En promedio, las personas pasan más de siete horas por día delante de las pantallas ya sea celular, televisor, computadora o tablet. Es decir, casi el 30% del día frente a dispositivos electrónicos. Dejan de relacionarse directamente con personas para hacerlo virtualmente con aplicaciones o páginas web.
Los efectos producidos por estos equipos en los ojos se pueden dividir en tres: los que acontecen en las lágrimas y superficie ocular, los producidos por la luz que emitida y los que repercuten en los lentes propios de los ojos.
"En cuanto al efecto sobre la superficie ocular, hay que tener en cuenta que una persona parpadea entre 10-15 veces por minuto. Al realizar alguna actividad en donde se fija la vista de cerca, los parpadeos disminuyen en 50% y, por lo tanto, decrece la difusión de la lágrima sobre la superficie ocular ya que los párpados son los parabrisas de los ojos". Así lo explicó el médico oftalmólogo Rogelio Ribes Escudero, especialista en córnea y superficie ocular.
Existen aplicaciones para la computadora y el celular que se pueden programar para que una alarma recuerde el parpadeo
En estos casos, siguió el especialista del Hospital Alemán, también disminuye la producción de lágrimas lo cual conduce a un ojo seco. "Por eso, tras 30 minutos frente a la computadora, las personas se quejan de ardor, sensación de cuerpo extraño y enrojecimiento ocular. Frente a estos síntomas, se recomienda parpadear -en lugar de usar lágrimas artificiales- para estimular la propia producción de lágrimas", recomendó, al tiempo que reconoció que "el problema es que en las actividades de cerca uno se concentra demasiado en la lectura y el cuerpo se olvida". Hay, incluso, aplicaciones para la computadora y el celular que se pueden programar para que una alarma recuerde el parpadeo.
La luz visible puede descomponerse en distintas bandas energéticas que se pueden identificar por sus colores: violeta, azul, verde, amarillo, naranja y rojo. "La luz azul -conocida como luz visible de alta energía- puede provocar alteraciones en diferentes estructuras del ojo", señaló Ribes Escudero, para quien "todavía no queda claro si la luz azul que emiten los dispositivos electrónicos es de suficiente intensidad para provocar daño en la retina. Lo que sí se sabe es que la luz azul que emiten los dispositivos puede disminuir la producción de melatonina, la hormona inductora del sueño". Por eso, se recomienda no utilizar dispositivos electrónicos entre dos y tres horas antes de dormir. Actualmente, existen anteojos con filtros específicos que bloquean la luz azul.
Por otro lado, el uso de dispositivos electrónicos genera un esfuerzo en el músculo ciliar, que es el encargado de realizar el enfoque de cerca. "Al contraerse, este músculo aumenta las dioptrías de magnificación del cristalino, proceso conocido como acomodación. El problema es que uno pasa tanto tiempo haciendo actividades de cerca que se genera un espasmo y contractura de este músculo, generando visión borrosa transitorio y cefaleas en algunos pacientes jóvenes. Es como ejercitar un mismo músculo en el gimnasio durante ocho a 10 horas por día, en algún momento se va a acalambrar", explicó el experto, y agregó: "Por eso la Academia Americana de Oftalmología sugiere que se adhiera a la regla de cada 20 minutos, tomar un descanso de 20 segundos y mirar algo a más de seis metros".
Otro factor a tener en cuenta es el uso de estos dispositivos en los niños. A diferencia de en los adultos, los órganos visuales de los niños están en desarrollo, en especial, durante los primeros ocho años de vida. Existen estudios que demuestran el aumento de la miopía en niños que pasan mucho tiempo en actividades con enfoque de cerca.
Todavía no queda claro si la luz azul que emiten los dispositivos electrónicos es de suficiente intensidad para provocar daño en la retina
"La miopía es el defecto de graduación en el que el paciente ve bien de cerca, pero no de lejos debido a que su ojo es más largo de lo normal -ahondó Ribes Escudero-. Actualmente, existe un aumento de la miopía en las culturas que más utilizan los dispositivos electrónicos". En China, por ejemplo, hace 60 años, la población miope oscilaba entre el 10 y el 20%. Hoy, en cambio, es miope más del 90% de los adolescentes y adultos jóvenes. Y en Seúl, Corea del Sur, sufre miopía hasta el 96,5% de hombres de 19 años. Algunas estimaciones apuntan que al final de esta década hasta un tercio de la población, es decir, 2500 millones de personas sufrirán este defecto de la visión.
También existe asociación entre el tipo de educación y la miopía. Tras un estudio realizado con adolescentes israelíes escolarizados en las escuelas talmúdicas judías conocidas como yeshivot. En estos centros, en donde las horas dedicadas a la lectura son muchas, se observó un alto índice de miopía.
"Hace tiempo que se estudia cuál sería uno de los factores que protegerían a los niños del desarrollo de la miopía. Varios estudios concluyeron que el factor protector más importante es la exposición a la luz solar del día", enfatizó el especialista, quien reforzó: "La luz solar estimula la producción de dopamina intraocular, un neurotransmisor que bloquea el alargamiento del ojo durante su desarrollo y se produce sobre todo durante el día. Se estima que, si la iluminación es baja, su ciclo se interrumpe y repercute en el crecimiento de los ojos".
Varios estudios realizados en escuelas arrojaron que las clases diarias al aire libre disminuyen la incidencia de miopía en relación a otros establecimientos con clases todo el día en interiores. También, se comprobó que, en épocas de menor luz ambiental, es decir, en invierno, el incremento de la miopía en niños aumenta más que en verano.
Por lo tanto, la mejor opción para disminuir la miopía en los chicos es limitar el uso de dispositivos electrónicos y estimular las actividades al aire libre.
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