Epilepsia refractaria: por qué una modificación en la alimentación reduce las convulsiones

Se trata de un tipo de la enfermedad que no responde a los medicamentos. En la actualidad, un cambio hacia una dieta cetogénica constituye la opción de tratamiento no farmacológico más utilizada en el mundo. Siete de cada 10 pacientes que lo aplican reducen en más de un 50% la cantidad de crisis

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La dieta cetogénica se indica en niños con epilepsia de difícil control o refractaria (Getty)
La dieta cetogénica se indica en niños con epilepsia de difícil control o refractaria (Getty)

Si bien el 70% de las epilepsias responden al tratamiento con fármacos anticonvulsivantes, el 30% restante no logra controlar la crisis convulsivas con medicación a dosis adecuadas. A estas epilepsias se las denomina refractarias o farmacorresistentes. Y si bien la dieta cetogénica sería una opción terapéutica viable para este grupo de pacientes, se estima que solamente uno de cada 20 dentro de este grupo son tratados con esta terapia.

La dieta cetogénica es un tratamiento médico no farmacológico, científicamente demostrado que se indica en niños con epilepsia de difícil control o refractaria a fármacos anticonvulsivantes. En la actualidad, constituye la opción de tratamiento no farmacológico más utilizada en el mundo para pacientes con epilepsia refractaria.

Siete de cada 10 pacientes que reciben dieta cetogénica reducen en más de un 50% la cantidad de crisis

"Siete de cada 10 pacientes que reciben dieta cetogénica (rigurosamente seleccionados para el inicio del tratamiento basándose en la evidencia científica) reducen en más de un 50% la cantidad de crisis, y dentro de este grupo el 40% las disminuye en más del 90%. El objetivo inicial es el control de las crisis convulsivas y la mejoría cognitiva del paciente, posteriormente como objetivo secundario se intentará disminuir la dosis de los fármacos antiepilépticos evitando así efectos no deseados, adversos, de la medicación". La explicación corresponde a la médica neuróloga infantil Informó Marisol Toma, del Hospital Alemán.

Si bien los medicamentos son una herramienta fundamental en el manejo de cualquier patología y de la epilepsia en particular, los que se utilizan para tratar esta condición pueden traer efectos secundarios tóxicos como sedación, confusión, temblores, letargo, somnolencia, depresión, inestabilidad, vértigo, irritación gástrica, cefaleas, hepatotoxicidad, supresión de la médula ósea y problemas de visión, entre otros. En este sentido, la dieta cetogénica, además de su probada eficacia, presenta un perfil de seguridad muy superior.

La dieta cetogénica consiste en una alimentación rica en grasas y baja en carbohidratos y en proteínas (Getty)
La dieta cetogénica consiste en una alimentación rica en grasas y baja en carbohidratos y en proteínas (Getty)

"Los niños con epilepsia refractaria suelen tener internaciones repetidas o recurrentes como consecuencia del mal control de las crisis, también presentan riesgo aumentado de muerte prematura, traumatismos y/o alteraciones psicosociales, así como una calidad de vida reducida", reforzó Toma.

Gabriela es presidente de la asociación de familiares de pacientes Resiliencia y mamá de Valentino, de tres años y medio, quien padece epilepsia refractaria asociada a una mutación genética. Y contó que desde recién nacido el niño tuvo crisis las 24 horas del día, "llegando a tener cuatro status convulsivos de hasta dos horas de duración". "La dieta cetogénica la comenzó muy pequeñito, a sus seis meses, debido a la gravedad de su estado. Hoy, a casi tres años, podemos decir que es el tratamiento más efectivo que encontramos al momento", señaló.

Por su parte, Celeste, mamá de Tiziano de dos años y medio, relató su experiencia con esta terapia: "Cuando empezamos la dieta, Tiziano instantáneamente respondió bien. Al tercer día sus crisis bajaron de 15 o 20 por día, a tres o cinco. Al mes ya no aparecieron más sus crisis. Tiziano antes deambulaba mucho, no se concentraba, no podíamos jugar por un tiempo largo con él. Esta dieta lo ayudó mucho a concentrarse, a seguir sus terapias y a comer sentado", relató.

Los niños con epilepsia refractaria suelen tener internaciones repetidas o recurrentes como consecuencia del mal control de las crisis

Pero ¿qué es una dieta cetogénica? Básicamente es rica en grasas y baja en carbohidratos y en proteínas.

Lo que ocurre con este tipo de alimentación es que, debido a su alta proporción de grasas, imita los cambios metabólicos asociados al estado de ayuno y produce la formación de cuerpos cetónicos (o cetonas), que son los que estarían involucrados en controlar las convulsiones o crisis epilépticas a nivel cerebral. La dieta también funciona por el mecanismo de inhibición de la glicólisis, es decir, el cuerpo disminuye la producción de glucosa, disminuyendo así los niveles de la misma en sangre.

Entre los alimentos incluidos en la dieta, se encuentran crema, aceite, manteca, carne, pollo, huevo, quesos, pescado, frutas y verduras. Por otra parte, quedan excluidos por ejemplo cereales, papas, galletitas, choclo, batata o pastas. En la mayoría de los casos, no es necesario realizar este tratamiento durante toda la vida, sino que luego de unos años se comienzan a introducir distintos alimentos hasta que el paciente finalmente puede realizar una dieta normal.

El 60% de quienes padecen epilepsia son niños (Getty)
El 60% de quienes padecen epilepsia son niños (Getty)

"Con el inicio de la terapia cetogénica, los pacientes con epilepsia y sus familiares refieren, en la mayoría de los casos, una mejora cognitiva y conductual, este primer cambio se genera por los beneficios inherentes a la nueva terapia y a la reducción del número e intensidad de las crisis -refirió Toma-. El paciente está más atento, más alerta, responde mejor a las terapias de rehabilitación, mejora sus horas y calidad de sueño y obviamente, si hay respuesta al tratamiento, empieza a controlar sus crisis. También controlando su epilepsia mejora su calidad de vida".

La epilepsia tiene una prevalencia que oscila entre el cuatro al 10 por mil habitantes, o sea, aproximadamente una de cada cien personas padecería epilepsia, de los cuales el 60% son niños. Las causas varían según el tipo de epilepsia, pudiendo ser el resultado de anomalías congénitas, enfermedades vasculares como el infarto cerebral, infecciones, tumores, enfermedades degenerativas o lesiones. En muchas ocasiones no se descubre una causa concreta y se denominan epilepsias idiopáticas.

"La dieta cetogénica debe ser indicada por un médico neurólogo y requiere para su implementación de un equipo especializado en el tratamiento, compuesto por neurólogo, nutricionista y licenciada en nutrición, quienes trabajarán de forma conjunta y permanente con el paciente y su familia. La elección del tipo de dieta será decisión del equipo, y dependerá de las características del paciente y del tipo de epilepsia", completó la especialista.

La epilepsia tiene una prevalencia que oscila entre el cuatro al 10 por mil habitantes, o sea, aproximadamente una de cada cien personas padecería epilepsia

Según consignó Toma, "contribuye a la adherencia de la dieta cetogénica su refuerzo con fórmulas nutricionales para la preparación de las comidas, que brindan los nutrientes necesarios para poder cumplir con los objetivos del tratamiento". La fórmula puede utilizarse como complemento o como única fuente nutricional, según la indicación médica.

Consiste en un preparado de sencilla elaboración, que facilita la terapia, posee diferentes nutrientes en un mismo producto y genera que quienes la consumen entren rápido en la degradación de las cetonas, que es el proceso que genera el efecto beneficioso anti convulsionante, y ayuda a que la realización del tratamiento sea más tolerable.

Tanto esta fórmula como el tratamiento de dieta cetogénica se encuentra cubierto por las obras sociales y prepagas o por el Ministerio de Desarrollo Social en caso de que el paciente no cuente con cobertura médica, en todos aquellos casos para los que está indicada. Esta cobertura está contemplada en la Ley de Discapacidad (22.431 y 24.901) para aquellos pacientes que cuenten con el certificado (CUD) y para aquellos que no, garantiza su provisión gratuita la Ley de Epilepsia (25.404).

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