¿Podría nacer un bebé editado genéticamente en la Argentina?

La polémica tecnología de edición genética fue el tema de debate en una jornada realizada en el Centro Cultural de la Ciencia abierta a la comunidad. Científicos y funcionarios dialogaron sobre su uso para modificar embriones, que no sería ilegal ya que no hay aún una norma que lo restrinja

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(Shutterstock)
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Por Valeria Román

La Organización Mundial de la Salud decidió convocar el 14 de diciembre a un panel de especialistas de todo el mundo para que "examinen los desafíos científicos, éticos, sociales y legales asociados a la edición genética (tanto en línea somática como línea germinal)". El panel revisará tanto los trabajos científicos publicados y las aplicaciones posibles de la tecnología, como las actitudes de la sociedad hacia su uso.

"El uso de esas herramientas (…) para editar el genoma humano han resaltado la necesidad de desarrollar estándares en este área", afirmó el comunicado de la OMS. En las próximas semanas, la agencia sanitaria informará quiénes serán los integrantes del panel, luego de evaluar si las personas invitadas tienen conflictos de interés.

La Argentina fue el primer país en el mundo que reguló el uso de la polémica tecnología de edición genética en la experimentación con animales y vegetales. Ahora tiene normas para evaluar terapias por edición de células del cuerpo de un ser humano después del nacimiento como medicamentos biológicos. Pero la utilización de la edición genética en embriones para prevenir una enfermedad o para realizar un "mejoramiento" aún no está autorizado ni tampoco prohibido.

A raíz del anuncio del nacimiento de dos gemelas que habrían sido producidas a través de edición genética en China, se disparó el debate sobre las aplicaciones de la tecnología, sus potenciales consecuencias y el control social. ¿Podría nacer un bebé editado genéticamente en la Argentina?

La edición genética fue el eje de una jornada de divulgación en el Centro Cultural de la Ciencia, en el barrio de Palermo, en Buenos Aires, organizada por la Secretaría de Gobierno de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, la Secretaría de Agroindustrias, el Conicet, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos Nacionales de Salud (ANLIS). Contó con la participación de más de 500 personas, que escucharon sobre el estado de la edición genética en el país y en el mundo, cuáles son sus beneficios y sus riesgos para la salud humana y para el resto de los seres vivos del planeta, y sus potenciales réditos económicos.

(Getty Images)
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Una de las expositoras fue la doctora Fabiana Arzuaga, coordinadora de la Comisión Interministerial de Terapias Avanzadas (que forman las Secretarías de Gobierno de Ciencia y de Salud) y miembro de la Asociación para la Investigación Responsable y la Innovación en Edición Genética, quien detalló cuál es la situación actual de la Argentina con respecto a las normas relacionadas con la edición genética (que también llaman "edición génica"). Esa tecnología permite alterar o inactivar genes del genoma de las especies de manera rápida, precisa y barata.

Al hablar de la edición genética, Arzuaga diferenció la aplicación en células somáticas y en células germinales y embriones. "Las modificaciones en la secuencia de ADN de las células diferenciadas que forman el cuerpo humano (es la línea somática) se pueden realizar 'in vivo' o 'ex vivo'. En el primer caso, las moléculas de edición de genes se introducen directamente en el cuerpo de un paciente como un tratamiento. En el caso del modo 'ex vivo', se extraen células a las que se les agregan las moléculas de edición de genes y se vuelven a introducir en el paciente. En ambas modalidades de la línea somática, "el ADN alterado muere con cada paciente individual y no aparecen en las generaciones futuras".

De acuerdo con la exposición de Santiago Miriuka, investigador independiente del Conicet y médico del Servicio de Cardiología de FLENI, hoy hay 26 ensayos clínicos con edición genética en curso registrados en la plataforma Clinical Trials de los Estados Unidos. El 35% de esos ensayos están concentrados en aplicaciones para entender o desarrollar terapias para tumores, y un 35% para la investigación del virus del sida. El 46% está reclutando voluntarios. En la Argentina, hasta ahora no se ha registrado la realización de algún ensayo clínico sobre edición genética en células somáticas humanas. Pero ya hay normas para regular ese tipo de ensayos.

(Foto: Getty)
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La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica dispuso en septiembre pasado que la edición genética en células somáticas se regule como medicamento de terapia avanzada. "El próximo año, después de que se reglamente la nueva ley de trasplantes, se espera que el INCUCAI dicte resoluciones que regularán el uso de células y tejidos como material de partida para la elaboración de medicamentos de terapia avanzada", anticipó Arzuaga.

En cambio, la edición genética en células germinales humanas todavía no está regulada. Esa posibilidad consistiría en usar moléculas de edición de genes para cambiar la secuencia de ADN en células espermáticas, óvulos, cigoto, embriones, o en células somáticas que luego son inducidas a convertirse en células germinales. Puede producir cambios en el ADN que pueden ser heredados por generaciones posteriores. Esa consecuencia es lo que hizo que la semana pasada se disparara un rechazo mundial al anuncio del científico He Jiankui, quien dijo que logró el nacimiento de gemelas en China a través de la edición genética para que prevenir la infección por el VIH, aunque aún no publicó un reporte que haya sido revisado por sus pares. El gobierno chino lo suspendió por haber violado normas sobre el proceso de investigación científica.

"El uso terapéutico de la modificación en la línea germinal no está aprobado en la Argentina, ni tampoco en el resto del mundo. Sólo existen unas pocas investigaciones y están muy controladas en el Reino Unido, después de la revisión por la Autoridad de Fertilización Humana y Embriología. En ningún caso esos embriones con edición génica podrían implantarse en el útero de una mujer. En los Estados Unidos, no se financian investigaciones en el embrión humano con fondos públicos", detalló a Infobae la doctora Arzuaga, después de la jornada en Buenos Aires. Destacó que ya hay 60 declaraciones en 50 países sobre la ética de la edición genética.

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En la Argentina, aún no hay normas que establezcan cuál es la autoridad de control si alguien quisiera hacer una modificación de embriones. "Si un científico quisiera realizar un ensayo clínico debería hacerse un protocolo de investigación, que debería ser aprobado por un comité de ética. Un médico no podría experimentar con la edición genética ni ofrecerla a pacientes, porque se trata hoy de una técnica experimental sin evidencia científica de eficacia y seguridad, y no es parte de la práctica médica", advirtió Arzuaga.

Enfatizó en que si bien la edición genética ofrece una gran promesa para beneficio de la salud humana, "los organismos regulatorios deberán estar atentos para evitar los abusos de esta tecnología", y recordó las estafas que hubo con los ofrecimientos de "terapias con células madre" que no tenían eficacia ni seguridad en los años pasados. Entre los años 2007 y 2011, proliferaron clínicas que vendían esos falsos tratamientos en la Argentina (donde había familias desesperadas que hacían campañas en redes sociales para juntar el dinero), en China, y en otros países, y no beneficiaron a los pacientes.

"El vacío legal sobre edición génica no otorga aprobación de pares, y por supuesto, tampoco de la sociedad. Entonces, es esperable que quien haga un estudio con células germinales eventualmente busque consenso antes de realizarlo", agregó el doctor Miriuka.

"Es necesario diferenciar bien de qué se trata la edición genética, y cuáles son sus posibilidades y su limitaciones en la actualidad", sostuvo Federico Pereyra-Bonnet, investigador en el Instituto de Medicina Traslacional e Ingeniería Biomédica, que depende del Conicet y del Instituto Universitario del Hospital Italiano de Buenos Aires. Expuso sobre cuatro experiencias de investigaciones biomédicas que se llevan a cabo en laboratorios del país. Una de las iniciativas es liderada por el mismo Pereyra Bonnet, quien emplea la edición genética para comprender las causas de la diabetes, que afecta casi al 10 % de los argentinos.

Otra experiencia es liderada por la científica Nora Calcaterra, que usa la edición genética para experimentar con el pez cebra en el Instituto de Biología de Rosario (IBR). Estudia el síndrome de Treacher Collins, una enfermedad que produce malformaciones en la cara y en el cráneo. Con su equipo, Calcaterra está editando un gen en el pez para generar un modelo sobre cómo se produce esa enfermedad poco frecuente.

El grupo de Tomás Falzone, investigador del Conicet y del Instituto de Biología Celular y Neurociencias de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, trabaja editando los genes de las proteínas relacionadas con las enfermedades de Alzheimer y Parkinson. El científico Santiago Miriuka estudia la displasia arritmogénica, un trastorno que produce problemas del corazón para llegar a desarrollar nuevos tratamientos.

Los oradores estuvieron luego en un conversatorio moderado por la interventora de la ANLIS, la genetista Claudia Perandones, y respondieron preguntas del público sobre la aplicación de la edición génica en la salud humana. Por la mañana, la jornada se había dedicado a las aplicaciones agropecuarias de la edición genética. A cargo del cierre del encuentro, estuvo Alejandro Mentaberry, especialista en biotecnología vegetal y titular de la unidad de coordinación general de la Secretaría de Gobierno de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.

Al ser entrevistado por Infobae, Mentaberry comentó: "Cuando se empezaron a desarrollar y a usar los transgénicos se mantuvo a la sociedad por fuera del debate. Fue un error, especialmente en Europa. En cambio, en la actualidad el debate sobre la edición genética tiene ir que acompañado de la difusión de información a la sociedad, con regulación transparente, y con un balance adecuado de riesgos y beneficios. Seguiremos haciendo encuentros de divulgación sobre la edición génica el próximo año. La edición genética en línea germinal es una discusión pendiente. Todavía es una técnica experimental. En la medida en que una tecnología se desarrolla, el sistema regulatorio también debe cambiar, ponderando los beneficios y los riesgos, como ocurre por ejemplo con la industria aérea".

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