Generalmente los viajes están más cargados de emociones que la vida cotidiana. Desde luego, el día a día tiene momentos con sentimientos y emociones fuertes que hacen cambiar el estado de ánimo, pero los viajes se caracterizan por elevar el nivel emocional.
Una variante del gen ADRA2B, que colabora en la liberación de neurotransmisores (sustancias químicas responsables de la comunicación cerebral) participa del mecanismo de la memoria emocional. Eventos emocionales son recordados con más detalles y mayor claridad que los recuerdos que carecen de emociones fuertes. Por este motivo, y gracias a esta variante genética, se recuerda como una vivencia más intensa y con mayor exactitud algunos momentos de nuestros viajes, incluso de los que realizamos hace mucho tiempo.
El médico psiquiatra suizo Carl Jung, uno de los más destacados médicos y pensadores de la historia, realizó una clasificación de los tipos de personalidades. Así, identificó individuos más sensibles, que estima que corresponden al 20% de la población general. Estas personas tienen mayor conciencia cuando se enfrentan a estímulos sutiles, procesan con mayor profundidad la información y muestran una percepción más vívida de los estímulos positivos y negativos. Tendrían la variante genética ADRA2B y, por este motivo, poseerían una memoria emocional mayor.
Viajar da felicidad
Hasta hace unos años, muchos consideraban que la manera de conseguir la felicidad era adquirir objetos materiales. La ciencia ha demostrado que el camino hacia a la felicidad más duradera se logra viviendo experiencias, por ejemplo, las implicadas en los viajes.
Según Thomas Gilovich, profesor de psicología en la Universidad de Cornell (Estados Unidos), "uno de los enemigos de la felicidad es la adaptación. Compramos cosas para sentirnos felices y lo logramos, pero solo por un tiempo. Al principio, las cosas nuevas son muy interesantes, pero luego nos adaptamos". Lo que expresa este profesor es que la mejor manera de invertir nuestros ahorros es vivir nuevas experiencias, de las que llevaremos por siempre en la memoria; y la mejor manera de experimentar esas sensaciones es viajar.
Viajar es una forma de compartir momentos y de conocer personas que genera una conexión emocional: una diferencia clara con lo que provoca adquirir cosas materiales.
Conclusiones
- Viajar es algo natural para el ser humano. Algunos lo hacen para descansar y otros para explorar nuevos horizontes.
- Un viaje genera felicidad, el sentimiento más deseado por el ser humano.
- Muchos dicen que el dinero mejor invertido es el que se usa en los viajes, porque es una forma de vivir experiencias y generar emociones que perdurarán en nuestra memoria.
Preguntas para conocerse mejor y conectarse con nuestros placeres
- ¿Qué motivos te llevan a viajar?
- ¿Qué preferís, la playa o la montaña?
- ¿Ya elegiste el destino de tu próximo viaje?
Jorge Dotto es médico patólogo (UBA) y genetista. Autor de "El ADN del placer. Cómo influye la genética en nuestros gustos y pasiones". @JorgeDotto.
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