La más moderna técnica de edición genética para dar respuestas a pacientes con enfermedades potencialmente mortales, ya está disponible para científicos argentinos en su lucha para derrotar al nuevo coronavirus.
Conocida por sus iniciales como CRISPR-9 que significan en inglés, “repeticiones palindrómicas cortas agrupadas y regularmente interespaciadas”, la técnica ha sido la última revolución en la medicina genética, ya que permite cortar y pegar el ADN sin agregar genes de otras especies.
En plena lucha contra la nueva pandemia mundial, el coronavirus que genera la enfermedad COVID-19, científicos argentinos desarrollan un nuevo test de diagnóstico rápido contra este nuevo virus utilizando la novedosa técnica genética.
Los doctores Claudio Berli y Federico Schaumburg, investigadores en el Intec (Conicet-UNL), vienen trabajando -junto a otros 18 especialistas- en el desarrollo de un sistema portable para ser empleado en el diagnóstico rápido de COVID-19, ya que puede detectar el material genético del SARS-CoV-2.
“El test consiste en la detección del material genético del virus (ARN en este caso) con una tecnología nueva denominada CRISPR, que en nuestro país desarrolla la empresa CASPR Biotech. El ensayo actualmente se realiza en el formato convencional de mesada en laboratorio, con requerimiento de equipos y personal especializados. Nosotros estamos diseñando un sistema portable y que requiera la mínima intervención del personal”, explicó el doctor Berli que precisó cómo funciona el examen de detección.
“El ensayo detecta ARN viral en muestras de saliva, la cual se toma con un hisopo estéril, de acuerdo a los protocolos actuales. El tiempo del ensayo propiamente dicho es de una hora. Este tiempo es muy corto si se compara con la demora actual en las detecciones en laboratorios referencia. No obstante, se debe aclarar que todo el proceso involucra tiempos más largos por los protocolos de toma de muestra, transporte y manipulación en condiciones de seguridad biológica, debido a la alta infecciosidad de este coronavirus. Y tiempo adicional agrega el análisis y certificación de resultados”.
El desafío que tienen los científicos es hacer portable el test a un dispositivo del tamaño de una tarjeta de crédito, pero este desafío es muy demandante y requiere meses de desarrollo. No obstante, dada la urgencia de estas últimas semanas, los investigadores trabajan en un nivel intermedio del tamaño de una PC portable, con el equipamiento mínimo para hacer las reacciones de detección y la lectura de resultados.
“En cuanto a la tecnología, el método detecta ARN y eso ofrece varias ventajas significativas. La primera es que la reacción es sumamente específica, porque el sistema CRISPR permite la detección de una porción absolutamente única del genoma del virus. La segunda ventaja es que la detección puede hacerse de manera muy temprana, incluso en paciente asintomáticos. Estas dos características marcan un gran contraste con los denominados test rápidos, de 10 minutos que últimamente son noticia en España e Italia por un alto nivel de fallas: tales dispositivos no detectan ARN sino antígenos del virus, lo cual los hace bastante inespecíficos y no son confiables en los primeros días de la infección”, indicó el experto.
Según afirmó Berli, el proyecto es de la empresa CASPR Biotech, y por el lado del CONICET se trabaja en colaboración con el doctor Federico Schaumburg, en el marco de un convenio de investigación y desarrollo. El equipo completo involucra unas 18 personas, todas con tareas específicas pero interrelacionadas, desde la optimización de las reacciones químicas hasta la preparación de reactivos específicos. “Por nuestro lado, en INTEC, trabajamos en el diseño de una plataforma miniaturizado para implementar las reacciones en el menor número de pasos posibles”, remarcó.
Respecto a los siguientes pasos, el investigador dijo que buscan que el dispositivo esté totalmente integrado y miniaturizado. “En todo caso, si tenemos la fortuna de que esta pandemia pase rápido, el desarrollo servirá para detecciones de otros nuevos agentes infecciosos. Por ejemplo, la mayoría de las herramientas usadas ahora para detectar el coronavirus fueron desarrolladas luego de la epidemia de 2009. De modo que no debemos abandonar nunca la búsqueda”, adelantó.
Para el desarrollo de esta técnica los científicos contaron con fondos de la aceleradora GridX de Buenos Aires y la incubadora tecnológica IndieBio de San Francisco. La empresa responsable del desarrollo está en permanente comunicación con el Conicet y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación que encabeza el doctor Roberto Salvarezza. Pero los investigadores coinciden que están trabajando contra-reloj, pero que se deben esperar las aprobaciones de las autoridades regulatorias, que dadas las circunstancias pueden tener un trámite rápido.
El segundo aspecto que destacan es que gran parte del mundo está ralentizado, y en algunos casos paralizado, lo cual dificulta la disponibilidad de reactivos y material de insumo para armar los kits. Estas restricciones son otro gran desafío en el diseño de equipos portables.
El Instituto de Desarrollo Tecnológico para la Industria Química (Intec), está ubicado en el Predio Conicet Dr. Alberto Cassano en la ciudad de Santa Fe, donde se desarrollan actividades de investigación básica, aplicada, transferencia de tecnología e innovación, así como formación de recursos humanos altamente calificados, en diferentes áreas entre las que se destacan: Ingeniería Química, Alimentos y Biotecnología, Polímeros y Materiales, Química Fina y Química Sustentable, Ingeniería y gestión Ambiental, Energía, Ingeniería Industrial, Logística.
Fuente: Conicet/Intec
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