Una lluvia de estrellas ocurre cuando la Tierra cruza el rastro de partículas que dejan los cometas. En esta oportunidad, la de Oriónidas -las mismas partículas que deja el famoso cometa Halley, el cual orbita alrededor del sol cada 76 años- alcanzará su máxima visibilidad entre la medianoche y el amanecer de este sábado 21 de octubre.
Se llaman así porque parecen proceder de la famosa constelación de Orión y se pueden observar en todo el mundo cada año. "No es la lluvia más fuerte, pero es una de las más hermosas del año", aseguró Bill Cooke, jefe de la Oficina sobre Meteoritos de la NASA. Y este año, la Luna hará que se vean mucho mejor.
Este fenómeno astronómico, que también podrá apreciarse en la noche del sábado al domingo, comenzó su actividad el 2 de octubre y finalizará el próximo 7 de noviembre. Una de las peculiaridades de las Oriónidas es que podrá apreciarse en todas partes del mundo, ya que esta lluvia pasa muy cerca del Ecuador celeste.
Para observarla no hacen falta ni telescopio ni prismáticos. Lo más aconsejable es buscar un lugar oscuro, alejado de las luces de las ciudades y con un horizonte limpio sin montañas, edificios o árboles grandes que impidan la visión. Lo más favorable es recostarse en una terraza y poder contemplar así una amplia franja del cielo.
Sobre cuál es el mejor momento de la noche para verlas, el divulgador español y científico especializado en astronomía y ciencias del espacio Antonio Pérez Verde sostuvo que habrá un "ligero aumento de actividad momentos antes del amanecer".
Las Oriónidas de este año podrán apreciarse mejor que otros años por la fase en la que se encuentra la Luna. "Vamos a tener suerte porque hoy, día 19, es luna nueva, por tanto el 21 va a haber muy poca luna", señaló Pérez Verde al diario El País. El año pasado este fenómeno apenas se pudo observar en el cielo porque hubo luna menguante el 16 de octubre.
La lluvia que se avecina tendrá una velocidad de 66 kilómetros por segundo, dejando una tasa de actividad de 23 meteoros por hora. A modo de comparación, las Perseidas de agosto, por ejemplo, tuvieron una velocidad de 59 kilómetros por segundo, mientras que las Gemínidas de diciembre se desplazan, habitualmente, a 35 kilómetros por segundo.
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