Al parecer no somos lo que comemos, sino aquello que comen las bacterias que viven en nuestro tracto intestinal. Según las investigaciones publicadas en la revista Science, el papel que juega el microbioma en nuestra salud es muy importante así como los factores que alteran su composición. Su trascendencia, revelan los científicos, es de tal envergadura que ya ha sido bautizado como "el último órgano".
Según los últimos estudios, el organismo alberga cerca de treinta nueve mil millones de microorganismos donde se destacan, principalmente, los que se hallan en el intestino. "Las bacterias de nuestra microbiota intestinal, se sabe hoy, cuentan con un importante efecto positivo sobre nuestra salud y nuestra longevidad", describió Ruben Mühlberger (MN 71.566), médico especialista en Anti-aging y medicina regenerativa a Infobae.
Qué es un microbioma
Se llama microbioma al conjunto de los microorganismos y los genes de estos que conforman el cuerpo, con el que vive en simbiosis y al que aporta salud y protección. Según la Facultad de Farmacia de Sevilla, la composición del microbioma varía en cada parte del cuerpo humano diferenciándose entre microbioma del trato gastrointestinal, de la cavidad oral, del tracto reproductivo, de la piel y de los pulmones. Aunque sería ideal que siempre estuviera en equilibrio, existen ocasiones en las que se ve alterado, produciéndose una situación de disbiosis, pudiendo aparecer alguna enfermedad en consecuencia.
Es de suma importancia entender cómo el microbioma puede afectar a las funciones fisiológicas básicas, influyendo, por tanto, en la calidad y en la esperanza de vida. "Nuestras elecciones dietéticas proporcionan nutrientes al tracto gastrointestinal que pueden ser utilizados preferentemente por algunas especies, lo que les proporciona una ventaja competitiva sobre otras microbiotas gastrointestinales", dijo Mühlberger.
Alimentos que curan, comida fundamental
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica aceptó la existencia de los alimentos funcionales, que son definidos por los especialistas como aquellos capaces de aportar sustancias con funciones fisiológicas definidas, brindando beneficios para la salud de quien los consume. Entre ellos, se encuentran los probióticos (es decir, alimentos con microorganismos vivos que, al ser ingeridos en cantidades suficientes, ejercen un efecto positivo en la flora intestinal), y los llamados alimentos ricos en fibras o prebióticos (sustancias no digeribles que pueden ser fermentadas por la flora bacteriana intestinal, y provocan un efecto favorable sobre ella).
Según la Organización Mundial de Gastroenterología, los probióticos son bacterias o levaduras que están presentes en alimentos, medicamentos o suplementos dietéticos, como es el caso de la leche al fermentarse para producir yogur.
Los prebióticos son compuestos que el organismo no puede digerir, pero que tienen un efecto fisiológico en el intestino al estimular, de manera selectiva, el crecimiento y la actividad de las bacterias beneficiosas (bifidobacterias y lactobacilos). "Se trata de un tipo de hidratos de carbono presentes en algunos alimentos que, pese a que nuestro sistema digestivo no es capaz de digerir, son fermentados en el tracto gastrointestinal y utilizados como 'alimento' por determinadas bacterias intestinales beneficiosas", enfatizó el médico. Los más estudiados son: la insulina y los fructooligosacáridos (conocidos también como FOS), y pueden aparecer de forma natural en algunos alimentos o ser añadidos por el fabricante para dotar al alimento de beneficios concretos.
Secretos longevos
Con el objetivo de descubrir la causa de la longevidad en los pobladores de Okinawa -la isla japonesa con más cantidad de habitantes que superan los 100 años-, el Instituto Pasteur de Francia se focalizó en la microbiota de estas personas, principalmente la de su sistema digestivo, y encontraron que esta microbiota era la clave de la salud y el retraso en el envejecimiento.
De este modo, descubrieron que la microbiota de esos centenarios estaba compuesta por más de 1200 cepas o variedades diferentes de bacterias, y entre los más longevos, es decir los que superaban los 105 años de vida, encontraron cerca de 300 especies en común solo en su tracto digestivo.
Esta comprobado, gracias a la investigación, que existe una relación directa y muy importante entre el microbioma y las mitocondrias. Las mitocondrias son las bacterías que producen energía para que las células que conforman los diferentes órganos del cuerpo funcionen en forma correcta. Hay un dato muy importante: cada célula tiene entre 500 y 2500 mitocondrias por lo cual el 70 % de nuestro peso son mitocondrias. Eso quiere decir que tenemos más mitocondrias que células.
Alimentos que mejoran el microbioma
Algunos alimentos funcionales que mejoran el organismo y prolongan la vida según el especialista:
–Los probióticos: se encuentran en alimentos como el kéfir, chucrut, aceitunas, chocolate negro, microalgas, yogur, leche y queso de cabra, té de kombucha, pepinos encurtidos, sopa de mijo. Mejoran nuestro estado de ánimo, restauran el tracto intestinal, mejoran la respuesta de nuestro sistema inmune, reduce los efectos negativos de los antibióticos, reducen la tolerancia a la lactosa, mejora la energía, el aspecto de la piel, entre otras tantas ventajas.
–Los prebióticos: ajo, alcachofas, cebolla, puerro, banana, entre otros, estimulan el sistema inmunitario, propician el desarrollo de las bacterias de la flora intestinal, facilitan la absorción de calcio y magnesio, reducen los trastornos digestivos, mejoran la regularidad intestinal, disminuyen el estreñimiento, favorecen la síntesis de vitaminas, reducen los trastornos digestivos y el riesgo de padecer cáncer de colon y enfermedades inflamatorias intestinales.
Mirada hacia el futuro
Investigadores del Conicet y la Universidad Nacional de Rosario (UNR) se sumaron a estos estudios: trabajan sobre la bacteria probiótica llamada Bacillus subtilis, consumida desde hace miles de años por ciertos pueblos asiáticos y que retardaría el envejecimiento, prolongaría la vida y mejoraría las defensas inmunológicas.
El trabajo se hizo en un gusano llamado Caenorhabditis elegans, pero todo indica que podría abrir el camino para su aplicación en humanos. La idea es desarrollar alimentos, bebidas y hasta golosinas con este probiótico. Por otro lado, los científicos de la Universidad McGill alimentaron moscas de la fruta con una combinación de probióticos y un suplemento herbal llamado Triphala que fue capaz de prolongar la longevidad de las moscas en un 60% y protegerlas contra las enfermedades crónicas asociadas con el envejecimiento. "Hoy estudian la manera de aplicar esta fórmula también en humanos porque es el futuro", concluyó Mühlberger.
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