¿Podría pensarse que existen enfermedades que comunican mejor que otras? ¿Podría pensarse que existen órganos del cuerpo humano que generan más empatía entre las personas? Sí. Y esto se evidencia luego en el efecto protector que tienen los mensajes de prevención y concientización sobre los pacientes.
Algo así ocurre entre el corazón y el hígado y entre la hepatitis C y el HIV. Se cuida más al corazón que al hígado -siendo este un órgano fundamental- y se previene más frente al virus del HIV que de la hepatitis C, a pesar de compartir las mismas vías de contagio. Lejos de establecer una competencia entre enfermedades -porque no hay enfermedades de primera y de segunda, solo existen enfermedades- hay algunas que tienen la capacidad de instalar o "gritar" mejor sus logros y avances para luego generar más información de cara a la sociedad. Y otras aún deben reforzar sus mensajes.
En el último proceso está la hepatitis C, que a esta altura del siglo XXI necesita no sólo más visibilidad como enfermedad infectocontagiosa provocada por el virus que lleva el mismo nombre (HCV, virus de la hepatitis C) sino también ahondar en uno de sus temas más importantes vinculados a la salud pública: la detección temprana de la enfermedad para evitar el contagio; y que pueda abandonar así el estatus de enfermedad silenciosa.
En la actualidad, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el mundo viven 71 millones de personas con infección crónica por el virus de la hepatitis C. Entre ellos un número considerable desarrollará cirrosis o cáncer de hígado. El caso argentino no es menos impresionante: el número de infectados de hepatitis C en la Argentina se estima en 400.000 casos.
Adentro de la enfermedad
El virus de la hepatitis C se transmite por la sangre, en pequeñas cantidades. El uso de drogas inyectables y compartir el material de inyección es un riesgo relevante.
En la actualidad, las transfusiones y esterilizaciones son seguras y se encuentran reguladas a través de la reglamentación de la Ley 11.725 Decreto 3716/97, donde se establecen las normas de seguridad de las actividades relacionadas con sangre humana, sus componentes y derivados.
El HCV también se puede transmitir por vía sexual y pasar de la madre infectada a su hijo, aunque estas formas de transmisión son menos frecuentes
No representan riesgo de transmisión: los alimentos o el agua, el contacto ocasional (abrazos, besos) ni compartir comida, bebida y espacios comunes con personas que tengan el virus HCV.
La médica infectóloga de Helios Salud Paula Rodríguez Iantorno precisó a Infobae: "Cada año mueren unas 399.000 personas debido a la hepatitis C, sobre todo por cirrosis y carcinoma hepatocelular (HCC). Esto sucede porque la infección crónica de este virus generalmente no da síntomas. Cuando aparecen las manifestaciones ya nos encontramos con una enfermedad avanzada y con complicaciones severas".
Investigación científica
Los últimos cinco años cambiaron eficazmente el panorama de las terapéuticas y tratamientos de la hepatitis C en el mundo y también en la Argentina.
El último Congreso de la Asociación Europea para el Estudio del Hígado (EASL) -acaecido en París, en abril pasado- avivó el escenario respecto de los avances sobre la hepatitis C. Allí se presentaron los resultados de un estudio realizado en Argentina en pacientes con virus de hepatitis C crónica.
Según la investigación científica impulsada por la red latinoamericana LALREAN, con la participación de científicos argentinos del Laboratorio Richmond y publicada en Wiley -el diario de virología médica, avalado por el Instituto Nacional de la Salud de los Estados Unidos (NCBI)- se basó en regímenes de tratamiento con la droga sofosbuvir, comparando el genérico de Richmond con el innovador del laboratorio Gilead.
Ambos productos mostraron resultados similares en cuanto a su seguridad y, lo más importante, en su eficacia, superior al 95%. Estos niveles de cura de la enfermedad confirman los datos de otros trabajos también concluidos en la Argentina, realizados en los hospitales Muñiz, Italiano y Alemán, sumando en total la respuesta al tratamiento en la vida real de más de 700 pacientes.
Si bien en Argentina las prepagas y obras sociales deben hacerse cargo de los tratamientos para los casos graves de HVC (fases 3 y 4), no están obligadas a brindar cobertura a los más leves (fases 1 y 2).
En diálogo con Infobae, Marcelo Figueiras, presidente de Laboratorios Richmond, expresó: "Considerando los resultados de los estudios comparativos de sofosbuvir y teniendo en cuenta adicionalmente que el costo del tratamiento con el medicamento genérico es más económico que con el innovador, estamos ante una inmejorable oportunidad de utilizar dichos ahorros en ampliar la base de pacientes en sus fases iniciales".
Además, Figueiras destacó: "Sumado a esta mayor accesibilidad al tratamiento farmacológico, es importante promover el diagnóstico temprano de la enfermedad, ya que se estima que de los 400 mil argentinos afectados, el 80% desconoce que tiene VHC. Para ello, hay que educar a la población para que tome conciencia de pedir el test de sangre correspondiente así como promover a los médicos a solicitarlo".
Asimismo la infectóloga Iantorno sobre el último Congreso EASL detalló: "Allí se cuestionó la necesidad real del diseño de una vacuna eficaz para la HCV, debido a la alta efectividad de los tratamientos actuales, y se realizó foco en el seguimiento de la cirrosis y sus complicaciones luego de alcanzar la cura de la HCV".
HCV, hacia la cura
Marcelo Figueiras explicó a Infobae: "Estamos convencidos de que trabajando de manera conjunta con el resto de la industria -nacionales y multinacionales- lograremos el acceso finalmente a los tratamientos que aún son caros; todos los últimos tratamientos y tecnologías y tendencias que vienen como nuevas, realmente representan una muy buena noticia y por otro lado son difíciles de financiar para los sistemas de salud".
Elvira Zini, directora de asuntos técnicos y científicos de Laboratorios Richmond, puntualizó sobre el estudio comparativo con sofosbuvir: "La mejor noticia de este avance sobre la hepatitis C es que se logró llegar a los enfermos en fase 1 y 2. Si bien en Argentina las prepagas y obras sociales deben hacerse cargo de los tratamientos para los casos graves de HVC (fases 3 y 4), no están obligadas a brindar cobertura a los leves (fases 1 y 2)".
Agregó Zini: "Hoy el sistema cubre a una población que está con la enfermedad en un estadio avanzado. El medicamento lo que hace es "matar" al virus, pero si el hígado está dañado puede no recuperarse y ya ser tarde para el paciente. En Argentina no hay suficientes estadísticas, pero habría que ver cuánto cuesta un paciente con un hígado dañado".
Agregó Figueiras: "Con los pacientes que se trataron hicimos una cuenta muy simple, 3 mil tratamientos al precio original, y resultó un ahorro de 6 millones de pesos. Ese ahorro lo hicimos con un solo producto, algo muy importante para la accesibilidad".
Existe en la Argentina el proyecto de ley presentado en ambas cámaras del Congreso de la Nación, Senado y Diputados, sobre VIH, hepatitis virales (A, B y C) e infecciones de transmisión sexual (ITS). En la redacción de sus 31 artículos se ocupó de precisar todas las instancias de prevención, de no discriminación y sobre todo de accesibilidad a los tratamientos y terapéuticas.
Zini de Laboratorios Richmond concluyó a Infobae: "La hepatitis C es una enfermedad que entra viralmente en el sistema inmune. Hay que bajar las vías de contagio, por eso la prevención es fundamental, y no hay mucha difusión al respecto".
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