Una nueva investigación de la universidad canadiense Western University encabezada por el reconocido neurólogo argentino Luciano Sposato advirtió sobre el riesgo de accidente cerebrovascular, fenotipos y muerte en pacientes COVID-19 positivos.
Para investigar la hipótesis de que los accidentes cerebrovasculares que ocurren en pacientes con COVID-19 tienen características distintivas, el grupo multidisciplinar investigó el riesgo de ACV, los fenotipos clínicos y los resultados cosechados en esta población.
En el paper científico, publicado en la revista médica Neurology, de la Academia Estadounidense de Neurología, el equipo de investigación detalló que aproximadamente “2 de cada 100 pacientes ingresados en el hospital con COVID-19 sufrirán un derrame cerebral y el 35 % morirá como resultado de ambas afecciones”.
Los profesionales de la salud informaron que en los pacientes más jóvenes, casi el 50 por ciento no tenía otros síntomas visibles del virus en el momento del inicio del accidente cerebrovascular.
En el documento, el equipo de investigadores encabezado por el científico argentino Luciano Sposato pormenorizó los alcances del hallazgo. El neurólogo dirigió dos proyectos importantes en Argentina referidos al ACV: dentro del Registro Nacional de Accidentes Cerebrovasculares de Argentina, ReNACer; y para el Programa de Evaluación de Accidentes Cerebrovasculares en Tandil, Argentina, PrEViSTA, organismos que propulsaron múltiples publicaciones internacionales revisadas por pares.
En este sentido, los miembros del equipo de investigación iniciaron una búsqueda sistemática que dio como resultado 10 estudios que informaron la frecuencia de accidentes cerebrovasculares entre pacientes con COVID-19, que se combinaron con una preimpresión en Canadá. “Aplicamos metanálisis de efectos aleatorios para estimar la proporción de accidente cerebrovascular entre COVID-19 y realizamos una búsqueda sistemática adicional de series de casos de accidente cerebrovascular en pacientes con COVID-19 y agrupamos estos datos con 35 casos no publicados de Canadá, EE. UU. e Irán, para luego analizar las características clínicas y la mortalidad hospitalaria estratificada por grupos de edad y finalmente aplicar análisis de conglomerados para identificar fenotipos clínicos específicos y su relación con la muerte”, manifestaron.
Según resaltaron, 2 de cada 100 pacientes ingresados en el hospital con COVID-19 sufrirán un derrame cerebral y el 35 por ciento morirá como resultado de ambas afecciones. Los investigadores informaron que en los pacientes más jóvenes, casi el 50 por ciento no tenía otros síntomas visibles del virus en el momento del inicio del accidente cerebrovascular.
"Hallamos que la interacción de la edad avanzada, otras afecciones crónicas y la gravedad de los síntomas respiratorios del COVID-19 estaban asociadas con uno de los hallazgos más reveladores de este estudio: observamos que muchos de los pacientes menores de 50 años estaban totalmente asintomáticos cuando tuvieron un accidente cerebrovascular relacionado con COVID-19″, analizó el neurólogo argentino Sposato, profesor asociado a la Cátedra Kathleen & Dr. Henry Barnett en Investigación de Accidentes Cerebrovasculares de la Facultad de Medicina y Odontología Schulich de Western.
“Esto significa que para estos pacientes, el accidente cerebrovascular fue el primer síntoma de la enfermedad”, añadió el científico.
Sposato sostuvo que comprender la interacción entre el COVID-19 y el accidente cerebrovascular es importante para la planificación del tratamiento, especialmente en áreas donde COVID-19 circula activamente en la comunidad. “El mensaje para llevar a casa aquí para los proveedores de atención médica es que si está viendo a un paciente con un accidente cerebrovascular, particularmente en aquellos menores de 50 años con coágulos grandes, debe pensar en el COVID-19 como una causa potencial incluso en ausencia de síntomas respiratorios”, advirtió.
El equipo de investigación completó una revisión sistémica de casos publicados de COVID-19 y accidente cerebrovascular y combinó esos datos con otros 35 casos no publicados de Canadá, Estados Unidos e Irán. En total, el equipo examinó 160 casos, considerando tanto las características clínicas como la mortalidad hospitalaria.
“El COVID-19 ha cambiado el panorama del accidente cerebrovascular en todo el mundo. Como neurólogos de accidentes cerebrovasculares, necesitamos una nueva mentalidad para poder diagnosticar y tratar rápidamente a los pacientes con accidentes cerebrovasculares relacionados con COVID-19”, opinó el doctor Sebastián Fridman, profesor asistente, Ciencias Neurológicas Clínicas en Schulich Medicine & Dentistry y primer autor del estudio.
Para el equipo de científicos y según especificaron en las conclusiones del estudio, “el accidente cerebrovascular es relativamente frecuente entre los pacientes con COVID-19 y tiene consecuencias devastadoras en todas las edades. La interacción de la edad avanzada, las comorbilidades y la gravedad de los síntomas respiratorios de COVID-19 se asocia con una mortalidad extremadamente elevada”.
Con información de Intramed
SEGUÍ LEYENDO: