El glaciar Pine Island, ubicado en la Antártida Occidental, generó durante los días de temperaturas máximas récord un iceberg de más de 300 kilómetros cuadrados que se hizo pedazos muy rápidamente. Esta superficie se puede comparar con la correspondiente a las Islas Caimán (264 km2), Maldivas (298 km2) y Malta (316 km2), o lo equivalente a 70 canchas de fútbol. Esta porción de territorios de hielos antárticos no es reclamada por ningún país.
Este fenómeno fue captado por un satélite de la Agencia Espacial Europea, en una jornada casi sin nubes, el pasado 11 de febrero por la misión Copernicus Sentinel-2 y muestra los icebergs recién rotos en detalle.
Esta animación, compuesta por 57 imágenes de radar capturadas por la misión Copernicus muestra la rapidez con la que crecieron las grietas emergentes del glaciar, lo que condujo a este histórico evento del “parto”.
El 6 de febrero, la temperatura máxima alcanzó los 18,3° grados en la Base Antártica Argentina Esperanza, según informó el Servicio Meteorológico Nacional. 7 días después, precisamente el 13 de febrero, marcó los 20,75° y así superó por primera vez la barrera de los 20 grados centígrados. Nunca antes en la historia la Antártida vivió una ola de calor semejante, de acuerdo a los registros existentes.
A pesar de que las altas temperaturas evidencian el calentamiento global, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) manifestó que estas altas temperaturas deberán ser verificadas en los próximos meses. La Organización Meteorológica Mundial por su parte sostuvo que “las mediciones realizadas por investigadores de Argentina y Brasil a principios de este mes deben someterse a un proceso formal para garantizar que cumplen con los estándares internacionales”.
Gracias a la combinación de imágenes ópticas y de radar de las misiones satelitales Copernicus Sentinel, se observaron crecientes grietas en el Glaciar Pine Island el año pasado, y desde entonces, los científicos han estado atentos a la rapidez con la que crecían las grietas.
El Glaciar Pine Island, junto con su vecino glaciar Thwaites, conecta el centro de la Capa de Hielo Antártico Occidental con el océano, y juntos descargan cantidades significativas de hielo en el océano.
Mark Drinkwater, científico senior y especialista en criosfera de la Agencia Espacial Europea se refirió al suceso en un comunicado de prensa: “Los satélites gemelos Sentinel-1 gemelos Copernicus han establecido un ojo de buey a través del cual el público puede ver eventos como este en regiones remotas de todo el mundo. Lo que es inquietante es que el flujo de datos diarios que revelan el ritmo dramático al que el clima está redefiniendo la faz de la Antártida".
El glaciar Pine Island, junto con su vecino glaciar Thwaites, conectan el centro de la capa de hielo antártica occidental con el océano, descargando cantidades significativas de hielo en el océano. Estos dos glaciares han estado perdiendo hielo en los últimos 25 años. Debido a su ubicación extremadamente remota, los satélites desempeñan un papel fundamental en la medición y monitoreo de la glaciología antártica, revelando el momento y el ritmo de la retirada de los glaciares en la Antártida.
Desde principios de la década de 1990, la velocidad de derretimiento del hielo del glaciar Pine Island ha aumentado dramáticamente a valores que exceden los 10 metros por día. Su frente de hielo flotante, que tiene un espesor promedio de aproximadamente 500 metros, ha experimentado una serie de eventos de parto en los últimos 30 años, algunos de los cuales han cambiado abruptamente la forma y la posición del frente de hielo.
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