"Emocionado es poco. Estamos muy expectantes y nerviosos por que todo ocurra según lo planeado y el lanzamiento sea un éxito. Después vendrán 8 semanas de espera hasta el gran día del alunizaje".
Con estas palabras, Diego Saikin, el ingeniero argentino en software que participó en un rol clave de la misión espacial israelí a la Luna, hablaba anoche con Infobae minutos antes del exitoso lanzamiento desde Cabo Cañaveral, en Florida, EEUU.
Ocho años de trabajo intensivo por parte de SpaceIL y la compañía Industrias Aeroespaciales de Israel llegaron a buen término con el lanzamiento del jueves por la noche de la primera nave espacial interplanetaria no tripulada de Israel, a bordo del cohete Falcon 9 de la empresa SpaceX.
La nave espacial fue nombrada Bereshit, la palabra hebrea para "principio" y Génesis, el primer libro del Antiguo Testamento.
El argentino Saikin, desde hace 2 años colabora con SpaceIL, una organización sin fines de lucro. Su trabajo resultó de vital importancia en la misión espacial, ya que modeló los sensores que intervieron en la simulación del alunizaje de Bereshit y de los que realmente funcionarán y enviarán señales de telemetría para lograr posarse con éxito en la superficie selenita.
"En el espacio no hay GPS, y para rastrear a la nave se necesitan sensores CSS que sirven para posicionar al aparato según su ubicación respecto del sol. Además, trabajé en los sensores que miden mediante láser, la distancia de aproximación a la superficie lunar. Esto es útil para medir el ángulo de alunizaje y la velocidad de la nave, mediante el efecto doppler", explicó el ingeniero por teléfono desde Tel Aviv.
Leo Vinovezky, es otro de los argentinos envueltos en la inédita misión espacial. Es diplomático designado en la Agencia Espacial Israelí y relató emocionado el gran significado que tiene la llegada de una nave a la Luna.
"Este es un avance muy importante para Israel, un país chico en el mapa mundi, con 8 millones de habitantes y una historia marcada por el sufrimiento y el dolor. En el 70 aniversario de la nación israelí, este evento espacial significa mucho para nosotros y para el mundo", explicó a Infobae el diplomático argentino.
"Soñar vale la pena y sobreponerse a las situaciones que te plantea la vida, más. Los científicos e ingenieros involucrados en esta misión están poniendo a Israel en un lugar selecto de las naciones que llegaron a la Luna", enfatizó Vinovezky.
Y es que si se posa en la Luna dos meses después de su lanzamiento, como se espera, Israel se unirá a un club exclusivo de países, conformado por Estados Unidos, Rusia y China, que han enviado naves espaciales a la superficie del vecino más cercano de la Tierra.
Misión espacial
La misión de la Luna, encabezada por la organización sin fines de lucro SpaceIL, está destinada a aumentar el orgullo nacional y crear un "efecto Apolo", para inspirar a las generaciones futuras a realizar estudios en los campos de la ciencia y la tecnología.
"La misión espacial por un lado es científica para entender los procesos del campo magnético que tiene la Luna. Pero también tiene como objetivo transmitir el amor por la ciencia, la ingeniería y las matemáticas a las nuevas generaciones", remarcó Vinovezky.
El término "efecto Apolo", fue acuñado después de que los primeros humanos aterrizaran en la Luna en 1969, lo que provocó un aumento del interés por la ciencia en la década de 1970. Pero la misión israelí tiene un propósito adicional: comprender mejor el campo magnético de la Luna, el proyecto de investigación central de la misión, dirigido por el Profesor Oded Aharonson, del Instituto Weizmann, que también es el científico de la Misión para SpaceIL.
Campo magnético lunar
La Tierra tiene dos campos magnéticos: uno 'global', que emana del núcleo caliente de la Tierra y sirve para proteger la atmósfera de la Tierra, y un 'local' remanente en las rocas de la superficie, que se heredó del campo global como el magma caliente enfriado. Pero la Luna solo tiene un campo local.
"El gran enigma es que, si no hay un campo magnético global en la Luna, ¿cómo y cuándo las rocas de la Luna adquirieron su magnetismo? Esta es la pregunta que intentamos responder ", aseguró Aharonson.
Esta no es la primera vez que se medirá el campo magnético de la Luna, pero sería la más ambiciosa en términos de resolución de datos que la misión planea adquirir. El magnetómetro lunar del profesor Aharoson, construido en UCLA e instalado a bordo de la nave espacial, tomará medidas a medida que la nave espacial se aproxima a la Luna y después de que aterrice.
"Tendremos datos más precisos, sobre anomalías magnéticas más y con mayor resolución. Nuestro objetivo final es crear un perfil del campo magnético de la Luna y comprender su origen", agregó el experto.
Esa información le permitirá a él y a otros científicos planetarios de su equipo internacional averiguar cuánto tiempo hace que comenzó el proceso de magnetización de la Luna, y darles a los científicos un pequeño paso, tomando prestado de las famosas palabras de Neil Armstrong, más cerca de comprender el nacimiento y la evolución de la Luna.
En octubre, la NASA se convirtió en socio de esta misión espacial, ofreciendo aportar dos componentes a la misión. El primero, es el uso de su Deep Space Network para la comunicación de la misión que recibirá datos de la nave espacial y del magnetómetro lunar de Aharonson.
El segundo es un 'Laser Retroreflector Array', una serie de pequeños espejos cuidadosamente dispuestos que permitirán mediciones afinadas de la distancia a la Luna.
"Nuestro sitio de aterrizaje está ubicado en algún lugar entre los sitios de aterrizaje de Apolo 15 y Apolo 17. Es un área plana. Pero todavía tiene pequeños cráteres y muchas rocas", dijo Ido Anteby, CEO de SpaceIL.
Tras su lanzamiento Bereshit dio ocho vueltas en el Falcon, orbitando la Tierra hasta alcanzar la velocidad suficiente, de 11,11 kilómetros por minuto en su última órbita, que le permitió llegar al punto de encuentro con la Luna.
Los ingenieros coinciden en que es una apuesta arriesgada: "Va a ser un viaje difícil y arduo hasta la Luna. Lo estamos haciendo de un modo difícil, hay modos directos de llegar a la Luna, la puedes poner en un gran cohete y llegar directamente. Nosotros no tenemos un gran cohete, así que iremos por el camino largo", explicó Ofer Dorón, gerente de la división espacial de IAI.
Una biblia y una cápsula de tiempo
La nave espacial, que será puesta hoy en el espacio, transportará una cápsula del tiempo, una copia de la cual fue presentada al presidente de Israel, Reuven Rivlin. La cápsula del tiempo tiene una inmensa base de datos guardada en discos especiales que pueden ser retirados de la nave espacial.
Hay cientos de archivos digitales, incluyendo la Biblia y datos sobre SpaceIL, la construcción de la nave espacial, símbolos nacionales israelíes, artículos culturales y materiales recolectados por el público a lo largo de los años. La cápsula del tiempo permanecerá en la Luna después de que la misión se complete.
El presidente de Israel, Reuven Rivlin, comentó: "Cuando yo era un niño, solíamos escribir deseos en envoltorios de chicles – 'cuando tengas 21, irás a la Luna'. Entonces, parecía una fantasía, algo imposible. Espero que pronto podamos decir 'estamos en la Luna y nos estamos quedando en la Luna'".
El presidente enfatizó: "Estoy encantado y orgulloso de que hayan decidido convertir este proyecto no sólo en un logro tecnológico maravilloso, sino también en un proyecto educativo. Es un ejemplo pionero de la audaz innovación israelí. Esto es el sionismo en su máxima expresión".
Nimrod Sheffer, Director Ejecutivo de Industrias Aeroespaciales Israelíes (IAI) señaló: "IAI puso a Israel en el mapa hace muchos años cuando nos unimos al pequeño club de Naciones desarrolladas que envían satélites al espacio. Como sede israelí de la exploración espacial, era natural que nos uniéramos al proyecto maravilloso y visionario de SpaceIL. La cooperación entre nosotros es un brillante ejemplo de los extraordinarios logros que podemos alcanzar en el Estado de Israel".
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