Restos de una estación espacial china podrían caer en la Argentina

Los posibles lugares son Bariloche, Neuquén, Bahía Blanca o Viedma. Así lo calculó la Agencia Espacial Europea en base a la trayectoria de la Tiangong-1, de 8,5 toneladas, que reentrará en la atmósfera en unas semanas. Algunas partes caerían también en Estados Unidos, Europa o Australia

Guardar

Vista de la caída del vehículo Julio Verne o Vehículo Automatizado de Transferencia 001 (ATV-001), de la ESA, en febrero de 2015

Será entre fines de marzo y principios de abril. Puede ocurrir sobre España, Estados Unidos, Argentina o Nueva Zelanda. No se puede predecir cuándo o dónde con exactitud, pero sí que va a ocurrir pronto. Hoy, una masa de 8,5 toneladas orbita la Tierra en una descontrolada caída permanente que finalizará en su desintegración "casi total" en la atmósfera.

Se trata de la estación espacial china Tiangong-1 (en chino, "Palacio estelar-1"), lanzada el 30 de septiembre de 2011 como parte de un ambicioso proyecto científico para convertir a China en una superpotencia espacial. Pero desde 2016, la estación espacial fue abandonada y reemplazada por el Tiangong-2, lo que devino en su pérdida de control y su descenso inevitable hacia la Tierra.

La Tiangong-1 caerá en los
La Tiangong-1 caerá en los próximos días en forma descontrolada

Después de que en 2016 la Administración Espacial Nacional China (CNSA) confirmara la pérdida de control de su estación espacial, y ante el hermetismo de los funcionarios chinos desde ese entonces, Europa debió responder ante las múltiples inquietudes que surgen en todo el mundo: cuándo y dónde caerá esa colosal estructura.

Así, la Oficina de Residuos del Espacio de la Agencia Espacial Europea (ESA) calculó esta semana que la Tiangong-1, un laboratorio orbital de la Administración China del Espacio (CNSA), reentrará en la atmósfera terrestre en forma descontrolada entre los días 29 de marzo y 9 de abril de este año.

La ESA aclaró que no es posible hacer predicciones precisas del lugar donde podrían caer algunas piezas que no lleguen a desintegrarse en la atmósfera, pero según los análisis realizados, la nave caerá en algún punto situado entre los 43º N y 43º S de latitud. Esto sitúa el lugar del impacto en una vasta región terrestre que incluye varios continentes.

Los cálculos de la ESA.
Los cálculos de la ESA. En amarillo, la franja con mayor probabilidad de que caigan los restos espaciales. La zona verde es poco probable. Y la azul no corre riesgo

Sin embargo, y debido a la geometría de la órbita del laboratorio espacial, la probabilidad de impacto será máxima justo en los extremos de dicha franja de terreno, en un área próxima a los 43º Norte y Sur: el paralelo norte pasa por España, Italia, Estados Unidos y China y el paralelo sur pasa por Argentina, Chile, Australia y Nueva Zelanda.

Este dato es clave, ya que podría afectar ciudades como San Carlos de Bariloche, Neuquén, Bahía Blanca y Viedma, en la Argentina. Y metrópolis importantes del hemisferio norte como Nueva York, Madrid o Roma, por ejemplo.

Un cambio en la atmósfera
Un cambio en la atmósfera viraría su destino

Infobae consultó a The Aerospace Corporation, una empresa estadounidense que emplea a 3.500 personas y brinda asistencia técnica, científica y aeroespacial al programa de Seguridad Espacial de Estados Unidos (NSS, por sus siglas en inglés) sobre la probabilidad de caída de restos de la estación espacial.

"Es muy poco probable que los restos de este reingreso golpeen a cualquier persona o dañen significativamente alguna propiedad. El único caso conocido de desechos espaciales que golpean a una persona es la ama de casa Lottie Williams de Tulsa, Oklahoma, quien fue golpeada por un pequeño pedazo de escombros espaciales en 1996, pero no sufrió daños de manera significativa", explicaron desde la firma californiana, y aseguraron que realizarán un cálculo de riesgo de personas y propiedades unos días antes del evento.

La estación espacial china se
La estación espacial china se desintegrará casi totalmente en la atmósfera terrestre

Además, confiaron que "es poco probable que sea una reentrada controlada de la estación espacial. Aunque no se ha declarado oficialmente, se sospecha que el control de Tiangong-1 se perdió y no se recuperará antes de la reentrada".

"Dependiendo de la hora del día y la visibilidad, la reentrada puede aparecer como múltiples rayas brillantes que se mueven por el cielo en la misma dirección. Debido al tamaño relativamente grande del objeto, se espera que haya muchas piezas que vuelvan a entrar juntas, algunas de las cuales pueden sobrevivir al reingreso y aterrizar en la superficie de la Tierra", completaron, y advirtieron que podría haber materiales altamente tóxicos y corrosivos, como la hidrazina, por lo que "es importante no tocar ninguna pieza y llamar a las autoridades locales".

The Aerospace Corporation calculó que el último ajuste que China realizó a Tiangong-1 se produjo a principios de 2016 y en noviembre de ese año ya había descendido por debajo de los 300 kilómetros.

 
Otro mapa que muestra la
Otro mapa que muestra la zona que podría ser afectada por escombros

Piezas de hasta 100 kilos

Si bien los científicos de la ESA esperan que la estructura se desintegre en la atmósfera y que sus restos caigan en una amplia zona con forma de elipse de miles de kilómetros de largo y decenas de kilómetros de ancho, también advierten que piezas de hasta 100 kilos podrían llegar a tocar tierra.

La ESA explicó que solo será posible conocer el lugar de reentrada aproximado con siete horas de antelación y que varias regiones del planeta podrán presenciar el suceso como un espectacular fuego artificial. Entre las dificultades que impiden afinar más las predicciones, está la complejidad de hacer modelos del comportamiento de la atmósfera, la dinámica del objeto y las limitaciones en el seguimiento de la Tiangong-1.

En las últimas semanas la ESA confirmó que su caída fue más abrupta debido a que ya se encuentra en una zona más densa de la atmósfera terrestre.

Recreación artística de Tiangong-1
Recreación artística de Tiangong-1

"Ahora que su perigeo está por debajo de los 300 km y está en una atmósfera más densa, la tasa de decadencia está aumentando", señaló Jonathan McDowell, astrofísico de la Universidad de Harvard.

"Realmente no se pueden manejar estas cosas", remarcó McDowell. "Probablemente no sepamos más allá de seis o siete horas antes cuándo va a caer, y no saber cuándo va a caer se traduce en no saber dónde va a caer", agregó. Parte de la incertidumbre se debe a que un mínimo cambio en las condiciones atmosféricas podría empujar su lugar de caída de un continente a otro en cuestión de horas.

Pese al temor, a lo largo de los años se produjeron numerosas caídas no controladas y ninguna de ellas reportó daños para la población. Por caso, el 7 de febrero de 1991 la ciudad santafesina de Capitán Bermúdez se vio sacudida por la caída de restos de la estación espacial Salyut, una nave de 20 toneladas que la Unión Soviética había enviado al cosmos.

El cálculo de cómo será
El cálculo de cómo será la caída, por región y días

Y en 1979 se estrelló de forma parcialmente controlada en Australia la estación Skylab de la NASA, de 77 toneladas. A su lado, las 8,5 toneladas de Tiangong-1 son una miniatura.

Millones de veces más improbable que un rayo

Afortunadamente, dado que la mayor parte de la Tierra está cubierta por agua o está inhabitada, las probabilidades de que el laboratorio golpee a alguien son, según la ESA, "10 millones de veces menores que la probabilidad anual de ser alcanzado por un rayo".

Una maqueta de las dimensiones
Una maqueta de las dimensiones de la primera estación espacial china

Además, los científicos consideran que la nave espacial ya no alcanza la masa de 8,5 toneladas que tenía originalmente, a causa del consumo del combustible, por lo que "tendría una masa comparable a la de los satélites fuera de servicio que hacen reentradas no controladas un par de veces cada mes", según la ESA.

A pesar de todo, China notificó a la Oficina para Asuntos del Espacio de Naciones Unidas (UNOOSA) acerca de la reentrada, y solicitó, a través de un organismo coordinador formado por importantes agencias como la NASA, la ESA o Roscosmos, un seguimiento internacional del aparato.

SEGUÍ LEYENDO:

Guardar