La hipertensión arterial (HA) es el principal factor de riesgo para padecer enfermedades cardiovasculares, que constituyen la primera causa de muerte. Sin embargo, existe una gran disparidad en el número de personas que conocen su condición de hipertenso, los que reciben tratamiento y no están controlados y los que reciben tratamiento y están controlados.
La hipertensión arterial es el principal factor de riesgo para padecer y morir como consecuencia de un evento cardiovascular de forma prematura y es la segunda causa de discapacidad en el mundo. También es la principal causante de la enfermedad isquémica cardiaca y del accidente cerebrovascular. Otras complicaciones no menos importantes derivadas del mal control de la presión arterial son la cardiopatía dilatada, la insuficiencia cardíaca y las arritmias.
De acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud (OPS), entre el 20% y 35% de la población adulta de América Latina y el Caribe es hipertensa. El número de personas con esta afección está aumentando en los últimos años y muchos desconocen su condición.
"Aunque parezca obvio, lo primero que hay que decir es que, para saber si uno es o no hipertenso, debe tomarse la presión. Digo esto porque la mitad de los pacientes que son hipertensos no sabe que padece esta condición", señaló Gabriel Waisman, médico clínico certificado en Clínica Médica y en Hipertensión Arterial por el Consejo de Certificación de Profesionales Médicos de la Academia Nacional de Medicina.
De acuerdo con un estudio en cuatro países de Sudamérica, (Argentina, Chile, Colombia y Brasil), apenas el 57,1% de la población adulta que se estima con presión arterial alta sabe que tiene hipertensión, lo que contribuye al bajo nivel de control poblacional: sólo 18,8% de los hipertensos adultos en estos cuatro países tiene la presión arterial controlada.
El adecuado control es una medida costo-efectiva para evitar muertes prematuras. Según OPS, si se lograra tratar a la mitad de la población con hipertensión no controlada, incluyendo aquellos tratados con valores de presión arterial sub-óptimos y aquellos no tratados, en 10 años se podrían prevenir 10 millones de muertes en el mundo debidas a eventos cardiovasculares.
"La hipertensión es un signo, es una cifra, es un factor de riesgo y es una enfermedad. Es todo esto junto y es muy prevalente, en Argentina", refirió Waisman quien es también que también es expresidente de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA). La última encuesta, que se presentó el pasado 15 de abril, la "4° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo" reveló que la hipertensión sigue siendo una de las enfermedades más prevalentes. De acuerdo a este estudio, cerca del 36% de los sujetos adultos mayores de 18 años de nuestro país tiene hipertensión arterial.
Cifras, diagnóstico y control
La HA no se puede curar pero se puede prevenir, tratar y controlar para mantener las cifras en valores seguros. Al contemplar los valores de tensión arterial que permiten considerar que un individuo es saludable o no, Waisman insta a diferenciar las instancias de diagnóstico de la de control. Para la primera, es necesario que el paciente cuente con más de 2 visitas al médico con más de 140 de presión arterial máxima y 90 de mínima, lo que comúnmente se expresa como 14/9. Respecto al nivel de control de la presión arterial, el experto explicó que dependerá de la patología que acompañe a la hipertensión en el paciente y su edad.
"En los pacientes más ancianos no hay que llegar tan abajo en los niveles de presión arterial, porque puede resultar perjudicial para la circulación cerebral. En cambio, en los más jóvenes o los pacientes de reciente diagnóstico y en quienes padecen enfermedad coronaria, es necesario llevar la presión por debajo de 140/90 para evitar las complicaciones de la hipertensión arterial ya que se trata de una enfermedad que no se manifiesta sola", advirtió el experto.
El corazón en América del Sur
De acuerdo a un estudio liderado por el actual Secretario de Salud, Adolfo Rubinstein, en ciudades del Cono Sur como Bariloche, Marcos Paz, Temuco en Chile, Pando y Canelones en Uruguay, se observó que casi el 80% de los habitantes de estas localidades presenta 3 o más factores de riesgo cardiovascular. Según Waisman, este dato permite ver que es muy común que el hipertenso tenga diabetes, colesterol alto, que no se alimente de modo adecuado con una ingesta regular de frutas y verduras, que no haga actividad física y que sea tabaquista: "Todos estos son factores de riesgo van a afectar las enfermedades vasculares, fundamentalmente cerebrales como el ACV, coronarias y a nivel renal".
Mucho más que un estado de ánimo
Todavía es frecuente oír a muchas personas que expresan que sólo les sube la presión arterial ante una situación estresante como un enojo o un estado de nerviosismo por algún conflicto. No obstante, para el experto no es hipertenso el que quiere sino el que puede: "Si fuera de esta manera, en Argentina debería haber cerca de 43 millones de hipertensos pero sabemos que no es así y que hay un 36% de la población que se ve afectado por esta enfermedad".
Del mismo modo en que una persona con asma puede tener una crisis asmática si se pone nerviosa, alguien que padece colon irritable puede tener diarrea y a un paciente diabético le puede subir el nivel de azúcar y tener una hiperglucemia. "El hecho de estar nervioso y tener una crisis de stress, sobre todo de stress psicosocial, hace que el paciente hipertenso se ponga más hipertenso. Es un gatillo, una covariable que hace que se desencadene el problema", señaló Waisman.
"Quien tuvo HA porque alguna vez estuvo estresado debe consultar a un profesional. Además debe consultar y controlar su presión en su domicilio, no solamente en el consultorio del médico. Hoy en día tendemos a que el paciente se empodere con el tratamiento y el control de la enfermedad. También hay estudios de monitoreo ambulatorio de presión arterial, que toma mediciones de día y de noche que nos permiten determinar si el paciente es o no hipertenso", aseguró el especialista.
HA y diuréticos
Algunos pacientes afirman que sus médicos les recomiendan tomar diuréticos para poder controlar mejor su nivel de presión arterial pero, ¿Cuál es el rol de estos fármacos en esta estrategia?. En la actualidad, de acuerdo a las guías del Consenso Argentino de Hipertensión Arterial que publicaron en 2018 la Sociedad Argentina de Cardiología, la Federación Argentina de Cardiología y la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial, se reconocen cuatro tipos de fármacos como drogas de primera línea para tratar esta afección que son: los diuréticos, los betabloqueantes de tercera generación, los inhibidores de enzima de conversión o antagonistas de los receptores de la angiotensina y los bloqueantes cálcicos.
"Por lo general no se elige un diurético como primera opción a menos que el paciente tenga síntomas de insuficiencia cardíaca o de sobrecarga de volumen. Solemos utilizar los diuréticos como droga de asociación con los inhibidores de enzima de conversión o bloqueantes de los receptores de angiotensina y/o de los bloqueantes cálcicos", detalló Waisman.
Respecto al tratamiento farmacológico de la HA, el experto resaltó la importancia para el paciente de entender que la medicación, una vez iniciada, lo acompañará toda la vida y no pueden ser suspendidas las tomas. "Se podrá agregar medicación, bajar medicación, cambiar medicación si hay efectos adversos o colaterales, pero esto corresponde al rol del médico tratante y del compromiso del paciente de no suspender el tratamiento antihipertensivo", advirtió.
"Es necesario tomar la medicación aunque las cifras de presión estén normales ya que si se suspende la toma puede subir de manera brusca la presión arterial y provocar complicaciones a la salud del paciente", concluyó.
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