Luego de tres reprogramaciones, al fin fue lanzado el Satélite Argentino de Observación Con Microondas (SAOCOM) 1B desde Estados Unidos en el centro espacial de Cabo Cañaveral por un cohete Falcon 9 de la empresa Space X. Orbitando a 620 kilómetros de altura junto a su gemelo, el 1A -lanzado en 2018-, permitirá la obtención de imágenes de alta calidad e información sobre los niveles de agua del suelo, clave para el sector del agro, y para detectar la presencia de buques en zonas de jurisdicción argentina.
El SAOCOM 1B -que se trasladó a los Estados Unidos en febrero-, junto con el SAOCOM 1A, conforman la Misión SAOCOM. Ambos fueron desarrollados y fabricados en el país por la CONAE junto con la empresa INVAP, contratista principal del proyecto, la firma pública VENG, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y el Laboratorio GEMA de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), entre otras 80 empresas de tecnología e instituciones del sistema científico tecnológico del país. Además, contó con la colaboración de la Agencia Espacial Italiana (ASI).
Justamente a través de la CONAE, con la serie SAOCOM y los ARSAT, Argentina integra el exclusivo grupo de países capaces de construir satélites de observación terrestre.
La puesta en órbita del SAOCOM 1B será clave para la producción agrícola, ya que permitirá medir la humedad de los suelos y alertará sobre potenciales inundaciones, entre otros servicios.
Los satélites SAOCOM fueron especialmente diseñados para detectar la humedad del suelo y obtener información de la superficie terrestre en cualquier condición meteorológica u hora del día. Esto es posible porque las microondas del Radar de Apertura Sintética son capaces de atravesar las nubes y “ver” aunque esté nublado, tanto de día como de noche. Estas características hacen que los SAOCOM sean especialmente útiles para prevenir, monitorear, mitigar y evaluar catástrofes naturales o antrópicas.
“Con el lanzamiento del SAOCOM 1B, la Argentina completa la Misión SAOCOM, pensada para ofrecer soluciones a problemáticas locales que hasta hoy no pueden ser satisfechas con información de otros satélites. Además, con esta misión satelital nacional, el país se posiciona en un selecto grupo de países capaces de desarrollar la tecnología radar para uso espacial”, señaló a Infobae, Raúl Kulichevsky, director ejecutivo y Técnico de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), que encabeza de la misión argentina de 13 especialistas que arribaron hace casi dos meses a Cabo Cañaveral.
“Cualitativamente estamos en un selecto grupo de países que puede desarrollar satélites de radar y en otro grupo aún más selecto que cuenta satélites con instrumentos de radar en banda L”, dijo Kulichevsky, y explicó que este instrumento diferencia a los satélites SAOCOM respecto de otros que utilizan imágenes ópticas necesitan de luz para captar imágenes. “El desarrollo de la tecnología radar permite observar la tierra 24 horas los siete días de la semana, ya sea de día o de noche o haya nubes, lo que le da mucha potencialidad a su uso, porque por cada vez que hacés una captación satelital, inmediatamente tenés datos y una imagen. Esta tecnología, que es más compleja que la óptica, implicó un gran desafío para la Argentina, porque al no contar con antecedentes en el país, tuvimos que empezar prácticamente de cero”, enfatizó el experto.
Las antenas radar que poseen los satélites SAOCOM, compuestas por siete paneles con una superficie total de 35 m² y un peso de 1,5 toneladas constituyen un instrumento activo que trabaja en la porción de las microondas en banda L del espectro electromagnético. Estas características hacen que los satélites SAOCOM sean especialmente útiles para prevenir, monitorear, mitigar y evaluar catástrofes naturales o antrópicas.
“Todo esto hace que tengamos satélites que puede satisfacer necesidades propias del país. Están pensados para nosotros, lo cual hace a una diferencia cualitativa muy grande respecto de otros satélites”, completó Kulichevsky, y tomó como ejemplo el trabajo conjunto que la CONAE realizó con el INTA para poner a disposición de los productores agropecuarios un conjunto de aplicaciones que podrían mejorar sus decisiones de manejo sobre los cultivos. Del mismo modo mencionó las acciones que se llevaron a cabo con otros organismos como el Instituto Nacional del Agua y los sectores especializados en gestión de emergencias y salud.
“La Misión SAOCOM está diseñada por argentinos para la Argentina”, aseguró. En total, la campaña de lanzamiento cuenta con la participación de más de 50 profesionales de CONAE, INVAP, VENG y el Grupo GEMA de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), distribuidos en Estados Unidos y en la Argentina, en las provincias de Córdoba y Río Negro y en la Ciudad de Buenos Aires.
Asimismo, brindará soporte en relación al uso de productos químicos para el control de enfermedades en cultivos, en particular para la fusariosis en el trigo. Un aporte no menor para el sector agropecuario lo constituye el pronóstico de inundaciones, que también aporta la misión SAOCOM, desarrollado en el marco de la cooperación entre el Instituto Nacional del Agua (INA) y la CONAE.
Fernando Hisas, gerente de Proyectos Satelitales de Conae, comentó a Télam que hace 26 años -en febrero de 1994- se hizo cargo de la Comisión Conrado Varotto, quien le presentó el proyecto y la idea de desarrollar un plan espacial en Argentina.
“En noviembre de ese mismo año el entonces presidente Carlos Menem aprobó este plan estratégico que ya incluía al SAOCOM”, contó Hisas.
“Si uno mira el inicio del camino y el recorrido de la Conae, queda claro cuán importante fue la cooperación con la NASA, que fue clave para aprender a gestionar este tipo de proyectos”, añadió.
En ese sentido, el ingeniero contó que el caminó empezó con el SAC-B que se lanzó en 1996 y siguió con el SAC-A en 1998, “dos satélites chicos con un enfoque científico muy importante para el desarrollo de recursos humanos y capacidades en una ruta de aprendizaje”.
En el año 2000, se lanzó el SAC-C: “Fue el primer satélite argentino de teleobservación que era más grande y un desafío de desarrollo más interesante. Como tal integró una constelación de satélites de la NASA donde estaba el LEO-1, un satélite muy importante para los estadounidenses porque se probaron nuevas tecnologías que después se aplicaron en la serie Landsat”, continuó sobre el proyecto espacial argentino, que sumará un nuevo capitulo en su historia con el lanzamiento del SAOCOM, mañana desde Cabo Cañaveral.
Hisas también es manager del proyecto SAC-D Aquarius, que realizó Argentina en conjunto con la NASA y que fue puesto en órbita en 2011. “Ese lanzamiento tenía un objetivo científico importante como relevar por primera vez la salinidad oceánica. Fue una misión de tres años en los que se recopilaron muchos datos en los que trabajaron más de cien investigadores argentinos y de todo el mundo”, explicó.
“En todo este camino hubo también una evolución tecnológica porque con cada misión íbamos ganando en complejidad, en compromiso y en integración nacional de partes”, resaltó.
El ingeniero ejemplificó: “En los primeros satélites tuvimos que recibir, en el marco de la cooperación internacional, los paneles solares. En el SAC-C, parte de la construcción de los paneles solares se hizo en el país, y para el SAC-D Aquarius y el SAOCOM se hicieron completos acá a través de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA)”.
Hisas, responsable del Sistema Ítalo Argentino de Satélites para la Gestión de Emergencias (Siasge) en cooperación con la Agencia Espacial Italiana (ASI), agregó: “Así como la NASA estuvo desde el principio y conoció el trabajo hecho y la calidad y la evolución del equipo humano, la verdad es que ASI también estuvo desde el primer día. Incluso participó de toda la serie SAC y en ese camino la Conae le planteó a los italianos el desarrollo en conjunto del Saocom para constelación Cosmo-SkyMed y en 2005 se firma el acuerdo por el Siasge”.
Uso de los datos SAOCOM
- Mapas de Humedad del suelo para uso agricultura e hidrología
- Mapas de Riesgo de inundación
- Mapas de Riesgo de incendios
- Riesgo de enfermedades de cultivos
- Escenarios para la toma de decisiones de siembra y fertilización
- Determinar agua disponible en nieve para riego
- Estudio de desplazamiento de glaciares
- Estudio de desplazamiento del terreno, pendientes y alturas, entre otras aplicaciones.
Seguí leyendo: