“El jueves pasado fue la primera vez que nos invitaron al grupo de asesores del Presidente”, manifestó hoy Santiago Levin, médico especialista en Psiquiatría y doctor en Medicina por la UBA, presidente de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA) y flamante miembro del equipo de asesores de Alberto Fernández.
Según comentó el experto en el programa radial Habrá Consecuencias por FM El Destape, con Ari Lijalad, “hay un alto nivel de escucha por parte del Presidente y sus ministros” y “hace tiempo veníamos planteando que debía haber profesionales de la salud mental en las reuniones con el presidente”. Según afirmó el presidente de APSA, “teníamos muy trabajado el tema de manera que había cuatro, cinco, seis temas que teníamos bien claros para transmitirle a Alberto Fernández”, agregó al contar que junto a él había una psicóloga, un sociólogo y el grupo de infectólogos y cada uno le expuso sus preocupaciones al primer mandatario.
En ese sentido, Levin indicó: “Le sugerimos al Presidente protocolos para que la gente que muere no se muera sola, que tengan una muerte digna. Hay que reforzar la asistencia al personal de salud. Le dijimos al presidente que hay que cuidar mucho las palabras y las metáforas que se utilizan frente a la pandemia. No son recomendables las metáforas bélicas”. Y agregó: “Estoy de acuerdo en que no fue muy buena la comunicación en los inicios pero fue mejorando”.
También sostuvo que “hay que reforzar las estrategias de cuidado y de prevención de la salud mental del personal de salud”, citando el ejemplo de países que llevaron adelante políticas en este sentido. “Se trata de las personas más expuestas tanto objetiva como subjetivamente al virus y sus consecuencias”, añadió.
Respecto a las campañas de difusión del Gobierno, precisó: “Las imágenes que generan miedo si son positivas o negativas es una discusión larga”. Y agregó: “Yo elegiría un estilo de comunicación que intente compensar las campañas anti cuarentena de la prensa hegemónica, no es recomendable utilizar las metáforas bélicas; es fundamental la importancia de seleccionar en la comunicación de la pandemia con mucho cuidado las palabras y las metáforas utilizadas”.
“Yo me inclinaría por una campaña oficial que resalte las cosas que la gente está haciendo bien y no que muestre lo que están haciendo mal; es una minoría la que viola las normas y la gran mayoría de los ciudadanos del país venimos respetando trabajosamente, con bronca, con tedio, con desánimo, pero venimos distanciamiento el distanciamiento sanitario”, recomendó y advirtió Levin.
En otro pasaje de la entrevista, deslizó: “Me preocupa cuando el sector privado hace negocios con la información y martillan la cabeza de la gente con información falsa y títulos catástrofes. Sugerimos no utilizar el sintagma distanciamiento social, porque no queremos distancias a las personas sino aislar al virus”.
En relación al “derecho a decir adiós”, se evalúan distintas alternativas y proyectos en este sentido. Uno de ellos fue presentado en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. “Evitar la soledad de los pacientes debe ser un objetivo prioritario de las estrategias de humanización de cada centro de atención”, sostiene la iniciativa.
Es que el coronavirus distanció a familiares y amigos. El temor a contagiarse y la ausencia de una vacuna transformó al aislamiento en el método principal para disminuir la velocidad de esparcimiento del COVID-19. Pero además, quienes no lograron sobrevivir padecieron una muerte solitaria, lejos de sus seres queridos.
Sucede que los hospitales y sanatorios tienen prohibido que familiares visiten a los internados, ya que el riesgo de contagio de coronavirus es muy alto. Incluso post mortem, los velatorios son limitados al grupo familiar más cercano.
Por ello, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires comenzará a estudiar la posibilidad de reglamentar “el derecho a decir adiós”, es decir, que pacientes infectados en estado crítico puedan ser visitados por un familiar designado, cumpliendo los protocolos establecidos por las autoridades sanitarias.
“Queremos garantizar que los familiares de pacientes con coronavirus que estén en situación crítica, puedan despedirse”, expresó Facundo Del Gaiso, legislador porteño del bloque Vamos Juntos (VJ) y autor de la iniciativa.
El proyecto de ley sostiene que “evitar la soledad de los pacientes debe ser un objetivo prioritario de las estrategias de humanización de cada centro de atención”.
De aprobarse la norma, el familiar designado para despedir al paciente en estado crítico debe cumplir dos requisitos esenciales: no debe pertenecer a un grupo de riesgo y no debe tener síntomas compatibles con el COVID-19. Asimismo, la persona estaría equipada con los mismos elementos de prevención que utiliza el personal médico.
La iniciativa de Del Gaiso prevé además la posibilidad de que tanto el paciente como el familiar reciban apoyo psicológico. “Genera mucha angustia tener un familiar internado por COVID con pronóstico reservado. Cabe la posibilidad de que no podamos volver a verlo, y muera solo”, expresó el legislador.
Si la Legislatura porteña avanza con el proyecto, el familiar podrá ingresar con un “dispositivo smart” (celular o tablet), para que el paciente pueda tener contacto virtual con otras personas. Para garantizar la seguridad sanitaria del visitante, se establecería un “circuito seguro” tanto para la entrada como para la salida del centro de salud. No obstante, la persona deberá permanecer en la habitación del paciente todo el tiempo que esté en el hospital.
El proyecto de Del Gaiso cuenta también con las firmas de sus compañeros de bancada Claudio Cingolani, Cecilia Ferrero, Hernán Reyes y Lucía Romano, todos integrantes de Coalición Cívica.
Al menos dos clínicas ya trabajan con esta modalidad. El Mater Dei, de las Hermanas de Schoenstatt, trabajó desde el inicio de la pandemia de coronavirus para evitar ese sufrimiento adicional e innecesario. Asimismo el Hospital Rossi de La Plata creó un programa para permitirle a un familiar acompañar el final de vida de un paciente en estado terminal. “Sostenemos que morir acompañado puede ser en sí mismo un acto paliativo”, dijo María de los Ángeles Mori, la jefa del servicio de cuidados paliativos.
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