Alrededor del mundo, existen múltiples animales con brillo propio. Del que no se tenía noticia aún era de las ranas. Mucho más aún, de ningún anfibio. El asunto cambió hace pocos días cuando un grupo interdisciplinario de investigadores argentinos y brasileños encontraron la Hypsiboas punctatus, una especie de rana arborícola con amplia distribución en toda Sudamérica.
Entre los vertebrados, la fluorescencia solo se conocía en varias grupos de peces, sin los detalles de cómo ese brillo se producía. Entre vertebrados con cuatro miembros o tetrápodos, el fenómeno es todavía mucho más infrecuente. Solo se habían presentado pocos casos de especies de loros y tortugas marinas.
En el estudio, publicado en la prestigiosa revista Proceedings of the National Academy of Sciences(PNAS), el equipo de investigación detectó ejemplares jóvenes y adultos de la peculiar rana. Una vez que se los iluminaba con una luz de tipo UV-A/azul generaban una intensa fluorescencia verde azulada a su alrededor.
"Este hallazgo modifica radicalmente lo que se conoce sobre la fluorescencia en ambientes terrestres. Permitió encontrar nuevos compuestos fluorescentes que pueden tener aplicaciones científicas o tecnológicas y genera nuevas preguntas sobre la comunicación visual en anfibios", sostuvo Julián Faivovich, investigador principal del CONICET y uno de los autores del estudio.
De acuerdo a los investigadores, en condiciones de iluminación natural, los anfibios podrían aumentar su brillo y verse con mayor facilidad entre ellos. "Hypsiboas punctatus es una especie nocturna y, en los ambientes naturales donde vive, la fluorescencia contribuye a un 18-30 por ciento del total de la luz que emerge de estos animales, mientras que el porcentaje restante corresponde a la luz que reflejan. Esto es bastante novedoso teniendo en cuenta que, en ambientes terrestres, en general se considera que la influencia de la fluorescencia en la coloración es irrelevante", explicó Carlos Taboada, primer autor del trabajo.
¿Cómo producen su fluorescencia?
Los especialistas detallaron que el fenómeno ocurre por una combinación de emisión de glándulas de la piel y de linfa, la cual se filtra por las células pigmentarias también de la piel, que en la especie es translúcida. "El origen de la fluorescencia se debe a unos compuestos que denominamos hyloinas", puntualizó Faivovich.
Como algunas características particulares de esta especie son compartidas por otros tipos de ranas, los autores mencionaron la posibilidad de que este fenómeno de fluorescencia esté bastante más extendido. "Que tengan pieles translúcidas, sin una gran cantidad de pigmentos coloreados que reabsorban la luz visible emitida por la fluorescencia, podría ser muy relevante para la existencia del fenómeno", agregó Taboada.
El descubrimiento, más allá del hallazgo puntual, abre las puertas a más estudios sobre ecofisiología y comunicación visual de los anuros -sapos y ranas-, también plantea posibilidades de un potencial desarrollo biotecnológico a partir de la detección de las hyloinas.
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