La historia de Grady, la monita que abre la esperanza de preservar la fertilidad futura a los sobrevivientes del cáncer infantil

Cada vez más personas sobreviven al cáncer infantil, pero casi 1 de cada 3 quedará estéril por la quimioterapia o la radiación que ayudó a salvar su vida. Recientes investigaciones científicas se acercan cada vez más a conseguir ayudar a los sobrevivientes del cáncer pediátrico para preservar su fertilidad futura. Y la prueba es Grady, la primera monita nacido de la tecnología experimental

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Esta es la bella Grady, la monita Rhesus que abre las esperanzas para que niños y jóvenes que deban  someterse a un tratamiento contra el cáncer puedan  preservar su fertilidad futura. Grady nació a partir de que los científicos lograron restaurar la fertilidad masculina a sus progenitores con un autotrasplante de tejido del testículo.    (OHSU a través de AP)
Esta es la bella Grady, la monita Rhesus que abre las esperanzas para que niños y jóvenes que deban  someterse a un tratamiento contra el cáncer puedan  preservar su fertilidad futura. Grady nació a partir de que los científicos lograron restaurar la fertilidad masculina a sus progenitores con un autotrasplante de tejido del testículo.    (OHSU a través de AP)

¿Qué hizo – o está haciendo- la ciencia para vincular la cría de un macaco Rhesus con el cáncer infantil? Por suerte para el globo, mucho.

Cuando a los niños o adultos jóvenes se les diagnostica cáncer pueden considerar congelar el esperma, los óvulos o los embriones antes de comenzar el tratamiento. Sin embargo, muchos sobrevivientes de cáncer infantil permanecen fuera del alcance de las Técnicas de Reproducción Humana Asistida (TRHA) actuales porque no pueden producir espermatozoides ni óvulos maduros.

"Los problemas de fertilidad de los niños con cáncer fueron ignorados durante años", aseguró el científico experto en reproducción de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh, Kyle Orwig. "Muchos de nosotros soñamos con crecer y tener nuestras propias familias. Esperamos que nuestra investigación ayude a estos jóvenes pacientes a hacerlo".

Orwig y su equipo reportaron un avance clave: primero, congelaron tejido testicular de un mono que aún no había alcanzado la pubertad. Más tarde, lo utilizaron para producir esperma que, a través de una versión de FIV de mono, llevó al nacimiento de un mono hembra sano llamado Grady.

Según los expertos la técnica funcionó lo suficientemente bien como para que las pruebas en humanos puedan comenzar en los próximos años."Es un gran paso hacia adelante que debería dar esperanza a las familias del mundo con pacientes con cáncer infantil", aseveró Susan Taymans, del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano, que ayudó a financiar la investigación publicada en la revista Science. "No es ciencia ficción -continuó-. Es algo que parece realmente alcanzable".

La nueva investigación muestra que “el tejido testicular inmaduro puede convertirse en una opción para preservar la fertilidad futura de los niños”
La nueva investigación muestra que “el tejido testicular inmaduro puede convertirse en una opción para preservar la fertilidad futura de los niños”

El Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh ha comenzado a congelar experimentalmente tejido biopsiado de testículos, antes de que los niños comiencen el tratamiento contra el cáncer, y con la esperanza de que algún día pueda haber una forma de usar ese tejido para producir esperma viable.

Los niños nacen con células madre dentro de pequeños tubos en los testículos, células que comienzan a producir esperma después de la pubertad de la testosterona. El objetivo de Orwig: mantener a las células madre productoras de espermatozoides a salvo del tratamiento del cáncer, congelando pequeños trozos de tejido testicular y usándolos para restaurar la fertilidad más adelante en la vida.

Los científicos extrajeron y congelaron el tejido testicular de cinco crías de macacos Rhesus. Una vez que los monos se acercaban a la pubertad, los investigadores descongelaron esas muestras de tejido y las devolvieron al animal original, implantándolas justo debajo de la piel.

Impulsados ​​por las hormonas, los pequeños pedazos de tejido crecieron y meses después, los investigadores los retiraron. Efectivamente, se encontró que había esperma y que podían recolectarlo y congelar. Después, aislaron los espermatozoides del tejido congelado y lo utilizaron para fecundar 138 óvulos.

Los colegas del Centro Nacional de Investigación de Primates de Oregón inyectaron algo de ese esperma en óvulos de monas e implantaron los embriones resultantes. En abril del año pasado, nació Grady y "ella juega y se comporta como cualquier otro mono que creció de manera normal", advirtieron los expertos.

Si esta hazaña se replica en humanos, podría brindar la posibilidad a los niños y jóvenes que deban  someterse a un tratamiento contra el cáncer, una forma de ser padres
Si esta hazaña se replica en humanos, podría brindar la posibilidad a los niños y jóvenes que deban  someterse a un tratamiento contra el cáncer, una forma de ser padres

Los investigadores, a su vez,  retiraron y congelaron tiras de tejido ovárico que albergaban folículos de los óvulos de mujeres jóvenes antes del tratamiento del cáncer, con la esperanza de que, cuando se trasplantaran de nuevo, los huevos inmaduros reanudaran el desarrollo. Se considera experimental incluso para adultos jóvenes, pero se han reportado algunos nacimientos. Ahora algunos hospitales almacenan tejido ovárico de las niñas.

La cirugía que involucra el tejido testicular de los niños es menos invasiva, descubrió Orwig, quien también está investigando formas de reinsertar células madre productoras de esperma a las que pertenece, en lugar de la técnica más indirecta.

La nueva investigación muestra que "el tejido testicular inmaduro puede convertirse en una opción para preservar la fertilidad de los niños", sostienen Nina Neuhaus y Stefan Schlatt, del Centro de Medicina Reproductiva y Andrología en Muenster, Alemania.

Una única gestación de once embriones

Investigaciones previas habían demostrado que se podía producir esperma con este tipo de trasplantes, “pero no se había conseguido ningún nacimiento”
Investigaciones previas habían demostrado que se podía producir esperma con este tipo de trasplantes, “pero no se había conseguido ningún nacimiento”

La fecundación prosperó en el 41 % de los casos, así que solo se pudieron implantar 11 embriones en seis hembras que resultaron en una única gestación y en un solo nacimiento. Investigaciones previas habían demostrado que se podía producir esperma con este tipo de trasplantes, "pero no se había conseguido ningún nacimiento, el estándar de oro que se exige en cualquier técnica de reproducción asistida", señaló Adetunji Fayomi, uno de los autores del estudio. Por ahora, es solo una prueba de concepto que allana el camino a su uso en humanos.

Claro todavía quedan incógnitas por resolver. "Hay que esperar a ver el desarrollo de Grady. Es aparentemente sana, pero podría desarrollar problemas que ahora son imperceptibles. Aún es pronto para llevar la técnica a la clínica. Deberemos esperar al nacimiento de otros 50 o 60 macacos más por esta técnica para garantizar su seguridad", explica Jan Tesarik, experto en reproducción asistida y director de la clínica Mar&Gen en Granada.

Con información de AP

 

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