La carrera mundial continúa en cuanto a la producción de vacunas contra el coronavirus. De todas las utilizadas hasta el momento en las campañas a nivel global, China trabaja en el desarrollo de 3 de ellas: Sinopharm, Coronavac y CanSino Biologics. Como los ensayos restantes, se encuentran en fase 3. Una de las regiones más perjudicadas por la pandemia, América Latina ya está diseñando los planes para su adquisición. Argentina colabora con voluntarios en los estudios de Sinopharm y CanSino Biologics.
La presidenta de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE), Florencia Cahn (M.N. 114.399), en diálogo con Infobae, indica que la vacuna de Sinopharm, “es una vacuna a virus inactivado. Es decir que utilizan un virus que está previamente inactivado de modo que el virus no provoca la enfermedad pero sí genera una respuesta inmune. Los resultados interinos de fase 3 muestran una eficacia superior al 80%. De todas maneras son datos que se siguen analizando. Pero son muy buenos resultados”.
Por otra parte, indica que se encuentra en la fase 3 en nuestro país con 3.000 voluntarios de Ciudad de Buenos Aires y del AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires), que participaron en diferentes centros. Aún está en proceso, al igual que el resto de los estudios, porque en general, esta fase lleva un período de observación mínimo que varía entre 6 y 24 meses. “En el caso de este estudio, tiene un período de observación de un año”, sostuvo Cahn.
La de CanSino es una vacuna vectorial, nos dice el infectólogo y asesor del gobierno nacional Eduardo López (M.N. 37.586). “Es igual que la vacuna de AstraZeneca. Se le saca toda la parte que puede dar la enfermedad, son adenovirus humanos, igual que la Sputnik V. Nada mas que esta última utiliza el adenovirus V y se le implanta el material genético para que exprese la proteína S, que es la que se adhiere. Esta proteína es la más importante que tiene el COVID-19. Al expresar esa proteína, nuestro organismo fabrica anticuerpos contra el virus. Esta es una vacuna que tiene estudios de fases 1 y 2, en los cuales muestra que tiene buen título de anticuerpos comparables a los de plasma de convalecientes, que es importante a tener en cuenta porque se aplica con un criterio de protección”.
“Se sabe que el organismo responde de dos maneras: por un lado con anticuerpos, que son los elementos que circulan por la sangre; y por otro lado con una célula que se llama linfocito T, que son los que actúan en la fase aguda para impactar a las células infectadas por el virus y en segundo lugar otro tipo de linfocitos T que son los que tienen la memoria inmunológica”.
El presidente de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), Omar Sued (M.N. 91.262), en referencia a la vacuna de Sinopharm, dice que es la forma más tradicional de hacer vacunas históricas. “Limita un poco la producción de vacunas a nivel mundial por el método, y además tiene la ventaja de que la conservación de esta vacuna es mucho más fácil porque es de 2 a 8 grados. En los estudios de fase 1 y fase 2, los humanos que participaron presentaron 100% de producción de anticuerpos contra la vacuna”.
“Lo que ahora tenemos que mirar es la eficacia clínica y para eso se está estudiando todavía”, asegura el director de investigaciones de Fundación Huésped. “Ahora está en fase 3. Aunque en base a los resultados de la fase 2, en China ya se aprobó para empezar a ser utilizada. En Argentina todavía estamos en la fase 3 y por lo tanto tenemos que esperar a juntar un poco más de datos para determinar si es eficaz, si previene realmente el coronavirus. En la vacuna de de Sinopharm participan en Argentina 3.000 personas en cuatro centros, tres vacunales y la Fundación Huésped. Estas personas se estudian durante un año. En el mundo son más de 30.000 personas las que participan”.
Paralelamente, en la vacuna de CanSino, los estudios se fueron haciendo en Argentina, México, Chile y Pakistán, entre otros países. Se están haciendo con una sola dosis, tratando de ver si tiene, por lo menos, una inmunidad similar a las vacunas que usan dos dosis. ¿Cuál es la ventaja que sea una sola dosis? Un ahorro en el costo, que es muy importante y logísticamente es mucho más fácil.
“Otro punto importante es que se guarda a temperatura de heladera”, afirma López. “Las de Sinopharm y Sinovac son dos vacunas de virus inactivados. Es un método clásico que hace crecer el cultivo celular, el virus, y cuando llega a una concentración determinada, esos virus son inactivados y ahí se prepara la vacuna. Son dos vacunas que están completando la fase 3. La vacuna CoronaVac es también de virus inactivados, producida por otro laboratorio chino, que hicieron estudios en Brasil. Ambas están en fase 3. Las vacunas -Pfizer, Moderna, Sputnik V y AstraZeneca-, están en fase 3 y ninguna terminó el período de seguimiento”, concluyó el infectólogo del Hospital de Niños Ricardo Gutierrez.
“La diferencia entre el ARN mensajero e inactivación”, afirma Sued, “es que para crear esta vacuna se debe cultivar virus de coronavirus, lo que es un riesgo importante para el personal de salud, y además inactivarlo con aluminio, lo que es trabajoso y la producción es lenta. En cambio en las vacunas ARN mensajero se pueden producir a mucha mayor escala, son más caras, pero también de alguna manera son más seguras porque no hay riesgo de contagio dentro de los laboratorios mientras se está procesando el virus”.
Ante la consulta acerca de lo que puede significar para nuestro país un pre acuerdo con el gobierno chino y poder contar con sus vacunas, la doctora Cahn sostiene: ”Sería muy importante llegar a un acuerdo entre Argentina y Sinopharm, ya que al ser una vacuna a virus inactivado, permitiría la llegada de las vacunas a los diferentes rincones de la Argentina, que hoy por hoy, con la vacuna Sputnik V, que tiene una conservación a -18 grados, se está pudiendo distribuir en las grandes ciudades pero es más complejo en algunos rincones donde realmente, si no es en heladera, es muy complejo que pueda llegar una vacuna”.
En la misma sintonía, el doctor López asevera: “Es bueno alcanzar un pre acuerdo, porque China tiene mucha capacidad de producción. Hay que hacer la misma salvedad con las vacunas chinas que con la Sputnik V, tiene que haber datos en mayores de 60 años y en lo posible tener análisis interinos presentado al ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica), y que esta recomiende su uso, después de que esté aprobado. Me parece bien que el Ministerio de Salud busque otras opciones”.
“Para nuestro país es una muy buena noticia que Sinopharm esté en tratativas con el gobierno para la provisión de vacunas. Esto es posible gracias a que Argentina está participando de esta investigación, si no sería muchísimo más difícil. La estrategia a la que se apostó desde septiembre”, enfatizó Sued, “en la cual estamos intentando hablar con todos los productores de vacunas del mundo para intentar conseguir la mayor cantidad posible, porque obviamente, para vacunar a un 70 u 80% de nuestra población, necesitamos 30 o 40 millones de vacunas, finalizó”.
Entrevistas: Marco Diz
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