Después de años de trabajo y esfuerzo por parte de muchas personas involucradas en el proyecto, este domingo por la noche fue lanzado con éxito el satélite argentino Saocom 1B, el más avanzado que ha construido el país hasta el momento y que permitirá monitorear el territorio nacional desde el espacio para, entre otras cuestiones, detectar posibles situaciones de riesgo naturales como terremotos o inundaciones.
El aparato despegó desde Cabo Cañaveral, en Florida, Estados Unidos, a bordo de un cohete Falcon 9 de la compañía SpaceX que lo elevó a su órbita terrestre, donde en las próximas horas desplegará su enorme antena radar de 10 metros, distribuida en 7 paneles.
Si bien gran parte de la operación se realizó en norteamérica, desde la Argentina también participaron varias personas que estuvieron controlando que todo saliera de forma correcta: tal es el caso de los profesionales de INVAP, empresa estatal dedicada al diseño y construcción de sistemas tecnológicos complejos.
“Así vivimos el histórico momento del lanzamiento del Saocom 1B en el cuarto limpio”, escribió en su cuenta oficial de Twitter este organismo, que estuvo trabajando en el lanzamiento con científicos instalados tanto en Cabo Cañaveral como en las ciudades de Córdoba y San Carlos de Bariloche. El posteo fue acompañado de un video donde se puede ver a los científicos argentinos festejando el éxito de la operación.
En total, son 50 profesionales de INVAP, de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), de la firma Vehículo Espacial Nueva Generación (VENG) y del Grupo GEMA, de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), los que fueron parte del despegue.
El Centro de Control de Misión de la CONAE, por ejemplo, tomó el control del aparato argentino desde Córdoba cuando se separó del cohete y comenzó a desarrollar una serie de actividades críticas, que abarcan cerca de 36 horas.
“Apenas el satélite detecta que se separó del lanzador, despliega automáticamente el panel solar. Entonces lo primero que se hace dese Córdoba es controlar si los paneles están desplegados. Todo el equipo estuvo muy contento al recibir se;ales positivas de la estación terrestre de Lima, que nos dijo que el satélite estaba funcionando bien”, explicó a Infobae Josefina Pérès, Jefa de Proyecto SAOCOM que, desde INVAP en San Carlos de Bariloche, lugar de construcción del satélite, supervisa todos los pasos de puesta en órbita y funcionamiento.
La empresa, que es una Sociedad del Estado, fue creada en la década de 1970 a partir de un convenio firmado entre la Comisión Nacional de Energía Atómica de Argentina (CNEA) y el Gobierno de la Provincia de Río Negro. Su sede central se encuentra en esa ciudad turística.
Este lanzamiento debió ser reprogramado tres veces: la primera fecha fue la del 30 de marzo, que debió ser suspendido por la pandemia de COVID-19 que irrumpió en el mundo y paralizó la actividad espacial, entren muchas otras. Después, se tomó como día tentativo del despegue el 25 de julio, pero también debió ser reprogramado para atender detalles necesarios del operativo, como pruebas en los distintos dispositivos de seguridad en el cohete lanzador, sistemas, controles técnicos y también atender las cuestiones meteorológicas. En tanto, la del 29 de agosto se canceló por la demora que generó el despegue de otro cohete previo desde Cabo Cañaveral.
De acuerdo con los especialistas que encabezaron este proyecto, la misión está “pensada para ofrecer soluciones a problemáticas locales que hasta hoy no pueden ser satisfechas con información de otros satélites”.
Además, con esta misión satelital nacional, el país se posiciona en un selecto grupo de países capaces de desarrollar la tecnología radar para uso espacial”, señaló a Infobae, Raúl Kulichevsky, director ejecutivo y Técnico de la CONAE.
Las antenas radar que poseen los SAOCOM (ya había otro en órbita), compuestas por siete paneles con una superficie total de 35 m² y un peso de 1,5 toneladas constituyen un instrumento activo que trabaja en la porción de las microondas en banda L del espectro electromagnético. Estas características hacen que estos aparatos sean especialmente útiles para prevenir, monitorear, mitigar y evaluar catástrofes naturales o antrópicas.
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