Fiebre amarilla: Argentina producirá una vacuna a partir de un convenio de cooperación entre Salud y Ciencia

Mediante un convenio de cooperación técnica recíproca entre los ministerios de Ciencia y Tecnología y Salud de la Nación e instituciones nacionales, se acordó hoy la elaboración local de una vacuna para combatir la fiebre amarilla. "El objetivo es cubrir la creciente demanda de vacunas para la fiebre amarilla que existe en la región, producto del cambio de las condiciones de vida y del cambio climático", expresó el ministro de Salud Adolfo Rubinstein

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La vacuna es la medida
La vacuna es la medida preventiva más importante contra la fiebre amarilla

El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao; junto con su par de Salud, Adolfo Rubinstein; y los responsables de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (ANLIS) "Dr. Carlos Malbrán"; de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) y de la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos (ANLAP), firmaron un convenio de cooperación técnica recíproca para la producción nacional de la vacuna contra la fiebre amarilla.

La fabricación local se realizará con la colaboración de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) de Brasil que cuenta con el Instituto de Tecnología en Inmunobiológicos (Bio-Manguinhos), uno de los principales productores de la vacuna que transferirá tecnología y conocimiento.

La firma, que busca garantizar el abastecimiento de la vacuna contra la fiebre amarilla y cubrir las necesidades del país, se realizó en el predio central de la sede de ANLIS.

La vacuna contra la fiebre
La vacuna contra la fiebre amarilla es segura y asequible y una sola dosis es suficiente (Getty)

"Este convenio es una enorme muestra de generosidad de la Fundación Fiocruz que gratuitamente cede el conocimiento para que sea utilizado en Argentina con el objetivo claro de cubrir la creciente demanda de vacunas para la fiebre amarilla que existe en la región producto del cambio de las condiciones de vida y del cambio climático", declaró el ministro de salud Adolfo Rubsinstein.

Rubinstein también destacó la importancia de la colaboración sur-sur:  "Estamos muy acostumbrados a la colaboración norte-sur, donde en general los países en desarrollo reciben la transferencia tecnológica de los países en desarrollo pero muchas veces las características del norte y del sur hacen que esa traducción sea más difícil, por lo que en este caso al tratarse de dos países hermanos y vecinos, las similitudes permitirán acelerar enormemente los pasos".

Por su parte, el ministro de Ciencia manifestó: "Hoy tenemos algo que debería ser la norma, pero que lamentablemente no es frecuente en la historia argentina, que es firmar convenios entre ministerios e instituciones como el Malbrán, que tiene hoy la capacidad para dar respuesta a un problema como la fiebre amarilla".

"Este es un ejemplo muy claro de la importancia de tener ciencia e investigación en el país que permita contar con los recursos humanos para dar una respuesta eficiente", afirmó Barañao.

La infección se da en
La infección se da en dos fases: una aguda y otra tóxica (Getty Images)

La fiebre amarilla 

Es una enfermedad viral aguda, hemorrágica, transmitida por mosquitos infectados. El virus es endémico en las zonas tropicales de África y América Latina.

Una vez contraído el virus y pasado el período de incubación de 3 a 6 días, la infección puede cursar en una o dos fases. La primera, aguda, suele causar fiebre, mialgias con dolor de espalda intenso, cefaleas, escalofríos, pérdida de apetito y náuseas o vómitos. Posteriormente, la mayoría de los pacientes mejoran y los síntomas desaparecen en 3 o 4 días. Sin embargo, el 15% de los pacientes entra a las 24 horas de la remisión inicial en una segunda fase, más tóxica. Vuelve la fiebre elevada y se ven afectados diferentes sistemas orgánicos.

La mitad de los pacientes que entran en la fase tóxica mueren en un plazo de 10 a 14 días, y los demás se recuperan sin lesiones orgánicas importantes.

No hay tratamiento curativo para la fiebre amarilla. La vacuna es la medida preventiva más eficiente.

De acuerdo al convenio, el Ministerio de Salud de la Nación establecerá las estrategias de prevención epidemiológica, desarrollará los lineamientos técnicos de vacunación, promoverá el desarrollo de investigaciones sobre fiebre amarilla y coordinará el stock y la provisión de insumos necesarios para la prevención.

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