Por Jorge Dotto*
El comportamiento humano está influenciado por nuestro ADN, o sea, la combinación de nuestros genes y los factores externos como la crianza, la educación y el medio ambiente con el que tenemos contacto en forma cotidiana, impactan en el desarrollo de una persona. Es la conjunción de lo que heredamos y el mundo al que nos exponemos con diferentes vivencias y emociones lo que define la personalidad.
Pero si nos focalizamos en este año electoral que tenemos elecciones legislativas o medio término, un hábito social que en nuestro país lo ejercemos cada 2 años, uno podría plantearse cada domingo que vamos a las urnas las siguientes incógnitas:
-"¿Tengo ganas de ir hoy a votar o voy por qué estoy obligado por la Ley?"
-"¿Estoy eligiendo yo o elige mi ADN?"
-"¿Existe el gen político que determina mi voto?"
Los genes participan del amor, la felicidad, la infidelidad, la longevidad, los gustos, los sabores, las pasiones, el comportamiento agresivo e inclusive en personalidades que toman riesgos. Por lo tanto, por qué nos llamaría tanto la atención que la información más profunda, sensible y ancestral que tenemos forme parte de nuestra ideología y tenga un rol significativo en nuestra participación democrática.
Aunque como en todos los casos del comportamiento humano, como por ejemplo la ideología política, participan múltiples genes, uno de los mejor estudiados en este aspecto es el DRD4.
Variantes de este gen se han asociado con personalidades que toman riesgos ya sea en la vida personal, en el ámbito laboral o al practicar un deporte. Un cierto tipo de gen del receptor del neurotransmisor dopamina participa en un sistema de señales neuronales que regulan las emociones y el comportamiento.
La dopamina participa en el centro placer-recompensa del cerebro, en el desarrollo de adicciones, en el humor, en el sueño y en el aprendizaje, entre otras funciones.
Un estudio científico publicado en 2010, realizado en los Estados Unidos por investigadores de la Universidad de Harvard y la Universidad de California San Diego, analizó una base de datos nacional con información de más de 90.000 adolescentes, que incluye marcadores genéticos de 2.574 individuos, incluidos los marcadores que identifican variantes del DRD4.
Este equipo demostró que las personas que tienen la variante llamada DRD4-7R (7R significa 7 repeticiones de una secuencia de 48 letras del código genético), tuvieron en su adolescencia un mayor número de amigos. Y, curiosamente demostraron que a mayor cantidad de amigos se asoció significativamente con una ideología política liberal, lo que corresponde a una ideología de izquierda. O sea, a mayor cantidad de amigos en la adolescencia, una mayor probabilidad que tener una ideología con tendencia a la izquierda.
Otro estudio científico publicado en 2015 realizado por investigadores de la Universidad de Singapur, quienes analizaron a 1771 estudiantes universitarios chinos de origen Han (este grupo étnico constituye más del 90% de la población de China) en Singapur con el mismo objetivo: determinar la asociación entre variantes del gen DRD4 y la ideología política.
Teniendo en cuenta la secuencia mencionada anteriormente en la cual 48 letras en el código genético se repiten entre dos (2R) y once veces (11R). La mayoría de los participantes tenían dos repeticiones (2R) o cuatro repeticiones (4R). Y, la interesante conclusión a la que arribaron estos científicos, fue que las personas con dos copias de la variante 4R tenían una ideología política más conservadora, lo que podríamos decir que corresponde a una ideología de derecha.
Otro fenómeno interesante es las ganas de ir a votar. Algunos de nosotros cuando llega un domingo de elecciones lo disfrutan con entusiasmo. Ese día, esa persona vive con gran placer independientemente que en ese momento emita su voto por la continuidad o el cambio. Investigadores de la Universidad de California San Diego demostraron que la genética participa como un factor relevante en qué tipo de personas tienen mayor ganas de votar.
Para evaluar el factor genético analizaron a 768 gemelos y 560 mellizos, y concluyeron que el factor hereditario o el ADN de esa persona es un 60% responsable de las ganas que tiene esa persona de ir a votar. O sea, que existe un mecanismo interno biológico que intrínsecamente tenemos los seres humanos, que hace que además de la obligación electoral que tenemos por ley, vayamos a votar esa jornada con ganas. Por otro lado, otro grupo de investigadores concluyó que el factor genético o hereditario es responsable del 40% de ese acto. Por lo tanto, podemos afirmar que nuestro ADN participa en las ganas de que una persona vaya a votar en un 40-60%.
En algunos casos, la política forma parte del ADN familiar. En nuestro país, hay múltiples ejemplos históricos y más contemporáneos en los cuales varios integrantes de un grupo familiar se han dedicado a participar en el sector público. En estos casos podríamos decir que participa la genética y también los factores externos. Algunos ejemplos, donde se incluyen algunos familiares y un resumen de sus cargos:
Familia Sáenz Peña: Luis y Roque (ambos fueron Presidentes de la Nación).
Familia Uriburu: Jose Evaristo (Presidente y Vicepresidente de la Nación), José Félix (Presidente de la Nación), entre otros familiares que se dedicaron a la política.
Familia Mansilla: Lucio Norberto (Gobernador de Entre Ríos), y Lucio Victorio (Gobernador de Chaco).
Familia Alfonsín: Raul (Presidente de la Nación y Senador de la Nación), y Ricardo (Diputado de la Nación y Diputado de la Provincia de Buenos Aires).
Familia Menem: Carlos (Presidente de la Nación, Gobernador de La Rioja y Senador de la Nación) y Eduardo (Senador de la Nación).
Familia Rodríguez Saá: Adolfo (Presidente de la Nación y Gobernador de San Luis) y Alberto (Gobernador de San Luis).
Familia Kirchner: Néstor (Presidente de la Nación y Gobernador de Santa Cruz), Cristina (Presidente de la Nación y Senadora de la Nación), Máximo (Diputado de la Nación), y Alicia (Gobernadora de Santa Cruz y Ministra de Desarrollo Social de la Nación).
Familia Pinedo: Federico (Ministro de Economía de la Nación), y Federico nieto (Diputado Nacional, Senador de la Nación y Presidente Provisional del Senado), entre otros familiares que se dedicaron a la política.
Familia Bullrich: Adolfo (Intendente de Buenos Aires), Patricia (Ministra de Seguridad de la Nación, Ministra de Trabajo de la Nación y Diputada de la Nación), y Esteban (Ministro de Educación y Deportes de la Nación, Ministro de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, y Diputado de la Nación).
Familia Triaca: Jorge (Secretario General de la Confederación General del Trabajo, Diputado de la Nación y Ministro de Trabajo de la Nación) y Jorge hijo (Diputado de la Nación y Ministro de Trabajo de la Nación).
Familia Frigerio: Rogelio (Secretario de Relaciones Económico-Sociales de la Nación), y Rogelio nieto (Ministro del Interior, Obras Públicas y Vivienda de la Nación y Presidente del Banco Ciudad).
Está demostrado por la historia de nuestro país que los argentinos tenemos el ADN del trabajo, la solidaridad, el esfuerzo, la responsabilidad, la amabilidad, la creatividad, la persistencia, la construcción, el desarrollo, la evolución, el progreso, entre tantas otras características positivas, pero en la mayoría de los casos, la expresión de estas extraordinarias cualidades, es individual.
A partir de ahora, tenemos la obligación que estas virtudes que llevamos en nuestro ADN se transmiten masivamente. Trabajemos por el bien común, trabajemos por el otro. Hagamos lo mismo que hacemos individualmente, pero con mayor frecuencia como nosotros ciudadanos, y como pueblo porque siempre está primero Argentina.
*Jorge Dotto es médico patólogo (UBA) y genetista. Autor de "El ADN del placer. Cómo influye la genética en nuestros gustos y pasiones". @JorgeDotto.
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