Desde la aparición de primeros casos de coronavirus en diciembre de 2019, pasando por la declaración de pandemia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) hasta superar ampliamente la barrera del millón de infectados, el nuevo SARS-CoV-2 puso en jaque al sistema sanitario global.
Daniel Katzman, bioquímico, graduado en la Universidad Nacional de La Plata, que cuenta con más de 20 años de experiencia en biotecnología y desarrollo de fármacos, es fundador y CEO de la empresa Unleash Immuno Oncolytics (Saint Louis, Missouri, USA) que desarrolla productos oncolíticos para inmunoterapia. Se trata de uno de los científicos que está trabajando hoy desde la Argentina en la investigación de un tratamiento eficaz contra el SARS-CoV-2.
Katzman trabaja en un ensayo clínico de tratamiento por superinfección que se basa en dar virus atenuados que no se replican ni provocan la enfermedad en el organismo. Son muy inmunogénicos y generan una gran respuesta antiviral en pacientes con sintomatología leve. El sistema inmune los reconoce y genera una respuesta antiviral fuerte que puede servir para atacar otras infecciones.
“Es un antiviral, que actúa induciendo al organismo a la producción endógena de interferón tipo I, el cual es efectivo para disminuir la carga viral. El paciente se beneficia de la superinfección con un virus dsRNA apatogénico como el patógeno de la enfermedad de la bursitis infecciosa (IBDV), que es un poderoso activador del programa de genes antivirales dependientes de interferón", indicó a Infobae el especialista.
Los interferones son un grupo de proteínas señalizadoras producidas y secretadas por las células como respuesta a la presencia de diversos patógenos tales como virus, bacterias o parásitos que generan una activación en las defensas antivirales en las células cercanas.
Este tratamiento ha sido probado en seres humanos para hepatitis B y C, con resultados positivos y en test de laboratorio se ha demostrado su actividad contra el SARS-CoV-2. “Estamos ante la posibilidad de que la Argentina le ponga un freno a la pandemia”, aseguró Katzman.
El especialista entiende que es posible avanzar en el uso compasivo del medicamento, un procedimiento restringido a casos excepcionales, pero cada vez más utilizado para el tratamiento de determinadas enfermedades para las que no hay un tratamiento alternativo eficaz, tal el caso de COVID-19.
Consultado sobre la efectividad y el impacto que podría tener el mecanismo por superinfección en caso de ser aprobado y puesto a prueba, el experto sostuvo que “es -de todos los probados hasta ahora- el que tiene la mejor relación riesgo-beneficio, ya que según lo demostrado, es el que tiene más chances de tener éxito y el que menos contraindicaciones tiene frente a los otros caminos que se han tomado".
“No le hemos encontrado contraindicaciones significativas ni importantes, ni efectos secundarios en toda la etapa de pruebas, y eso es central para la solución y los pacientes", concluyó.
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