El entusiasmo reina en la NASA y la industria espacial privada estadounidense luego del exitoso despegue, puesta en órbita y llegada a la Estación Espacial Internacional de la primera cápsula tripulada que Estados Unidos lanzó desde su propio suelo en 9 años, sin depender de los rusos.
El 30 de mayo último, el cohete Falcon 9 de la empresa SpaceX despegó con dos astronautas de la NASA desde el Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral, Florida, EEUU, haciendo historia, al convertirse en el primer lanzador espacial estadounidense tripulado y privado que llega al espacio, desde el retiro de los transbordadores espaciales en 2011.
El optimismo que impera con SpaceX, se derrama ahora en otras compañías privadas que buscan su lugar en el espacio junto con la NASA. Por eso, esta semana, la agencia espacial estadounidense firmó un contrato con la empresa Virgin Galactic, propiedad del multimillonario empresario Sir Richard Branson para realizar vuelos espaciales a modo de entrenamiento de los futuros astronautas.
Así, el Centro Espacial Johnson de la NASA localizado en Texas firmó un acuerdo con la compañía de vuelos espaciales Virgin Galactic para desarrollar un “programa privado de preparación de astronautas orbitales”. Esta iniciativa se encuentra entre los esfuerzos de la NASA para aumentar el uso comercial de la Estación Espacial Internacional (EEI), un objetivo que la agencia anunció hace más de un año.
Según comentaron los protagonistas, la asociación incluirá “identificar candidatos interesados en comprar misiones privadas de astronautas a la EEI”. También incluirá capacitación para esos astronautas privados, transporte a la estación espacial y apoyo y coordinación utilizando los recursos de la estación espacial para futuras misiones bajo este programa.
Virgin Galactic aún no ha revelado detalles más específicos sobre estos futuros vuelos dentro de este programa y cómo operarán o cuánto podrían costar. “Estamos entusiasmados de asociarnos con la NASA en este programa de vuelo espacial orbital privado, que no solo nos permitirá usar nuestra plataforma de vuelo espacial, sino que también ofrecerá nuestra infraestructura de entrenamiento espacial a la NASA y otras agencias”, explicó George Whitesides, director ejecutivo de Virgin Galactic.
Hace una semana, antes de que se anunciara el acuerdo, el jefe administrador de la NASA Jim Bridenstine tuiteó: “Urgente: @NASA está desarrollando el proceso para volar astronautas en naves espaciales suborbitales comerciales. Ya sea suborbital, orbital o espacio profundo, la NASA utilizará nuestro capacidades comerciales innovadoras de la nación. RFI se lanzará la próxima semana”.
El CEO de Virgin Galactic, George Whitesides, retuiteó la declaración de Bridenstine y agregó: “Esta es una gran noticia. En una variedad de programas y destinos, la NASA está catalizando la innovación y liderando el camino hacia un futuro positivo en el espacio. Esperamos trabajar con la agencia para avanzar esta capacidad emocionante para volar astronautas de la NASA”.
Whitesides aseguró que tanto la compañía y la NASA buscan generar una mayor demanda en el uso de EEI y al mismo tiempo impulsar la actividad comercial a nivel internacional para contribuir con la gestión de programas espaciales y desarrollar mejores soluciones científico tecnológicas.
“Nos complace saber que tendremos una asociación con la NASA. En este programa de vuelo espacial privado, no sólo va permitir utilizar nuestra plataforma de vuelo espacial, sino que ofrecerá nuestra infraestructura de entrenamiento para astronautas a la agencia espacial estadounidense y otras agencias alrededor del mundo. Queremos llevar la perspectiva planetaria a miles de personas”.
Una empresa espacial
La empresa Virgin Galactic desarrolló el avión espacial Space Ship y SpaceShipTwo. Este último alcanzó en 2018 y 2019 una altitud máxima de 82,7 kilómetros (51 millas), superando la marca de 80 kilómetros que el gobierno de EEUU reconoce como el límite del espacio.
Al comenzar el vuelo, un enorme avión que llevaba la nave espacial Unity de Virgin se eleva hasta los 13.100 metros antes de soltar la nave, que seguidamente enciende sus propulsores y asciende al espacio hasta perderse de vista.
Virgin Galactic agregó información de este acuerdo en su sitio web de noticias y aseguró que tiene la intención de apoyar el uso de los recursos de la EEI, los cuales tendrán un papel muy importante a fin de crear una integración en cada misión privada de astronautas. También, su propósito es crear una experiencia a los clientes incomparable y personalizada, desde exploraciones lunares hasta investigación científica para otros países interesados en impulsar algún proyecto espacial.
El nuevo acuerdo también sirve para “constituir el Laboratorio Nacional de la EEI”, según el comunicado, al demostrar la creciente participación de la NASA en los vuelos espaciales comerciales, específicamente con respecto a la estación espacial.
Este no es el primer programa de astronautas de Virgin Galactic. La compañía actualmente ejecuta un programa Future Astronaut Readiness para clientes que se han inscripto para volar desde su sitio de lanzamiento, Spaceport America en Nuevo México. La nueva colaboración con la NASA utilizará ese sitio de lanzamiento para algunas ocasiones, incluido el entrenamiento privado de astronautas.
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