El miércoles 13 de agosto, el escenario actual de la Argentina frente a la potencial vacuna del COVID-19 cambió completamente. De hecho, el país se posicionó como protagonista luego de que el presidente Alberto Fernández anunciara que la vacuna contra el coronavirus será producida en el país por el laboratorio mAbxciece.
“Es una gran alegría, en Argentina AstraZeneca eligió al laboratorio mAbxience que será el productor del reactivo de la vacuna. Es un reconocimiento a la calidad de los laboratorios argentinos. México será el encargado de envasar la vacuna y completar el proceso de producción”, aseguró el mandatario durante el anuncio oficial.
De todos los proyectos para prevenir el COVID-19 siempre se destacó el de la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca. El lunes 20 de julio se dieron a conocer los resultados provisionales del ensayo COV001 Fase I / II en curso que mostraron que AZD1222 fue tolerado y generó respuestas inmunes sólidas contra el virus SARS-CoV-2 en todos los participantes evaluados.
El laboratorio argentino encargado de llevar a cabo la importante tarea es el de mAbxience, una compañía biotecnológica internacional, especializada en la investigación, desarrollo y fabricación de anticuerpos monoclonales, parte del grupo farmacéutico Insud Pharma. Establecida en 2009, dispone de dos plantas de desarrollo y fabricación; en España y Argentina.
“Planeamos comenzar con la transferencia tecnológica en los próximos días y como anunció el presidente, pensamos arrancar con la producción comercial hacia los primeros meses del año que viene, teniendo en cuenta que los ensayos están avanzados y que los resultados parecen indicar que a fin de año tendremos una vacuna”, explicó a Infobae Esteban Corley, director general de mAbxience de Argentina.
El profesional dijo que, por más de que la población espera con ansias una cura contra el COVID-19, no hay que perder la calma y respetar las fases en la que se encuentra la vacuna: “Estamos esperanzados por los resultados de la fase 1 y 2, y porque entendemos que es muy raro que se empiece una escala comercial sin tener resultados como los que se manejan”.
De acuerdo a Corley, la posibilidad de fabricar la vacuna de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca es un orgullo: “Sentimos mucha satisfacción ya que nos han depositado un voto de confianza por haber sido elegidos por una empresa del prestigio y de la trayectoria de AstraZeneca así como por poder ayudar a luchar contra la pandemia”.
“En total estimamos que se producirán 250 millones de dosis, que se calcula es la necesidad de Latinoamérica. Nosotros en Argentina vamos a fabricar el principio reactivo y México luego la continuará envasándola. Esta dinámica es gracias a la generosidad de la farmacéutica para abastecer a todos los países y territorios. Otro gran actor del trato es la Fundación de Carlos Slim que financia toda la primera parte del proyecto, hasta que la vacuna esté aprobada”, comentó Corley.
Con las expectativas altas para poder tener una respuesta pronta que ayude a combatir la pandemia, Corley aseguró que están muy ansiosos de poder comenzar con todo el proceso: “Es muy importante para nosotros que una empresa que admiramos en términos de innovación, calidad y alcance nos haya elegido a nosotros para poder fabricar su vacuna. Realmente nos llena de emoción y orgullo”.
A pesar de que aún es muy pronto para hablar de la aplicación a la población, el especialista explicó que imagina un escenario donde los mayores de 60, personal de la salud, fuerzas de seguridad y la población de riesgo sean los primeros en recibir la dosis.
Al respecto de si serán una o dos dosis y si se repetirá cada año como la de la gripe, el especialista indicó que la fase 3 del ensayo de la vacuna sirve justamente para entender cómo funcionará y que será necesario para lograr su eficacia: “Hay que mantener la calma y no poner presión sobre nuestros reguladores”.
Lo que demostró entonces la Fase I y II de la vacuna Oxford- AstraZeneca es una actividad neutralizante contra el virus SARS-CoV-2, en el 91% de los participantes un mes después de la vacunación y en el 100% de los participantes que recibieron una segunda dosis. Los niveles de anticuerpos neutralizantes observados en los participantes que recibieron una o dos dosis estuvieron en un rango similar a los observados en pacientes convalecientes con COVID-19.
La fórmula, que está siendo desarrollada a una velocidad sin precedentes, está hecha a base de un virus genéticamente fabricado que ocasiona el resfriado común en chimpancés. Los científicos lo han modificado de manera que no pueda ocasionar infecciones en personas y para que se asemeje más al coronavirus. Lo han hecho transfiriendo las instrucciones (pedacitos) genéticas de la llamada “proteína del pico o corona” del coronavirus -la herramienta clave que este emplea para invadir las células de humanos- a la vacuna que están desarrollando.
¿En qué consiste la fase 3 de la vacuna? En la fase 3 participan miles de voluntarios, algunos de los cuales reciben la vacuna y otros, un placebo: el fin es comparar la evolución de los vacunados con respecto a los que no lo fueron. ¿Quedaron protegidos? ¿Cuántos de los dos grupos se enfermaron? ¿Qué diferencias hubo entre los cuadros?
En la fase 3 se recogen otros datos estadísticos sobre la efectividad y la seguridad de la vacuna, y normalmente esa demora sería algo positivo para recabar más. También para identificar posibles efectos secundarios que no sean de corto plazo. Pero en el caso de una crisis global como la de la COVID-19, paradójicamente, lo que sería bueno para la ciencia teórica no es bueno para la ciencia aplicada.
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