Cada 26 de septiembre, el mundo conmemora dos fechas cruciales en el ámbito de la salud sexual y reproductiva: el Día Mundial de la Anticoncepción y el Día Mundial del Embarazo Adolescente.
Las efemérides invitan a reflexionar sobre los desafíos que enfrentan millones de adolescentes en todo el mundo y la importancia del acceso a métodos anticonceptivos seguros y eficaces; en un mundo donde cada año, unas 21 millones de chicas de entre 15 y 19 años quedan embarazadas en las regiones en desarrollo y aproximadamente 12 millones dan a luz, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En un documento de este año, el organismo dio cuenta de que el embarazo en la adolescencia es un fenómeno mundial cuyas causas están bien documentadas, y sus consecuencias repercuten gravemente en la salud, la sociedad y la economía.
“Aunque la tasa de natalidad en adolescentes ha disminuido a nivel global, las variaciones entre regiones y países siguen siendo marcadas -alertó la OMS-. En muchos lugares, los embarazos adolescentes son más comunes entre jóvenes de bajo estatus socioeconómico o con menos acceso a la educación”.
Factores como el matrimonio infantil y el abuso sexual aumentan los riesgos de embarazos no deseados en las adolescentes. Asimismo, la OMS subrayó que el matrimonio infantil, una práctica que afecta a más de 650 millones de niñas en el mundo, no solo reduce la autonomía de las jóvenes para tomar decisiones sobre su maternidad, sino que también incrementa las probabilidades de embarazos precoces.
Y a esto se suman las barreras que muchas adolescentes enfrentan para acceder a métodos anticonceptivos, lo que agrava la situación.
A pesar de la disminución global de la tasa de nacimientos en adolescentes, que pasó de 64,5 nacimientos por cada 1.000 mujeres (entre 15 y 19 años) en el año 2000 a 41,3 nacimientos por cada 1.000 en 2023, para la autoridad sanitaria global, “el número real de embarazos sigue siendo alarmantemente alto”.
Las causas detrás de un fenómeno que preocupa
Los estudios indican que los niveles más elevados de embarazos en adolescentes se presentan en sectores vulnerables, caracterizados por bajos niveles educativos y escasas oportunidades económicas.
En el mismo documento, la OMS señaló que “a medida que disminuye el acceso a la educación y a recursos como anticonceptivos, el progreso en la reducción de los nacimientos adolescentes es lento”: las políticas restrictivas, las barreras económicas y el estigma social dificultan que las adolescentes puedan evitar embarazos no deseados.
El abuso sexual infantil es otro factor profundamente arraigado en la desigualdad de género que afecta de manera desproporcionada a las niñas. Según la OMS, 120 millones de niñas menores de 20 años sufrieron violencia sexual, y este abuso aumenta considerablemente las probabilidades de embarazos no deseados en adolescentes. La falta de acceso a anticonceptivos agrava las consecuencias, perpetuando el ciclo de pobreza y vulnerabilidad social.
La anticoncepción como derecho fundamental
Con motivo del Día Mundial de la Anticoncepción, la Asociación Médica Argentina de Anticoncepción (AMAdA) lanzó la campaña #AnticoncepciónEsElegir que resalta la importancia de la anticoncepción como un derecho fundamental que otorga autonomía para decidir y vivir de manera segura.
La médica ginecóloga María Elisa Moltoni (MN 114.737) y presidenta de la organización sostuvo que “hoy, más que nunca, la anticoncepción es sinónimo de autonomía. Permite tomar decisiones informadas sobre la salud sexual y reproductiva, planificar el futuro y vivir con seguridad”.
El acceso a métodos anticonceptivos modernos y seguros no siempre fue una realidad. En el pasado, la falta de opciones limitaba la capacidad de las personas, especialmente de las mujeres, para tomar decisiones sobre su propio cuerpo. Hoy, gracias a los avances en salud sexual y reproductiva, las personas cuentan con una amplia gama de métodos anticonceptivos que les permiten elegir el que mejor se adapte a sus necesidades y estilo de vida.
Este derecho, que ha sido conquistado a lo largo de los años, es fundamental para que cada persona pueda acceder a la información correcta y elegir el método anticonceptivo que mejor se adapte a sus necesidades.
Tal como explicó la médica ginecóloga y vicepresidenta de AMAdA, Lorena Bozza (MN 116.984), “el poder de elegir es un derecho que se conquistó, y la anticoncepción es la herramienta que lo hace posible”. Para ella, “este acceso a métodos anticonceptivos modernos y seguros permite que las personas puedan planificar sus vidas y proteger su salud de manera libre y responsable”.
Cuáles son las opciones anticonceptivas que recomiendan los especialistas
Hoy en día, existen múltiples métodos anticonceptivos que permiten una elección personalizada según las necesidades de cada individuo.
Desde métodos de corta duración, como las pastillas anticonceptivas, parches o anillos vaginales, hasta opciones de largo plazo, como los dispositivos intrauterinos (DIU) y los implantes subcutáneos, las posibilidades son variadas.
En Argentina, muchos de estos métodos están disponibles de forma gratuita, lo que facilita su acceso. Además, el uso de preservativos es clave no solo para evitar embarazos no deseados, sino también para prevenir infecciones de transmisión sexual (ITS), como el VIH, la sífilis y la gonorrea.
Más allá de evitar embarazos, la anticoncepción moderna tiene múltiples beneficios. Según la OMS, el uso adecuado de anticonceptivos puede mejorar las oportunidades educativas y laborales de las adolescentes, reduciendo las desigualdades de género y fomentando un crecimiento económico sostenible. Además, algunos métodos anticonceptivos pueden contribuir a mejorar la calidad de vida de las mujeres al reducir síntomas como el sangrado excesivo y el dolor menstrual.
Es por todos estos motivos, que la presencia de estas fechas en el calendario bien valen para recordar la importancia de la educación, el acceso a la salud y la autonomía en la toma de decisiones para las adolescentes de todo el mundo.