Múltiples son las investigaciones en marcha para dar respuesta a las infinitas preguntas que el nuevo coronavirus vino a plantear al mundo. Vacunas y posibles tratamientos en estudio buscan aportar algo de luz en medio de un planeta que se puso en pausa y que poco sabe cómo reanudar la normalidad (o la llamada “nueva normalidad”).
En ese sentido, una de las dudas que desvela a los investigadores es saber si una vez enferma, una persona adquiere inmunidad frente a un nuevo contacto con el virus y qué tan duradera es esa inmunidad.
“Estamos en una etapa en la que no sólo hay que avanzar con las vacunas, si no que al mismo tiempo es interesante generar modelos de mamíferos para ver si (no sólo la vacuna, sino más bien el virus) genera una inmunidad tal que re desafiando al individuo con una nueva dosis de virus puede sobrepasar la infección”. Para el biólogo y doctor en ciencias Federico Prada, “por un lado avanzan las investigaciones de las vacunas y por el otro estudios que se hacen en modelos animales en los que se adquiere conocimiento en relación a qué es lo que ocurre post infección”.
Sobre este punto, dos estudios publicados recientemente en la revista Science buscan aportar a la comprensión de la inmunidad protectiva del SARS-CoV-2, “lo que representa un punto crítico para la salud pública y para la generación de vacunas”, opinó el director de la licenciatura Bioinformática y la licenciatura en Biotecnología de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE).
“Uno de los pasos clave para lograr esta comprensión es el desarrollo de un modelo de infección con SARS-CoV-2 en macacos rhesus -comenzó a explicar el biólogo-. Lo que muestra este trabajo es que luego de una infección y un clearence (o una limpieza o desaparición del virus), en el modelo animal, el re desafío con una dosis mediana de virus lo que hace es demostrar que el mono puede sobrepasar ese re desafío, que sería la reinfección con el virus”.
Las personas que se recuperan de ciertas infecciones virales suelen desarrollar respuestas de anticuerpos específicos de virus que proporcionan una inmunidad protectora sólida contra la reexposición, pero algunos virus no generan inmunidad natural protectora, como el VIH-1. Según publicó la revista Science, “los estudios de desafío en humanos para el coronavirus del resfriado común han sugerido que puede haber inmunidad natural parcial. Sin embargo, actualmente no hay datos sobre si los humanos que se han recuperado de la infección por SARS-CoV-2 están protegidos contra la reexposición”. Según los investigadores, “este es un tema crítico con profundas implicaciones para el desarrollo de vacunas, estrategias de salud pública, terapias basadas en anticuerpos y modelos epidemiológicos de inmunidad de rebaño”.
“En este estudio, demostramos que la infección por SARS-CoV-2 en macacos rhesus proporcionó eficacia protectora contra un nuevo desafío del virus”, aseguraron.
Para Prada, “siempre que se habla de un virus se busca saber si genera anticuerpos y memoria; esa memoria puede no ser protectiva, es decir que los linfocitos T específicos que se generan no sean capaces de inactivar el virus presente en una nueva infección”. Y tras destacar que “una de las cosas que recalcan los autores es que el modelo generado logra representar de manera adecuada la infección y los estadios producidos en humanos”, el especialista señaló que “una de las cosas con mejor similitud que mencionan es que la carga viral que se produce luego de la infección inicial es alta a nivel del sistema respiratorio superior e inferior”.
En simultáneo, es posible que se requiera una vacuna segura y eficaz contra el SARS-CoV-2 para poner fin a la pandemia mundial de COVID-19. Varios candidatos a vacunas iniciaron pruebas clínicas, y muchos otros están en desarrollo preclínico. Sin embargo, actualmente se sabe muy poco sobre los correlatos inmunes de la protección y la eficacia protectora de las vacunas candidatas en modelos animales. Otro estudio publicado en Science generó una serie de prototipos de vacunas de ADN que expresan varios inmunógenos S y evaluó la eficacia protectora contra el desafío de SARS-CoV-2 intranasal e intratraqueal en macacos rhesus. “Demostramos la protección de la vacuna con sustanciales reducciones en la carga viral media en animales inmunizados con S en comparación con los controles simulados”, asegura la publicación.
“Es importante diferenciar una vacuna, en la que se vacuna y luego desafía nuevamente con el virus y el modelo de monos, que lo que se hace es infectar y una vez que se recupera, se hace el clearence (desaparece la carga viral) y aparecen los marcadores que indican que se logró la la inmunidad se lo re desafía y es ahí donde se ve el efecto”, aclaró Prada.
Luego de realizar ese desafío -continuó explicando el biólogo- “lo que hacen es medir la cantidad ARN viral, del genoma del virus y comparar los resultados: se vio que hay un pico de producción de ARN viral, un incremento que sugiere que hay replicación del virus y se observa que la enfermedad cursa en un formato suave, no se detecta fiebre ni pérdida de peso, y obvio tampoco mortalidad”.
En este punto, Prada sostuvo que “el modelo que describen estos investigadores para la infección del SARS-CoV-2 recapitula muchos aspectos de la infección en humanos, incluyendo esa recapitulación en niveles de alta replicación viral en las vías aéreas superiores e inferiores”.
“Como conclusión, lo que afirman es que la infección con SARS-CoV-2 en macacos lleva a una respuesta inmune humoral y celular y que el re desafío con el virus demuestra evidencia de que existe una inmunidad protectiva”, destacó el especialista, quien hizo hincapié en que pese a lo relevante del hallazgo, “los propios investigadores reconocieron que se necesitan estudios posteriores para determinar la durabilidad de esta inmunidad”.
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