La pediculosis, según varios estudios en América latina, afecta a alrededor de un tercio de los chicos de 3 a 12 años. Esos bichitos llamados piojos, que rondan sus cabezas, son muchas veces difíciles de eliminar. Más en las aulas, donde los contagios se multiplican exponencialmente.
Los nuevos tratamientos de origen natural, van dejando de lado la acción de la permetrina, un ingrediente activo piretroide que resulta ineficiente contra aquellos piojos de varias regiones del país que resisten su efecto por mutaciones.
Mientras se busca llegar a la solución más efectiva, un nuevo estudio elaborado por científicos argentinos intenta desentrañar el patrón de contagio de estos insectos.
Así lo explicó un equipo multidisciplinario de científicos argentinos, quienes analizaron las cabezas de alrededor de 250 escolares y usaron un modelo matemático de poblaciones de piojos y argumentos probabilísticos simples para inferir la evolución de las infestaciones observadas en cada chico dentro del aula.
El estudio argentino mostró que la transferencia de tres piojos hembras en menos de cinco días es suficiente para diseminar casos severos de pediculosis en un aula
Alcanza con la transferencia de tres piojos hembras en menos de cinco días para diseminar casos severos de pediculosis en un aula, según concluyó un equipo multidisciplinario de científicos que desarrolló un modelo matemático a partir de datos epidemiológicos.
Las infestaciones severas por piojos en un aula de escuela pueden originarse de una sola cabeza afectada en un breve período de tiempo, lo que confirma el rol clave que pueden jugar los llamados chicos "dispersores" o "superspreaders" ("superdiseminadores") en su propagación.
Chicos dispersores de piojos
"Los chicos 'dispersores de piojos' cumplen un rol vital en la permanencia y dispersión de piojos dentro del grado del colegio, por lo que resulta fundamental detectar estos casos a fin de evitar una infestación en los compañeros", destacó el director del estudio, el doctor Ariel Toloza, investigador del Centro de Investigaciones en Plagas e Insecticidas (Cipein), situado en Buenos Aires y dependiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y de la Unidad de Investigación y Desarrollo Estratégico para la Defensa.
Tal como se describe en la revista "Journal of Medical Entomology", las evidencias experimentales y los análisis matemáticos realizados por los científicos argentinos revelaron que las infestaciones severas no necesariamente tienen que ser muy "antiguas", y que es muy probable que se hayan producido por la transferencia de al menos tres piojos hembras en un período corto de tiempo menor a cinco días.
"Esto hace pensar que el origen probable de estas hembras es una sola cabeza, que a su vez también tiene que haber tenido una infestación severa", indicaron otros dos autores del estudio: los doctores Sebastián Risau-Gusman y María Fabiana Laguna, investigadores del Grupo de Física Estadística e interdisciplinaria del Centro Atómico Bariloche (CAB) y del Conicet.
Los resultados del trabajo permiten asegurar que sería efectivo implementar programas de control de pediculosis en los colegios, del tipo sistemático o programado.
"Esto implica que los padres puedan implementar un tratamiento coordinado en un mismo fin de semana por mes y hacer la revisación y control de la pediculosis con el peine fino y/o pediculicidas recomendados", afirmó Toloza, quien también es investigador del Conicet.
Con estas medidas, dijo, los niveles de infestación se reducirían bastante y se mantendría un bajo número de piojos dentro de un grado.
Asimismo en un trabajo previo, realizado por Risau-Gusman y Laguna y en el que también se aplicaron modelos matemáticos, se demostró que la prevalencia de piojos puede disminuir de manera notable si el mismo tratamiento coordinado se efectúa durante tres fines de semana seguidos.
Cápsulas contra los piojos
En pos de descubrir nuevos tratamientos más eficientes y menos contaminantes, Toloza y su equipo investigan una fórmula que pretende superar a los limitados productos actuales.
"Las nuevas formulaciones ensayadas arrojan resultados promisorios, pero como son experimentales se deben superar varias etapas más de estudios preclínicos y clínicos para que puedan ser registrados como pediculicidas", expresó el experto, que condujo pruebas de laboratorio sobre una fórmula desarrollada por la doctora Gabriela Ullio-Gamboa, de la Unidad de Investigación y Desarrollo en Tecnología Farmacéutica (Unitefa) dependiente del Conicet y de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
El tratamiento se basa en la actividad de nanocápsulas o esferitas de 20 a 100 nanómetros (menos de la diezmilésima parte de un milímetro) que liberan en el sitio de acción un compuesto antiparasitario llamado ivermectina, aprobado en humanos para tratar enfermedades como la oncocercosis y la sarna.
En los ensayos sobre muestras de piojos, los efectos fueron contundentes. Mientras al cabo de 8 horas los piretroides mataron al 20% de los parásitos, en ese lapso la eficacia de las esferitas de ivermectina llegó al 80-100%.
Toloza destacó otra posible ventaja de la fórmula estudiada: "No contiene alcohol, una sustancia que suele provocar irritaciones en la piel".
El trabajo fue publicado en la revista "Parasitology Research". Y también participaron otros científicos: Santiago Palma y Daniel Allemandi, de Unitefa; María Inés Picollo, de Cipein; y Jean Pierre Benoit, de la Universidad Nantes Angers Le Mans, en la región del Loira, Francia.
Con información de Agencia CyTA – Instituto Leloir
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