Julio Navarro es el único argentino que fue incluido en la selecta lista realizada por Citation Laureates -lista de candidatos considerados propensos a ganar el Premio Nobel en sus respectivos campos- con grandes posibilidades de ser nominado para el Nobel en Física.
El científico nació en Santiago del Estero, creció en la ciudad Capital, en donde cursó sus estudios primarios y secundarios, y luego se mudó a la provincia de Córdoba para seguir su carrera universitaria en la Universidad Nacional de Córdoba, coronada con un doctorado en astronomía.
Además, es profesor en la Universidad de Victoria de Canadá, donde vive y trabaja; y un experto reconocido por sus investigaciones sobre formación y evolución de galaxias, como también sobre estructura cósmica y materia oscura.
El astrónomo ganó los siguientes premios a lo largo de su distinguida trayectoria: Medalla Henry Marshall Tory de la Royal Society of Canada, 2015; Miembro de la Royal Society of Canada, 2011; Premio Friedrich Wilhelm Bessel de la Fundación Humboldt, 2004; Miembro de la Fundación Guggenheim, 2003 y Miembro de la Fundación Alfred P. Sloan, 1999.
Los ganadores del más alto honor de la ciencia, tanto en física, medicina, química y economía, se prevé que sean elegidos durante los primeros días de octubre por los cuerpos colegiados que tienen esa tarea: la Real Academia de las Ciencias de Suecia, para los ganadores del Nobel de Física, Química y Ciencias Económicas; la Asamblea del Nobel del Instituto Karolinska, para Medicina; y la Academia Sueca que nombra al ganador del de Literatura.
“Se trata de un comité bastante secreto y selectivo de personas que asesoran a la Academia Sueca para dar los premios Nobel, así que no hay candidaturas, ni nominaciones a ese premio. Lo que hacen algunas compañías, como esta por la cual yo recibí esta distinción, es tratar de pronosticar quién podría recibir el Nobel de acuerdo a ciertas métricas que usan y viendo el impacto de los trabajos científicos”, comentó Navarro.
Estar en este listado, “es un reconocimiento muy importante y un logro muy emocionante para mi carrera”, expresó a Télam, al mismo tiempo que agregó: "es un testimonio de que nuestro trabajo ha tenido mucho impacto”, añadió, aunque aclaró inmediatamente que esto “no garantiza para nada la obtención de un premio tan selecto e importante como el premio Nobel”. A Navarro se lo considera como uno de los posibles candidatos al Nobel por su investigación sobre la estructura de los halos de materia oscura, la misteriosa sustancia que mantiene unidas a las galaxias.
Según CIFAR, sitio especializado en investigación científica global con sede en Canadá, “el trabajo de Navarro sobre la materia oscura, la sustancia misteriosa que mantiene unidas a las galaxias, ha sido muy influyente en la elaboración de nuestro paradigma actual para la formación de estructuras en el universo, donde el presupuesto de masa está dominado por la materia oscura ‘fría’ y la expansión universal es impulsada principalmente por ‘energía oscura’. El trabajo de Navarro utiliza algunas de las supercomputadoras más grandes del mundo y los algoritmos numéricos más sofisticados para recrear la formación jerárquica de galaxias y otras estructuras. Estas simulaciones de vanguardia han resaltado una serie de éxitos y deficiencias en las teorías de la formación de estructuras”.
“Hace mucho tiempo trabajo en lo que llamamos materia oscura, que es un componente del universo”, sostuvo Navarro y añadió que el universo está formado por una parte de “átomo, oxígeno, hidrógeno, carbono, y otros elementos, que son las que llamamos materia ordinaria y la otra parte que uno conoce de la energía que es la luz, el sol, la luz que viene de las estrellas”.
Sin embargo, aclaró, “ahora sabemos por investigaciones que esa calidad de materia de energía, eso que hemos estudiado por muchos años en física y química en verdad es un componente mínimo del universo”.
¿A qué se debe esto? “El universo está hecho de otras cosas que no son solo átomos y la luz típica que nos llega del sol, esa cantidad de materia de luz y de materia normal es ínfima, es un 4% de materia y energía total del universo”, puntualizó el astrónomo.
Por lo tanto dijo: “Creemos que el resto, el 96% restante se divide en dos, una materia oscura, que es una materia que pesa, o sea que tiene gravedad, que hace que las galaxias puedan existir y otra parte es la que llamamos energía oscura que es algo bastante diferente, es una fuerza repulsiva de largo alcance”.
Entonces compartió que su trabajo “se refiere a la materia oscura, esta materia diferente de la materia normal, en el sentido que no interacciona con la luz”, y a la vez graficó que “si uno tuviera una pelota de materia oscura sería completamente transparente y tampoco interacciona con la materia normal, con los átomos que conocemos, de ninguna otra forma que no sea la gravitacional”.
“Sabemos dónde está esta materia oscura, cuánto hay, cómo está distribuida y tratamos de usarla”, ya que de esa forma “podemos medir los movimientos de estrellas, de galaxias, usando eso tenemos un mapa de materia oscura hecho del universo”, explicó.
Asimismo indicó que para interpretar ese universo “en términos de materia tenemos que entender qué nos dice ese mapa, y lo que yo hago son modelos de números en supercomputadoras, las más grandes del mundo, que tratan de predecir qué tipo de estructuras habrían en el universo, dependiendo de diferentes hipótesis acerca de la materia oscura, por ejemplo si habría más o menos galaxias que las observadas, o bien menos o más galaxias grandes, o menos o más galaxias pequeñas”.
“Y en ese contraste entre las predicciones de los modelos y las observaciones es como aprendemos de la materia oscura, vamos restringiendo las posibilidades acerca de cuáles son las propiedades que puedan tener y de esa forma es como tratamos de aprender más y más, para finalmente lograr un entendimiento tan grande que nos permita decir la materia oscura es este tipo de partícula, de fuerza o lo que sea”, especificó.
Con información de Télam
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