12 a 15 años. El país tiene una de las tasas de inmunización más altas del mundo.
Hasta el 3 de julio, el Ministerio de Salud de Argentina informó que se habían recibido 6 millones de dosis de la vacuna de Sinopharm. Desde el inicio de la campaña de vacunación la Argentina recibió 26.847.715 dosis en total. Además de las dosis de Sinopharm, se recibieron 11.265.830 dosis de la vacuna Sputnik V, (9.375.670 del componente 1 y 1.890.160 del componente 2); 580.000 dosis de AstraZeneca-Covishield; 1.944.000 dosis de vacuna AstraZeneca por el mecanismo COVAX de la OMS; y 7.057.900 dosis de AstraZeneca y Oxford, cuyo principio activo se produjo en la Argentina.
El domingo 4 de julio arribó un vuelo de Aerolíneas Argentinas con 768 mil vacunas de Sinopharm, que forman parte de un nuevo contrato suscripto con la Corporación Grupo Farmacéutico Nacional Chino por 24 millones de dosis contra el COVID-19. Durante este mes está previsto que salgan otros nueve vuelos rumbo a China hasta completar las 8.000.000 de dosis. La misma cantidad debería llegar en los meses de agosto y septiembre. Una vez que se distribuyan, en la mayoría de los distritos ya anunciaron que se priorizará la inmunización de las personas que ya recibieron la primera dosis de esta vacuna.
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