La carrera contra el virus del Ébola: cuáles son las estrategias científicas que le cambiarán la cara a la enfermedad más temible del mundo

En la dramática y veloz carrera que emprendió la ciencia contra el virus del Ébola, considerada como la enfermedad con mayor letalidad y alta transmisibilidad del mundo, la Comisión Europea aprobó una vacuna y otra viene en camino de la mano de científicos japoneses. Panorama actual y futuro de una enfermedad mortal

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Alrededor del virus del Ébola ya se han desatado dos emergencias sanitarias dramáticas y con epidentro en el continene africano:  la epidemia del 2013 al 2016 -que causó aproximadamente 11 mil muertes- y azotó particularmente a los países de la costa africana occidental como Guinea, Liberia y Sierra Leona. Y la de mediados de 2018 hasta hoy; un brote en el Congo que causó la muerte de más de 1.600 personas.  El epicentro del virus del Ébola arrastra además sus propias conflictividades. Un contexto de conflicto armado y de guerras civiles-tribales  (Shutterstock)
Alrededor del virus del Ébola ya se han desatado dos emergencias sanitarias dramáticas y con epidentro en el continene africano: la epidemia del 2013 al 2016 -que causó aproximadamente 11 mil muertes- y azotó particularmente a los países de la costa africana occidental como Guinea, Liberia y Sierra Leona. Y la de mediados de 2018 hasta hoy; un brote en el Congo que causó la muerte de más de 1.600 personas. El epicentro del virus del Ébola arrastra además sus propias conflictividades. Un contexto de conflicto armado y de guerras civiles-tribales (Shutterstock)

La magnitud del drama humanitario que provocó una enfermedad de alta letalidad como es el virus del Ébola hace que la ciencia se esfuerce por no quedar atrapada entre sus propias tribulaciones. Para los médicos e investigadores frenar y curar el Ébola se convirtió en un clamor que por momentos se vuelve insoportable y que sin duda se ha convertido en una carrera científica contra el tiempo.

El virus del ébola causa una fiebre hemorrágica fulminante, que se propaga de persona a persona a través del contacto directo con fluidos corporales y su dramatismo lo conforman la cantidad de muertos luego de cada brote. Es una enfermedad para quien la contrae que tiene una letalidad de entre un 67% a un 75% . El virus del Ébola mata a alrededor de la mitad de las personas que infecta.

La urgencia es detener el contagio y proteger a los médicos y personal de salud que trabajan en las zonas de riesgo, especialmente en África occidental y central, atravesadas por la emergencia sanitaria, costumbres ancestrales y guerras tribales.

El virus del ébola causa una fiebre hemorrágica fulminante, que se propaga de persona a persona a través del contacto directo con fluidos corporales

El primer eslabón de la cadena epidemiológica del contagio comienza con el animal (chimpancés, murciélagos, antílopes y puercoespines) que contagia al hombre o bien a través del contacto o por consumir carne infectada. También se infecta quien hace la faena del animal. Luego de este primer eslabón comienza la transmisión de persona a persona a través de todos los tipos de fluidos corporales: saliva, semen, vómitos, heces, transpiración, sangre. No se transmite por vía aérea ni por el agua.

Los pacientes solo en el período de incubación asintomáticos no contagian. Sin embargo, en un paciente fallecido a causa del Ébola, el virus a temperatura ambiente sigue contagiando. De ahí las estrictas medidas que se tomaron en África con la cremación de cadáveres por personal especializado, yendo en contra de las creencias religiosas de la población de mantener el cuerpo en casa y pasearlo por la aldea, una costumbre idiosincrática que colaboró con la feroz propagación de la enfermedad en la primera epidemia de 2013-16. A pesar de este panorama tan dramático hay buenas noticias, y el tema se actualiza ante la aparición de una vacuna ya aprobada, de otra en camino y de prolíficas estrategias científicas que buscan frenar la enfermedad .

El personal de la salud es considerado la primera línea de alto riesgo expuesto al Ébola, la mayoría de los muertos por Ébola son médicos o personal de salud lugareños y de distintas organizaciones internacionales como ONU, Médicos Sin Fronteras, entre otros. Los trajes para protegerse contra el ébola son llamados PPE -por sus siglas en inglés, Personal Protective Equipment.  (Shutterstock)
El personal de la salud es considerado la primera línea de alto riesgo expuesto al Ébola, la mayoría de los muertos por Ébola son médicos o personal de salud lugareños y de distintas organizaciones internacionales como ONU, Médicos Sin Fronteras, entre otros. Los trajes para protegerse contra el ébola son llamados PPE -por sus siglas en inglés, Personal Protective Equipment. (Shutterstock)

Hace pocos días una precisa declaración de Jean-Jacques Muyembe, virólogo congoleño y director general del Instituto National de Recherche Biomedicale en la República Democrática del Congo y uno de los mayores expertos mundiales en la lucha contra esta fiebre hemorrágica puso el tema en la picota: "De ahora en adelante, ya no diremos que el Ébola es incurable”.

En la actualidad existen cuatro terapias que gozan de cierta expectativa para tratar el virus del Ebola: un medicamento antiviral (Remdesivir, desarrollado por Gilead Sciences); dos anticuerpos monoclonales, el REGN-EB3 (desarrollado por Regeneron Pharmaceuticals) y mAb114 (desarrollado por el National Institute of Allergy and Infectious Diseases, de Estados Unidos).

Aparte de estas tres terapias nuevas, está disponible el fármaco ZMapp. Este último fue uno de los tratamientos estudiados durante el brote de 2014-2016 y, aunque no se llegaron a resultados concluyentes, es considerado el estándar terapéutico durante los brotes de Ébola. Se trata de un suero inmunológico experimental que surge de la combinación de tres anticuerpos monoclonales, y fabricado con plantas del género de la nicotiana.

Los expertos científicos identificaron que la letalidad del Ébola es de entre el 67% y el 75%, y en el caso del uso de ZMapp reducía esas cifras hasta el 49%. Pero, durante el ensayo, los investigadores se dieron cuenta de que los anticuerpos monoclonales arrojaban cifras de mortalidad entorno al 29%, uno (REGN-EB3) y el 34%, el otro (mAb114).

Los científicos identificaron que la letalidad del Ébola es de entre el 67% y el 75%, y en el caso del uso de ZMapp reducía esas cifras hasta el 49%

Estos dos fármacos eran anticuerpos monoclonales aislados de supervivientes de otros brotes del pasado. Por ello, recientemente, la junta de expertos -en la que participó el virólogo congoleño Muyembe - decidió que había que poner en pausa el Remdesivir y el ZMapp; y empezar de nuevo solo con el REGN-EB3 y el mAB114.

Consultada por Infobae la doctora Lilián Testón, médica infectóloga y coordinadora del departamento de epidemiología de la Fundación Centro de Estudios Infectológicos (FUNCEI) explicó: “Hay varios estudios en instancias muy avanzadas para lograr la primera vacuna contra el ébola, una noticia muy esperada por el mundo científico. Los estudios buscan sobre todo frenar su alta transmisibilidad y proteger al personal de la salud que es la primera línea de alto riesgo de esta enfermedad”.

Actualmente existen dos proyectos de vacunas con mucho vigor científico: uno, el más avanzado, es del laboratorio MSD, para el que la Comisión Regulatoria Europea dio aprobación para continuar con los ensayos clínicos. El otro, son estudios de investigadores científicos japoneses del Instituto de ciencias médicas de la Universidad de Tokio. Esta vacuna se probó hasta ahora en monos y no en humanos. Y se basa en una forma inactiva del virus.

La Comisión Europea otorgó la autorización de comercialización de la vacuna contra el Ébola Zaire desarrollada por el laboratorio MSD para la inmunización activa de personas mayores de 18 años. Tiene una característica preventiva, es para antes de que la persona sea infectada por el virus. (Shutterstock)
La Comisión Europea otorgó la autorización de comercialización de la vacuna contra el Ébola Zaire desarrollada por el laboratorio MSD para la inmunización activa de personas mayores de 18 años. Tiene una característica preventiva, es para antes de que la persona sea infectada por el virus. (Shutterstock)

La vacuna de MSD ya se ha utilizado bajo pautas de emergencia contra la propagación de un brote mortal de Ébola en la República Democrática del Congo. “Las autoridades sanitarias tienen reportes que la mortalidad disminuyó del 67% al 35% con el uso de esta vacuna”, agregó Testón.

Esta aprobación europea permite a MSD iniciar la fabricación de dosis autorizadas en Alemania, que se espera estén disponibles en el tercer trimestre de 2020. Hasta la fecha, la compañía ha donado más de 250.000 dosis a la Organización Mundial de la Salud (OMS) para su uso en brotes. Existe un consenso entre los expertos que asesoran a la OMS y distintos organismos humanitarios de que las vacunas deben ser administradas en primer lugar a los “trabajadores de primera línea”, sean sanitarios, sepultureros o familiares que cuidan a enfermos de Ébola.

Zona de conflicto y vacunas

Continuó Testón: La vacuna de MSD es la que están aplicando, ya vacunaron aproximadamente a 170 mil personas en el actual contexto de emergencia sanitaria en el Congo. Es una única dosis de la que ya se tienen buenos resultados preliminares y además de usarse en el contexto de un estudio clínico, también se está aplicando al personal de salud, a los contactos del enfermo, porque una vez que el paciente se enfermó la vacuna ya no sirve. Lo que aún resta saber de la vacuna de MSD es cuánto dura la inmunización.

En el Congo, ya se vacunaron aproximádamente a 170 mil personas contra el Ébola con la vacuna de MSD

En las zonas de circulación de la enfermedad, se realizan por lo menos tres anillos de vacunación: se vacuna al contacto directo y a los contactos de esos contactos. Es decir a las personas que están en esa aldea, para hacer un anillo cada vez más amplio y como mecanismo para seguir a los pacientes y evitar que éstos se contagien.

La otra vacuna la están desarrollando científicos japoneses, en asociación con la compañía Jonhson&Jonhson. Se está aplicando en menor proporción porque no tiene todas las aprobaciones regulatorias y requiere de dos dosis. Esta vacuna utilizó el mismo genoma, el mismo tipo de virus que circuló en el 2014 en Guinea, Liberia, Sierra Leona, y es idéntico al que está ahora en Congo. Actualmente se están haciendo estudios genómicos para ver si hay alguna mutación o si aparece algún otro virus, para incluir nuevas cepas en las próximas vacunas", remarcó la médica inmunóloga.

Aún en la actualidad, existe un subregistro de los casos tanto de infectados como de fallecidos por el virus del Ébola. Mucha gente permanece enferma y muere en su domicilio contagiando a sus familiares porque o bien no confían en los hospitales o no pueden ser atendidos por la gran demanda. Otras familias por creencias religiosas guardan durante días los muertos en la casa y no los reportan; provocando focos de contagio extramadamente peligrosos. (Shutterstock)
Aún en la actualidad, existe un subregistro de los casos tanto de infectados como de fallecidos por el virus del Ébola. Mucha gente permanece enferma y muere en su domicilio contagiando a sus familiares porque o bien no confían en los hospitales o no pueden ser atendidos por la gran demanda. Otras familias por creencias religiosas guardan durante días los muertos en la casa y no los reportan; provocando focos de contagio extramadamente peligrosos. (Shutterstock)

El Ébola es una enfermedad letal y catastrófica. El estilo de vida de los pueblos africanos donde apuntó la enfermedad complica las cosas: como el virus se incuba por 5 días, la condición de migrantes de los habitantes en estos lugares amplifica el contagio, por eso es tan importante recibir la vacuna en ese período, porque sino la persona contagiará por todos los lugares donde vaya. Además, el Ébola se sumó a un “paquete” de otras enfermedades endémicas en la zona como malaria y fiebre tifoidea, que son tan graves como el Ébola. Y todas conviven.

Agregó la doctora Testón: “el contexto social para trabajar en esas zonas del África occidental y central es difícil; los médicos y científicos están ahí desarrollando estudios, a la espera de las aprobaciones de las agencias regulatoria que se necesitan para avanzar. Tienen que hacer el seguimiento de los pacientes, en muchos casos con la propia sociedad en contra. Muchos lugareños por su cultura e idiosincrasia piensan que la vacuna en vez de protegerlos, les inocula el virus. Aunque parezca increíble les queman las casas a los que recibieron la vacuna". Ahora solo resta que la ciencia siga con su trabajo de la manera más inclusiva y accesible posible.

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