La Dirección Nacional de Epidemiología y Análisis de Situación de Salud perteneciente a la Secretaría de Gobierno de Salud, emitió una alerta epidemiológica tras la confirmación de un nuevo caso de sarampión en el país.
Con el último -un rosarino de 36 años que habría tenido contacto en un vuelo de una aerolínea comercial el 16 de marzo con un turista a quien luego se le confirmó sarampión- suman cuatro los notificados en lo que va de 2019 en la Argentina. Los tres previos fueron importados y el actual está en investigación.
En la Argentina el último caso endémico de sarampión se registró en 2000 y el último fallecido por esta causa fue en 1998. La región de las Américas fue la primera y única del mundo declarada libre de sarampión en 2016. Sin embargo, la situación epidemiológica reportada a nivel global y particularmente en algunos países de la región vuelve a poner en alerta a los especialistas sobre una enfermedad que se creía controlada.
El principal desafío es mantener una muy buena vigilancia, una rápida y efectiva respuesta frente a casos importados
"El único reservorio del virus del sarampión es el ser humano, y dado que contamos con una vacuna que es muy inmunogénica, segura y eficaz se puede erradicar si todos estamos vacunados". La médica infectóloga Carla Vizzotti analizó con preocupación el aumento de casos de esta enfermedad registrado en los últimos años.
La presidente de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE) alertó de que "el sarampión es muy transmisible, ya que nueve de cada diez personas que tienen contacto con el virus se infectan y permanece en el aire dos horas, con lo cual alguien puede contagiarse incluso sin entrar en contacto con una persona infectada".
En ese punto, el médico infectólogo Pablo Bonvehí, miembro de la Comisión de Vacunas de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), hizo hincapié en el hecho de que la enfermedad "sigue siendo mortal en menores de cinco años (especialmente en niños malnutridos y en países en desarrollo)".
"El principal desafío es mantener una muy buena vigilancia, una rápida y efectiva respuesta frente a casos importados, por eso hay que tener un bajo umbral para detectar casos reportados y que sean materia del aislamiento y bloqueo que corresponda. Y para que todo esto ocurra es esencial mantener coberturas de vacunación por encima del 95%", sostuvo.
Tras destacar que "se estima que entre 2000 y 2016 la vacuna contra el sarampión evitó más de 20 millones de muertes, lo que la convierte en una de las mejores inversiones de salud pública", el especialista consideró que "es inadmisible que haya casos teniendo una herramienta de prevención sumamente eficaz".
"Se pierde la percepción de la gravedad de la enfermedad; la gente toma como verídicos conceptos que se difunden a través de distintas redes sociales que hablan en contra de la vacuna -como la asociación de la vacuna con el autismo, cosa que no es así- y como no perciben a la enfermedad como grave, ante la duda de que la vacuna haga mal deciden no vacunar a sus hijos", señaló Bonvehí, quien detalló: "En América, en 2013 hubo 1.052 casos en 38 ciudades del estado de Ceará, luego de 13 años sin brotes, y esto se prolongó durante 20 meses entre otros motivos por una falta de respuesta rápida".
Los niños de 12 meses a cinco años deben contar con una dosis de vacuna triple viral (sarampión, rubéola y paperas) y los mayores de cinco años deben acreditar dos dosis de vacuna con triple viral
Más recientemente, en 2018, Brasil fue el país que mayor cantidad de casos tuvo (10.262), seguido por Venezuela (5.643), Estados Unidos (349), Colombia (188), Perú (38), Canadá (28), Chile (23), Ecuador (19), Argentina (14), México (5), Antigua y Barbuda (1) y Guatemala (1). "Hasta la semana epidemiológica 52 del año pasado hubo 16.514 casos de una enfermedad que estaba eliminada de la región y con una vacuna efectiva en vigencia; es difícil de comprender que esto ocurra", reforzó el experto.
En ese sentido, Bonvehí recordó las recomendaciones de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para contrarrestar el avance de esta enfermedad:
– Mantener coberturas de vacunación del 95%
– Vacunar a las poblaciones en riesgo que no tengan pruebas de inmunidad o de vacunación contra sarampión y rubéola
– Mantener la vacunación contra sarampión y rubéola
– Controlar los casos importados
– Fortalecer la vigilancia (es fundamental para detectar en forma rápida los casos, aislarlos y establecer el bloqueo que corresponda)
– Brindar rápida respuesta ante un caso importado
– Identificar los flujos migratorios tanto internos como externos para facilitar que tengan acceso a la vacunación, según el esquema nacional
Asimismo, en 2010, la Asamblea Mundial de la Salud estableció tres hitos en el camino a la erradicación del sarampión que debían cumplirse antes de 2015:
– Aumentar la cobertura sistemática con la primera dosis de la vacuna con componente antisarampionoso en más de un 90% a nivel nacional y en más de un 80% a nivel distrital;
– Reducir y mantener la incidencia anual del sarampión en menos de cinco casos por millón; y
– Reducir la mortalidad estimada del sarampión en más de un 95% con respecto a las estimaciones de 2000.
En 2012, la Asamblea Mundial de la Salud aprobó el Plan de Acción Mundial sobre Vacunas con el objetivo de eliminar el sarampión en cuatro regiones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para 2015 y en cinco para 2020.
En este punto, Vizzotti señaló que "hay países que todavía tienen una sola dosis en calendario, por lo tanto la posibilidad de erradicar la enfermedad del mundo es lejana" e hizo un alto para considerar la importancia de la vacunación obligatoria "como bien social que está por sobre el beneficio individual". "En Europa, por ejemplo, la gente puede decidir no vacunarse y eso genera un impacto altísimo en la salud pública; de hecho, ahora evalúan la obligatoriedad para los niños antes del ingreso escolar en varios países y en los EEUU no los dejan estar en un lugar público si no están vacunados", ejemplificó la especialista, quien resaltó que "en la Argentina la vacunación es obligatoria porque se lo considera un beneficio individual, primero, pero además un bien social que está por sobre la decisión individual".
En Europa, por ejemplo, la gente puede decidir no vacunarse y eso genera un impacto altísimo en la salud pública
Bonvehí recordó que el esquema de vacunación completo para la edad según el Calendario Nacional de Vacunación establece que los niños de 12 meses a cinco años deben contar con una dosis de vacuna triple (sarampión, rubéola y paperas) y los mayores de cinco años (incluidos los adultos) deben acreditar dos dosis de vacuna con triple viral. En tanto las personas nacidas antes de 1965 no necesitan vacunarse porque se consideran protegidos por haber estado en contacto con el virus.
En el interior denuncian faltantes de vacunas
A la interrupción de la entrega de las dosis de la vacuna contra el meningococo de los 11 años desde agosto pasado, Vizzotti aseguró que "se le agregó faltante de vacuna contra el meningococo para lactantes de 3, 5 y 15 meses y de otras vacunas que son entregadas en forma irregular y en menor cantidad contra el VPH, varicela, triple viral, rotavirus, Sabin y Salk".
"Las provincias notificaron que están recibiendo en cantidades menores que las planificadas y en forma irregular y eso impacta realmente de forma impactante en lo que es la planificación de las acciones de vacunación de las provincias, que son las que tienen que implementar la vacunación", aseguró la especialista, para quien "esto desgasta muchísimo al equipo de salud, así como la confianza de la población en el sistema de salud, ya que si bien hay muchos factores por los cuales las coberturas pueden estar bajando, la verdad, que alguien se acerque a un vacunatorio y no estén las vacunas que deben ser provistas por el Estado nacional es una oportunidad perdida inadmisible en nuestro país".
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