El virus del SARS-CoV-2, que afecta a la población mundial desde hace más de un año, no solo alteró nuestra forma de vida de manera vertiginosa sino también nuestros descansos. Por eso, actualmente muchos científicos utilizan bases de datos que analizan sueños de todo el mundo.
Para el doctor en ciencias biológicas y especialista en cronobiología del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Diego Golombek, en algunas investigaciones se constató que en situaciones como estas se comprueba que primero se sueña más, y segundo que el contenido de estos parece ser muy particular y diferente a los sueños tradicionales. Que esto sea más prolongado lo podemos relacionar con que al menos en una etapa de la cuarentena dormíamos más, y por lo general, durante la mañana.
“Como lo hacemos varias veces por noche y el último es el más largo, el más reciente antes de despertarnos, seguramente es el que podremos recordar mejor y eso da como conclusión que la gente diga sí, estoy soñando más”, afirmó en diálogo con Infobae.
El doctor en psicología e investigador de sueños Kelly Bulkeley sostiene que estos se pueden traducir a un lenguaje que se puede analizar y existe tecnología, limitada aún, pero que permite ayudar a comprender qué dicen los sueños sobre nosotros. La base de datos más grande desarrollada hasta el momento cuenta con cerca de 40.000 sueños de personas entre 7 y 74 años de distintos lugares del mundo, en su mayoría de los Estados Unidos. Los mismo fueron recopilados en el transcurso de varias décadas.
En la misma sintonía, desde hace varios años se están recopilando sueños en distintos lugares del mundo y existen estas bases de datos de miles y miles de sueños narrados. “En este momento tenemos herramientas informáticas, de inteligencia artificial, para analizar en detalle y automáticamente sin ningún tipo de subjetividad este contenido. Examinar, por ejemplo, la frecuencia de determinadas palabras. Las combinaciones de estas palabras. Y recién ahora se están empezando a realizar estas investigaciones con sus respectivos resultados. Claramente va a cambiar la historia de cómo entendemos a los sueños poder hacer este tipo de trabajos que son un poco más objetivos. Pero realmente estamos en la infancia”, manifiesta Golombek.
“Pero en cuanto al contenido de lo que no cabe duda es que es una situación de alta incertidumbre, de ansiedad, de no saber qué va a pasar, y eso claramente repercute sobre lo que sucede en los sueños, y lo convierten en más extraño que de costumbre”, indica el director ejecutivo del Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET). “La interpretación de los sueños no es una ciencia exacta ni mucho menos. De hecho, como ciencia uno podría decir que esta un poco en sus comienzos. Siempre se han recopilado sueños narrados y por supuesto a partir del psicoanálisis se ha hecho una interpretación. Pero desde la neurociencia todavía no tenemos mucha idea sobre qué significa el contenido, tanto el individual como el social”.
Sin embargo, así como los sueños reflejan cuestiones individuales también se pueden hacer análisis sociales o incluso nacionales, por países, a través de los sueños. “No conozco experiencias en este sentido, pero nuevamente, las bases de datos son las que nos van a permitir hacer este tipo de análisis cruzados y describir ciertas variables que correlacionen con el contenido de sueños”, señala Golombek.
“Por otra parte, si bien no sabemos mucho sobre el contenido de los sueños, una hipótesis es el principio de continuidad, que se refiere a que en los sueños continuamos aquello vivido durante el día. Por supuesto, lo continuamos pero de una manera fragmentada, difícil de interpretar y de relacionar, por eso es que no podemos hacer una narración muchas veces muy fidedigna de lo que ocurrió durante la noche”, relata el prestigioso científico. “Pero hay bastantes evidencias a favor de este principio de continuidad, en el que mayoritariamente los sueños refieren a lo que hayamos vivido durante el o los días anteriores”.
El estudio publicado en la revista científica Royal Society Open Science concluyó que en general, las mujeres tienen sueños más optimistas y amistosos. Mientras que los hombres, por contraposición, suelen ser más agresivos y negativos. Esto es especialmente identificado en veteranos de guerra, en cuyos sueños sigue habiendo mayor presencia masculina y más violencia, incluso años después de abandonar el frente. “Cualquier experiencia importante que hayamos tenido en la vida puede dejar una huella en nuestros sueños del futuro”, explica el científico que dirigió el proyecto, Luca Aiello.
Otros datos curiosos mostraron que un grupo de soñadores invidentes reportaron en sus sueños mayor importancia del olfato, más personajes imaginarios y mayor presencia femenina. “Quizá porque son sueños antiguos y en aquella época solían estar asistidos por mujeres”, aventura Aiello. También confirma extremos que no sorprenderían a nadie, como que los adolescentes tienen muchos sueños de contenido sexual. A pesar de ser esperables, estos datos son importantes, pues respaldan la teoría de que lo que soñamos “no son símbolos sofisticados que encierran significados ignotos, sino una prolongación de nuestro día a día”.
“El problema no es la tecnología, sino los sueños disponibles sobre los que probarla”, reflexiona el informático. “Hay muchas apps de diarios de sueños, pero ninguna que los analice. Con esto podrían hacerlo siempre que sea gratuito”. La esperanza es que a través estas aplicaciones, las personas se animen a publicar sus sueños y a compartirlos con la comunidad científica. De esta forma, existiría una base de datos mucho más grande para llevar adelante este tipo de investigaciones. “Entiendo que la gente tenga miedo por temas de privacidad, pero compartir los sueños puede ser positivo para todos”, dice Aiello.
“Los humanos tienen una gran ventaja para investigar, porque nosotros podemos narrar, contar lo que recordamos, si lo recordamos. Por lo tanto, una primera decodificación es básicamente analizar ese discurso sobre el sueño. Una siguiente decodificación es más neurofisiológica. Dado que uno puede predecir cuándo una persona está soñando, analizando entre otras variables, sus ondas electroencefalográficas, o sea la actividad eléctrica del cerebro. Si uno despierta a las personas cuando se suceden esas ondas y le pide que narre el sueño, al cabo de hacerlo muchas veces y con muchas personas puede llegar a predecir sobre la base de la actividad eléctrica con qué estaba soñando la persona a grandes rasgos”, enfatiza Golombek. “Y esto, se ha hecho muy pocas veces, pero tiende a funcionar. Esto sería entonces el principio de decodificación fisiológica o neurofisiológica de los sueños”.
SEGUÍ LEYENDO