Sin importar lo que el cerebro exija, el cuerpo simplemente no cumplirá. Después de una eyaculación, el sistema nervioso simpático, que controla la respuesta de lucha o huida, envía la señal al cuerpo de calmarse y relajarse. Como consecuencia, se activa la liberación de neurotransmisores, que hacen que el músculo liso del pene se contraiga, provocándole la flacidez.
El período refractario o el período de recuperación incorporado en el hombre es el tiempo después de la eyaculación donde un hombre no puede volver a tener una erección. Según la Sociedad Internacional de Medicina Sexual, durante el período refractario un hombre no piensa en tener relaciones sexuales ni puede alcanzar la excitación sexual. Su cuerpo no responde a la estimulación y no lo hará hasta que el período haya terminado.
Según explicó a Infobae la sexóloga Mariana Kersz, en el caso de las mujeres su período de excitación es mucho más lento que el de los hombres, y el período de resolución al finalizar el acto sexual y antes de comenzar una nueva relación sexual es mucho más largo en ellos que en las mujeres.
Que un hombre al finalizar el acto sexual quiera comenzar otra vez y no pueda, no necesariamente refleja impotencia, sino que tiene que ver con una cuestión biológica y fisiológica. Según la experta, la respuesta sexual humana se basa en el deseo, la excitación, la meseta preorgásmica, el orgasmo refractario y período de resolución.
Para la mayoría de las personas, este descanso forzado no es gran problema. El mayor problema surge para las parejas más jóvenes que desean tener sesiones consecutivas del acto sexual.
Consultado por Infobae, Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo, explicó: "Así como las formas de iniciar el cortejo erótico tienden a repetirse, también las conductas rígidas que se establecen como una costumbre al finalizar el acto sexual, a veces con reclamos de una de las partes, otras con resignación y en algunos casos con la esperanza de un cambio".
Se entiende como período refractario el que media entre dos eyaculaciones y no entre los orgasmos, ya que algunos hombres que practican sexo tántrico pueden alcanzar un orgasmo sin eyacular. Por lo tanto, luego de un orgasmo puede retomar la excitación. "A la emisión de semen le sigue un estado de relajación y satisfacción sexual llamado período refractario: en este momento todos los nuevos estímulos eróticos son rechazados", agregó Ghedin.
La ciencia detrás del período
Según reveló un estudio publicado por la revista Psicología Biológica, el aumento de la prolactina post-orgásmica después del coito es un 400% mayor que la que sigue a una masturbación, además de sugerir una mayor saciedad.
Durante la eyaculación, los hombres liberan un cóctel de sustancias químicas cerebrales que incluyen la norepinefrina, serotonina, oxitocina, vasopresina, óxido nítrico y la hormona prolactina. Esta última reprime la dopamina, un químico clave en el deseo y la motivación, que está relacionada con la somnolencia y los sentimientos de satisfacción sexual.
Según un estudio diseñado para examinar el papel de los mecanismos dopaminérgicos centrales en el control del período refractario post-eyaculatorio, cuantos más receptores de dopamina están bloqueados, más tiempo durará el período.
Al mismo tiempo, la producción de serotonina y prolactina contrarresta la excitación. La prolactina es la hormona más fuertemente asociada con el período refractario: cuanto más bajos sean los niveles de prolactina, más rápido se podrá volver a comenzar.
¿De qué depende su duración?
Si bien depende de múltiples factores, el más importante para los expertos es el grupo etario al que pertenezca el individuo. El período refractario en adolescentes ronda los pocos minutos, dura aproximadamente algunas horas en los adultos, y en la mayoría de los hombres que atraviesan la tercera edad puede durar hasta un día.
"El período refractario se extiende con la edad. Los jóvenes tienen períodos refractarios muy breves que van aumentando con lo años, haciendo que las relaciones sean más espaciadas", advirtió Ghedin.
Sin embargo, el nivel de deseo y sensibilidad, de excitación, la calidad y el estado emocional de una relación, el consumo de sustancias tóxicas y prácticamente todo lo que afecte la capacidad para comenzar una relación sexual son los otros factores que entran en juego, más aún cuando el hombre se encuentra luchando contra las inclinaciones naturales de su cuerpo para recargar energías.
Algunas claves para reducirlo
"Realmente no puede controlarse, pero aumentar la excitación ayuda a acortar el tiempo", explicó Kersz. En circunstancias especialmente emocionantes sucede lo inesperado, y los hombres pueden sorprenderse con cuán rápido regresa su erección y con su capacidad de tener orgasmos en una sucesión relativamente rápida.
Alquilar una habitación de hotel en lugar de tener relaciones sexuales en casa, practicar sexo por la mañana en lugar de por la noche o comprar lencería son solo algunos de los pequeños esfuerzos para agregar novedad que pueden ser suficientes para que la excitación domine los sistemas.
Sin embargo, varios libros afirman que los hombres son capaces de eliminar el período refractario y tener orgasmos múltiples similares al orgasmo múltiple femenino aprendiendo a separar la eyaculación del orgasmo.
Si bien es un fenómeno extraño que requiere de práctica, si un hombre puede abstenerse de eyacular durante el orgasmo, es posible que pueda tener orgasmos múltiples. Para los expertos es fundamental entender la eyaculación y el orgasmo como procesos separados.
Además, aquellos hombres que comenzaron la masturbación u otra actividad sexual antes de la pubertad informan la capacidad de haber logrado orgasmos múltiples, sin eyaculación, sin períodos refractarios durante ese momento de sus vidas.
Problemas en la pareja por períodos refractarios
Tratar de imponer un orden de eventos algo arbitrario en la vida sexual, o ignorar al hombre cuando comunica haber perdido física y psicológicamente el impulso sexual inmediatamente después del orgasmo, no le devuelve el mismo sentido de cuidado y respeto.
Debido a la prioridad cultural del placer femenino sobre el placer del hombre, muchos de ellos sienten presión para llevar a sus parejas al segundo orgasmo, y no se relajan ni se concentran en su propio placer antes de cumplir con este 'deber'.
"Como la mayoría de las conductas humanas, las sexuales tienden a volverse rutinarias y lo mejor que puede suceder es que surja el interés individual o de pareja para plantear el tema e introducir cambios. El deseo no aparece si no se lo ayuda con acciones, gestos que lo detonen e incrementen", sostuvo Ghedin.
Para el experto, una mujer que se queda esperando un poco más puede sentir que su compañero solo cumplió con un acto fisiológico, o especie de 'descarga' que, aunque placentera para ambos, es vivida luego como un acto egoísta.
Las diferencias según el género
Las mujeres no tienen largos períodos refractarios como les sucede a los hombres, pero la fatiga después del orgasmo u orgasmos múltiples puede hacer que pierdan interés en el sexo temporalmente.
La fisiología en esta fase de resolución marca algunas diferencias de género. "En los hombres -agregó Ghedin– la caída brusca de testosterona, dopamina y el incremento de serotonina provocan un estado de relajación, somnolencia o la necesidad de levantarse de la cama y cambiar de actividad".
"Si una mujer es multiorgásmica, en un mismo encuentro sexual, hasta que el hombre eyacula, puede llegar a tener casi veinte orgasmos. Potencialmente, todas las mujeres pueden hacerlo, pero deben saber qué hacer para lograrlo y conocer la técnica", explicó Kersz.
SEGUÍ LEYENDO: