"No es la genética el factor determinante en el desarrollo mental": los hallazgos de un médico rosarino

Los resultados de un estudio liderado por un ginecólogo y obstetra de Rosario en la Universidad de Oxford revelan que el crecimiento físico y neurológico de los bebés se produce a un ritmo muy similar, independientemente del origen étnico o lugar donde habitan, siempre que las condiciones de vida sean apropiadas y con una buena nutrición. Los alcances del descubrimiento

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El estudio demostró que no
El estudio demostró que no es el código genético el factor central del desarrollo mental

Después de más de diez años de labor junto a un equipo de 300 especialistas de todo el mundo, la mayor investigación mundial sobre desarrollo y crecimiento infantil hasta los dos años liderada por el médico argentino José Villar llegó hoy a las páginas de la prestigiosa revista Nature.

El trabajo fue realizado en la Universidad de Oxford, donde Villar -médico especialista en obstetricia, ginecología y perinatología- ejerce como profesor de Medicina Perinatal e investigador desde hace dos décadas y sus conclusiones cambiarán el modo en el que los pediatras "miden" el crecimiento y desarrollo integral de los niños. Esto, a su vez, redundará en beneficios durante la etapa del embarazo, permitirá la detección de problemas del bebé en etapas iniciales y favorecerá la ejecución de políticas públicas en salud que hagan hincapié en el bienestar materno infantil, la gran obsesión de Villar desde que era un joven profesional.

Lo novedoso de los resultados radica en su revelación acerca de que el crecimiento físico y neurológico de los bebés se producen a un ritmo muy similar independientemente de su origen étnico

El proyecto se trató del estudio prospectivo más grande, basado en la población, sobre crecimiento y desarrollo fetal y neonatal que se haya llevado a cabo, involucró a casi 60 mil madres y bebés y se hizo en dos etapas. La primera, a partir de un seguimiento del crecimiento intrauterino en cada una de esas mujeres embarazadas provenientes de distintos lugares del mundo. La segunda, evaluando periódicamente a más de 1.300 de esos bebés hasta los dos años de edad.

Con el objetivo de estudiar el crecimiento, la salud, la nutrición y el desarrollo neurológico desde las 14 semanas de gestación hasta los dos años de edad, el equipo utilizó el mismo marco conceptual que el Estudio de Referencia de Crecimiento Multicéntrico de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a fin de producir estándares prescriptivos para complementar esos estándares de crecimiento infantil de la OMS, y una nueva clasificación fenotípica de la restricción de crecimiento fetal y los síndromes de nacimientos prematuros.

Los pediatras contarán con un
Los pediatras contarán con un método internacional integral, que incluye desarrollo menta (Getty)

Lo novedoso de los resultados, cuyos datos coinciden con los hallazgos de la OMS sobre la similitud del crecimiento en niños sanos y amamantados en todo el mundo, radica en su revelación acerca de que el crecimiento físico, neurológico y el comportamiento de los bebés se producen a un ritmo muy similar en niños y niñas independientemente de su origen étnico o lugar donde habitan, siempre que las condiciones de vida sean apropiadas y con una buena nutrición. Es más, confirman que ni el color de la piel, ni el lugar de nacimiento marcan diferencias en estos temas pero sí la calidad de vida. "Lo que nos hace verdaderamente diferentes en lo que a salud respecta son las condiciones sociales y económicas más que las genéticas", aseguró Villar al diario La Capital de su Rosario natal desde Inglaterra.

Villar, que durante años fue coordinador de Salud Materna y Perinatal de la OMS, agregó: "Nuestro estudio demuestra claramente que no es el código genético el factor central del desarrollo mental o el crecimiento sino que son las posibilidades de acceso a los controles médicos, a la buena nutrición, a la lactancia materna, a tener una vivienda en condiciones, acceso a la educación y bajo riesgo ambiental".

El trabajo proporciona nuevas herramientas basadas en la evidencia para identificar a los bebés con problemas de crecimiento en el útero

Los investigadores de Oxford y sus colaboradores compararon a madres en situaciones socioeconómicas, de salud y educación similares pero de grupos étnicos diversos y comprobaron que no existen diferencias en el desarrollo a los dos años entre chicos criados en buenas condiciones sea uno de una ciudad africana y el otro de Londres. "Somos mucho más parecidos entre todos que diferentes. En todo caso, hay muchas más diferencias entre los pobres y los "ricos" en un país específico que entre los "ricos" de distintos lugares del mundo, para ponerlo en un lenguaje simple", destacó el experto.

El impacto del descubrimiento

Los resultados de esta investigación tienen alcance internacional, además de complementar las normas de crecimiento de la OMS para niños de hasta cinco años. "Por primera vez en medicina tenemos parámetros de desarrollo mental estándar a los dos años de niños y niñas de las mismas madres que estudiamos en el primer trimestre de la gestación. Una evaluación completa, usando los mismos criterios y las mismas poblaciones saludables como estándares. Esta estrategia unificada de control integral materno-infantil se obtiene por primera vez para la madre, el feto, el recién nacido, los prematuros, los infantes y los chicos hasta los dos años", explicó Villar.

Villar es profesor de Medicina
Villar es profesor de Medicina Perinatal en la Universidad de Oxford

Los pediatras (y sobre todo las madres y los padres) contarán con un método internacional integral, que incluye desarrollo mental, "basado en los criterios de la OMS y no en un mix de curvas locales, a veces de calidad dudosa y poco claro en relación a qué población están basadas, con medidas poco estandarizadas y que cambian si se mudan de ciudad o país", detalló el profesional.

Así, el trabajo proporciona nuevas herramientas basadas en la evidencia para identificar a los bebés con problemas de crecimiento en el útero, un método común para cuantificar y comparar la prevalencia de deficiencias nutricionales en las poblaciones al nacer, y el primer método basado en la evidencia para monitorear el crecimiento postnatal de los recién nacidos prematuros.

Se estima que cada año otros 13 millones más de los recién nacidos en todo el mundo se identificará como desnutridos utilizando los nuevos estándares en comparación con la práctica actual.

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