El Premio Nobel en Medicina 2018 fue otorgado este lunes a dos investigadores por su trabajo en inmunoterapia aplicada al tratamiento del cáncer, utilizando un revolucionario enfoque para lidiar con esta enfermedad: la inmunoterapia.
El estadounidense James P. Allison, desde el MD Anderson Center en Texas, y el japonés Tasuku Honjo, de la Universidad de Kyoto, compartieron el galardón por sus estudios en paralelo sobre proteínas que debilitan el sistema inmunológico, y la posibilidad de bloquearlas para permitir que éste se lance más rápida y eficientemente sobre los tumores.
En el caso de Allison, su descubrimiento clave se dio en 1995, cuando, junto con su equipo técnico, detectó la proteína CTLA-4, que actúa como un "freno" para el sistema inmunológico.
En este contexto, Infobae dialogó con el doctor Juan Pablo Sade, médico oncólogo y especialista del Instituto Alexander Fleming, sobre el significado que tienen los descubrimientos. "Tradicionalmente, en el tratamiento contra el cáncer disponíamos de la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia, esos eran los tres pilares que se utilizaban en el tratamiento y la mayoría de los tumores se tratan con una combinación de estos tres. En los últimos años se agregó un cuarto pilar: el de la inmunoterapia, así de fundamental e importante es este hallazgo", enfatizó.
Y es que ambas investigaciones revolucionaron al mundo de la medicina para siempre. "Es una ciencia nueva que no existía hasta hace unos pocos años atrás, consiste en despertar el sistema inmune del paciente para que combata al tumor desde adentro y no desde afuera. Esto surge luego de entender que los tumores evaden el sistema inmune. Una vez que se detectó cómo sucede esto, se empezaron a desarrollar drogas para revertir la situación y los resultados son realmente efectivos", comentó Sade.
Por otro lado, Federico Prada , director de las licenciaturas en Biotecnología y Bioinformática en la Universidad Argentina de la Empresa, explicó cómo funciona: "Por un lado, el tumor desarrolla biológicamente ciertas estrategias para evitar que el sistema inmunológico lo destruya, es lo que se conoce como el escape tumoral y ocurre cuando ciertas moléculas inhiben el ataque del sistema inmunológico a las células malignas; es lo que se conoce como check point, y el tumor actúa como un freno que mediante la utilización de herramientas tecnológicas -que son anticuerpos monoclonales que bloquean la señal- se abre una nueva posibilidad: que el sistema inmunológico rechace el tumor y aquí es donde funciona la inmunoterapia y por ende inhibe el tumor".
Para Sade, el trabajo de ambos médicos en terapias contra el cáncer son de un enorme significado: "Esto revolucionó el mundo de la oncología, con extraordinarios resultados. Lo que hicieron Allison y su colega japonés fue descubrir dos de estas moléculas y permitieron el desarrollo de la droga, y al bloquearlas son efectivas. Esto tuvo un impacto gigantesco como pocas veces en la historia de oncología. El potencial es gigantesco".
En el comunicado que emitió la Academia Sueca, reconocen el arduo labor de ambos profesionales en la lucha contra la enfermedad más desafiante: "El cáncer mata a millones de personas cada año y es uno de los desafíos más grandes para la salud de la humanidad. Al estimular la habilidad de nuestro sistema inmunológico para atacar células tumorales, los galardonados de este año han establecido un nuevo principio para la terapia contra el cáncer".
"Es fundamental la responsabilidad médica ante nuevos tratamientos ya que, durante muchos años, una enorme cantidad de gente comercializó con el cáncer. Sin ninguna evidencia científica les han vendido a cientos de pacientes -o miles, me atrevería a decir- sin ninguna prueba medicamentos; espero que esto se destierre y podamos normalizar la situación", advirtió el médico del IAF, y agregó: "Es un cambio de paradigma, sin ninguna duda, lo equiparo con el descubrimiento de la penicilina por parte de Sir Alexander Fleming. No siempre te toca ser testigo de un un cambio tan radical, y es realmente impresionante".
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